jueves 21 noviembre 2024

Respuesta a una ministra que no debió ser

Con todo el respeto que no merece, respondo a la señora licenciada, maestra y ministra de la Suprema Corte Lenia Batres: desconoce la historia política de Benito Juárez. Usted no es la ministra del pueblo sino una de las ministras del presidente López Obrador, y no es una conocedora de la historia mexicana –ni de la Constitución- sino una de sus falsificadoras partidistas. Lo que afirma “juaristamente” para defender una idea tramposa de su jefe –la pretendida elección popular de los jueces- no corresponde con los hechos de la trayectoria pública de Juárez. Le resumo, por tanto, dicha trayectoria, de 1831 a 1858:

En 1831 Juárez fue electo regidor del ayuntamiento de Oaxaca y en 1832 diputado al Congreso de ese Estado. En 1836 fue encarcelado por ser sospechoso de oposición… De 1842 a 1845 trabajó como juez de lo civil y de hacienda. En el 45 ocupó unos meses la secretaría de Gobernación oaxaqueña. Terminó ese año como “ministro fiscal” del Tribunal Superior de Justicia local. En agosto de 1846 fue parte del triunvirato que actuó como poder Ejecutivo de Oaxaca y ese mismo año, poco después, fue electo diputado al Congreso nacional. Durante octubre-noviembre de 1847 regresó a su estado natal como gobernador por designación del Congreso local. Fue “reelecto” en 1849 y dejó el cargo en 1852. Entonces y hasta mayo de 1853 dirigió el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, donde había estudiado (también lo dirigió entre mayo y julio de 1848). Ese mayo de 1853, Antonio López de Santa Anna, otra vez en la presidencia de la república, tomó prisionero a Juárez, lo encarceló en Puebla y Veracruz (San Juan de Ulúa) y luego lo desterró, enviándolo a Cuba. De ahí pasó a Estados Unidos y vivió en Nueva Orleans hasta julio de 1855. Un año antes había estallado el movimiento político-militar conocido como revolución de Ayutla; Juárez, desde el exilio, se sumó políticamente a la revolución contra Santa Anna, quien hizo una “apelación al pueblo”: llevó a cabo una dizque consulta popular como intento de sostenerse en el poder, legitimarse en el mismo y deslegitimar a los que se le oponían. Sí: el dictador Santa Anna hizo una “consulta popular”: https://etcetera.com.mx/opinion/un-dictador-su-consulta-de-revocacion/

Juárez se sumó físicamente a la revolución de Ayutla cuando estaba por triunfar definitivamente sobre Santa Anna y los conservadores; pudo salir de Nueva Orleans en julio del 55, desembarcó en Acapulco y se unió al líder Juan Álvarez, que fue nombrado presidente de México en octubre por la Junta de Cuernavaca, en la que estaba Juárez. El presidente Álvarez coloca al oaxaqueño en su gabinete como ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos. Desde esta posición redacta la llamada Ley Juárez: la Ley de Administración de Justicia, del 22 de noviembre de 1855, que suprime los tribunales especiales y fueros clericales y militares. Diez años después, en carta a Matías Romero del  20 de agosto de 1866, Juárez recuerda y resume: “en mi concepto era indispensable introducir en el ramo de administración de justicia algunas reformas derogando, ó modificando por lo pronto, las disposiciones que daban existencia á los tribunales especiales, por ser notoriamente nocivos á la sociedad, por el abuso de las clases á cuyo favor se dictaron [clero y ejército], y por estar en pugna abierta con el principio de igualdad que la Nación, en la última revolución que acababa de triunfar, se había propuesto hacer efectivo”.

Hablando del ejército… El Juárez de esos años, como Melchor Ocampo, estaba por la desaparición del ejército regular derrotado y “heredado” por el gobierno conservador que sería el último santanista, y como ministro (secretario, diríamos hoy) de Justicia y Negocios Eclesiásticos “desempoderó” y “desprivilegió” a los militares. El presidente López Obrador –su jefe de partido, señora ministra Batres- ha hecho exactamente lo contrario: el supuesto juarista AMLO ha empoderado y privilegiado a los militares, a los jefes del ejército proveniente de lo que el obradorismo llama –con la imprecisión y la trampa que lo caracterizan- “el antiguo régimen”.

De vuelta a la Ley Juárez (que no tiene equivalente ni lo tendrá legítimamente jamás en ninguna “Ley AMLO”): es una ley de Reforma, por lo que es e hizo. Quiero decir, verdaderamente, no sólo son leyes de Reforma las que se conocen “popularmente” con ese nombre y que fueron dadas por el nuevo gobierno de Juárez en 1859 en Veracruz. Incluso después de que Álvarez fue sustituido en la presidencia por Ignacio Comonfort, la Ley Juárez de finales de 1855 “subsistió, tanto porque de pronto no se atrevió aquel [Comonfort] a derogarla, cuanto porque el Congreso constituyente le dio a poco [poco tiempo después] su sanción unánime”, como escribió Anastacio Zerecero en su biografía de Juárez. Dicha ley, al parecer influida por la obra del pensador y político Benjamin Constant, fue parte del ambiente y el sentido común liberales que al año siguiente, en 1856, moldearían el Congreso constituyente y se plasmarían en la Constitución de 1857. De hecho, para Zerecero la Reforma inicia con la ley juarista de Administración de Justicia –y como el mismo autor señala, el artículo sobre libertad de cultos que discuten y aprueban los constituyentes tiene una de sus raíces en la Ley Juárez.

Ya que Comonfort se convirtió en presidente, Juárez salió del gabinete, pero fue nombrado por el mismo Comonfort gobernador de Oaxaca. Ahí también existe un proceso constituyente y con él se crea el sufragio popular/elección directa para la gubernatura. En 1857 se hace una elección bajo el nuevo sistema y Juárez resulta ganador, es decir, es electo popularmente/por voto directo para ejercer el poder Ejecutivo estatal. Recibió alrededor de 100,000 votos. Muy interesantemente, ese año de 57 Juárez también fue electo ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, en un proceso electoral “nacional” pero no “popular”: es una elección indirecta en la que triunfa con casi 4,000 votos. Nótese la diferencia natural de cantidades entre la elección directa para gobernador oaxaqueño y la elección indirecta para ministro de la Corte (cfr. las notas de Ángel Pola a la edición de 1902 de la biografía de Zerecero de 1866, plagiada muchas décadas después, según se dice, por el famoso doctor Gustavo Baz).

Regresando a la carrera juarista: en noviembre de 1857 el todavía presidente Comonfort –uno de los personajes más raros y erráticos de la historia política mexicana- regresa a Juárez al gabinete: le da el ministerio de Gobernación. Pero al mes siguiente el presidente da un autogolpe de Estado al sumarse al Plan de Tacubaya del 17 de diciembre, el cual suspende la Constitución promulgada ese año pero mantiene a Comonfort como titular del Ejecutivo. Éste apresa a Juárez… Pero lo libera en enero de 1858… Siguiendo la Constitución liberal, Juárez llega a la presidencia de la república: porque el que la tenía, Comonfort, rompió el orden constitucional y porque Juárez había sido electo indirectamente ministro presidente de la Suprema Corte, cargo señalado como fuente de un presidente interino, legal y legítimo. Así que el Benito Juárez de usted, otra representante obradorista, nunca existió: nunca fue electo directa y/o popularmente ni como presidente interino de México ni como ministro presidente de la Corte. A su primera presidencia del país llegó sin elección ciudadana y directamente por una disposición constitucional, tras un golpe de Estado, y a ministro del máximo órgano del poder Judicial Benito Juárez llegó por una elección indirecta de ciudadanía restringida.

La falsa cuarta transformación suma la corrupción del pasado como pasado a la corrupción en el presente contra el futuro. Usted es, en general, parte de ese esfuerzo. Y es, en particular, lo contrario a lo que “la cuarta” dice intentar sobre el poder Judicial: usted representa el empeoramiento de ese poder, no su mejora. Sus declaraciones ignorantes o tramposas lo demuestran.

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