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Los acontecimientos de días pasados en Estados Unidos hicieron ver que “la democracia es frágil y blanco fácil de ataques desde diversos flancos”, plantea la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourovä. (El País, 18.01.21)

Y también que “son muchos los que ya no confían en las instituciones democráticas” y que la “esfera digital alberga tanto oportunidades como riesgos para las democracias”.

“Ha llegado la hora de interesarnos seriamente por la función de los gigantes tecnológicos, bajo cuyo manto han prosperado las teorías de la conspiración”, afirma Jourovä.

Ilustrador Kevin Lau

Y añade que estos “se han enriquecido gracias a la desinformación, y dado lugar a que medren económica y políticamente quienes albergan las peores intenciones”.

Esto “porque se han desentendido de toda responsabilidad y rendición de cuentas, y porque influyen y hasta pueden regir el debate democrático”.

El estado de cosas dice la funcionaria, exige “una reglamentación más severa, obligaciones más fáciles de seguir y que los actores digitales sean más responsables”.

En Europa se acaban de presentar dos propuestas, la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales, “que cargan las tintas en la rendición de cuentas de las plataformas en línea y aclaran las normas para la retirada de contenidos ilegales”, comenta Jourovä.

Es indispensable que, de inmediato, continúa la vicepresidenta de la Comisión Europea, se adopten “medidas para organizar la participación democrática en la era digital y que nos dotemos de mejores herramientas para luchar contra la desinformación y los contenidos dañinos”.

Asegura que “la reglamentación por sí sola ni puede ni, estimo, debe regir cada rincón del ciberespacio. No debemos sacrificar la libertad de expresión, una libertad que precisa de margen, también digital, pero sí que hemos de propiciar un cambio de mentalidad en las empresas tecnológicas y en sus plantillas”.

La funcionaria considera que por “cruciales que sean las plataformas, no podemos centrarnos únicamente en ellas”, aunque no hay duda que “ejercen un efecto multiplicador para los contenidos dañinos y el lucro económico que generan”.

Si se quiere fortalecer la democracia hay que interesarse por quienes generan las mentiras y también ver el papel de los medios tradicionales y “por último, pero no por ello menos importante, considerar a la ciudadanía”.

Jourovä piensa que es necesario “establecer las premisas informativas de todo debate democrático. Y, a renglón seguido, nuestra educación habrá de adaptarse a la realidad digital”.

Esto hace necesario, dice, “aprender a manejarnos mejor en los entornos digitales, a hacer frente a cantidades ingentes de información, a tener una idea básica de lo que sucede en el mundo virtual, y de por qué constatamos los fenómenos que constatamos”.

Debe quedar claro “a la ciudadanía que los riesgos para la democracia también lo son para sus derechos y libertades. Hemos de recobrar el entusiasmo, por anodino que pueda parecer el día a día en una democracia”, finaliza la funcionaria.


Twitter: @RubenAguilar

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