Yo me siento más cómodo en Estocolmo que en Leningrado.
Pietro Nenni*
Cuando un populista priista como AMLO manipula las palabras liberalismo e izquierda, cuando una derecha se opone a ese neopriista confundiéndolo con la izquierda y a ésta con el comunismo y el chavismo, y cuando tantos se autonombran liberales, se justifica señalar qué es la izquierda liberal.
La izquierda es igualdad o cambio igualitario. Necesariamente igualdad socioeconómica, pero no necesariamente sólo esa igualdad. Y puede ser o apuntar hacia la igualdad socioeconómica total, como el comunismo, o no total, lo que nos lleva al socialismo y sus muchos tipos. Comunismo y socialismo no son una y la misma cosa. La derecha y la libertad tampoco. La esencia de la primera no es la segunda (ése fue un error grande del intelectual grande que fue Norberto Bobbio). La esencia derechista es el orden, que puede combinar con el privilegio de muchas formas, así como puede hacer que el orden sea respetuoso de la libertad, con lo que se convierte en derecha liberal. Esto no significa que el liberalismo sea de derecha sino que la derecha puede liberalizarse –aceptar un grado de libertad individual- o mantenerse como derecha iliberal o antiliberal.
El liberalismo es, intrínsecamente, libertad. Escoger la libertad: la libertad como valor máximo. Cuando la libertad es lo principal para alguien o algo, ese alguien o algo es sustantivamente liberal. Y, nótese, no se refiere a la libertad de unos cuantos ni exclusivamente de los empresarios sino a la libertad –real e integral- de todos, de todos los individuos como individuos. De ahí sigue que muchos de los que dicen ser liberales son simplemente defensores de los empresarios más ricos: reducen toda preocupación a la libertad económico-empresarial de quienes resultan ser algunos o todos los individuos más adinerados en una sociedad. Dado que la libertad real general, sobre todo la libertad real para más gente de la que hoy puede ejercerla (ejerciendo sus derechos legales), requiere mayor igualdad socioeconómica porque requiere medios materiales, el liberalismo se relaciona con la igualdad como hecho y como valor. No como hecho único, pues el liberalismo no puede tirar a la basura la igualdad jurídica, ni como valor esencial, ya que ese lugar es de la libertad. La igualdad socioeconómica es para el liberalismo un valor subsidiario: vale como medio necesario para ayudar a la libertad que es el valor supremo. En tanto haya necesidad de mayor igualdad o menor desigualdad socioeconómica, el liberalismo puede relacionarse con el socialismo.
Así es que, sumando lo dicho, el liberalismo puede relacionarse con la izquierda o ésta relacionarse con el liberalismo. La izquierda liberal. Igualdad y libertad para todos. Izquierda liberal es individuos más iguales y más libres. Es, por consecuencia, reformas institucionales para reducir sensiblemente la desigualdad socioeconómica en democracia y a favor de las mayorías.
En la izquierda liberal confluyen o giran en torno a ella el “liberalismo social” (el de Piero Gobetti o el de Jesús Reyes Heroles, no el espantapájaros de Carlos Salinas); el “socialismo sueco” en particular y el socialismo escandinavo en general, es decir, las políticas que hicieron de Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia los países que son (países ricos, democráticos, libres, con millonarios pero muy poco desiguales y sin pobres extremos); la socialdemocracia “típica” fuera de Escandinavia; los “liberalismos igualitarios” derivados de John Rawls; lo que llamo liberalismo socialista basado en Stuart Mill; el socialismo liberal, sea el alemán de Franz Oppenheimer o el italiano de Carlo Rosselli (la única edición mexicana del libro homónimo de Rosselli es de la editorial poblana Cajica con la fecha 1969), y el liberalismo como tal, si es realista y verdadero.
*Pietro Nenni fue un político e intelectual, antifascista, el mayor líder del Partido Socialista Italiano, canciller, vicepresidente y senador de la república, murió en 1980.