domingo 07 julio 2024

Rompe la Corte su Techo de Cristal

por Mariana Moguel Robles

La Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió romper el techo de cristal que durante al menos 200 años prevaleció en su estructura, al elegir a la ministra Norma Lucía Piña Hernández como la primera mujer que presidirá el máximo tribunal de nuestro país. El “estruendo” de la “cúpula” hecha añicos se escuchó con fuerza en Palacio Nacional, no sólo por su vecindad con la sede de la SCJN, sino porque se envió al Ejecutivo un mensaje claro y contudente: El Poder Judicial es independiente y autónomo.  

FOTO: SCJN/CUARTOSCURO COM

Durante la Sesión del Pleno del pasado 2 de enero, 11 hombres y mujeres ministros eligieron en tan sólo 3 rondas a quien habrá de presidir la Suprema Corte y el Consejo de la Judicatura Federal durante los próximos 4 años; hecho significativo si consideramos que en la elección inmediata anterior, Arturo Zaldivar fue electo en un cónclave que requirió más de 25 tandas para alcanzar un acuerdo. Hoy la historia fue distinta. 

Al dirigirse a las y los integrantes del Pleno, la ministra Piña Hernández manifestó sentirse honrada, comprometida, responsabilizada moralmente en representar al Poder Judicial de la Federación “con convicción y entrega, con pasión y honestidad, como lo he intentado hacer los últimos 34 años de mi vida, al interior de esta gran institución a la que tanto le debo y que tanto quiero”.

Al asumir el más importante cargo en el Alto Tribunal,  expuso que “la Presidencia es resultado de la mayoría, a ella se debe, de ella depende, así lo asumo”. Señaló que la responsabilidad que se le encomienda tiene una doble dimensión: representar a los Ministros de la SCJN, Consejeras y Consejeros de la Judicatura Federal, al tiempo que, como primera mujer que preside la Corte, implica romper el “techo de cristal” que se había impuesto por la cultura patriarcal. “Nos esforzaremos todos los días por una sociedad más justa, más igualitaria, sin violencia contra las mujeres”, agregó.

“Estoy convencida que sabremos aprovechar la oportunidad que representa todo reto en beneficio del Poder Judicial de la Federación, en beneficio de nuestro país, en beneficio de México”, concluyó.

FOTO: SCJN/CUARTOSCURO COM

La elección se llevó a cabo en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 97, párrafo quinto de la Constitución Federal, 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y 28 del Reglamento Interior del Alto Tribunal, donde se prevé que cada cuatro años, el Pleno elegirá de entre sus miembros al Presidente o Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien a su vez lo es del Consejo de la Judicatura Federal.

También se llevó a cabo en medio de un escándalo en el que presuntamente estaría involucrada la ministra Yazmín Esquivel, quien hasta ese día era la “favorita” del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se empecinó en impulsar su candidatura pese a las acusaciones que privan en contra de Esquivel Mossa por haber plagiado en 1987 la tésis con la que obtuvo la licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Aún y cuando las ministras Piña Hernández y Esquivel Mossa coinciden en muchos aspectos, como la edad, el género, sus posiciones en el Poder Judicial, sus deseos de presidir la SCJN y, en cierto grado, su perfil profesional, la historia de ambas contrasta dramáticamente. La primera porque sí logro su cometido de recibir el apoyo de sus pares para presidir la Corte y la segunda no. La primera porque desde su nueva posición envió un mensaje poderoso a favor de la justicia para las mujeres, mientras que la segunda intentó justificar sus “errores” académicos argumentando una campaña de desprestigio y de violencia de género en su contra.

Otro gran contraste radica en el hecho de que Norma Lucía Piña es una mujer comprometida con la Constitución, las leyes, la justicia que goza de intachable honorabilidad y prestigio; mientras que Esquivel Mossa estaba claramente identificada con la ideología e intereres de la llamada Cuarta Transformación y tiene como pendiente aclarar ante la sociedad y ante las autoridades el tema del presumible plagio de su tésis profesional.

FOTO: SCJN/CUARTOSCURO COM

Al conocerse el resultado de la elección en el máximo tribunal del país, las muestras de apoyo y felicitación a la ministra no se hicieron esperar. En medio de tanta expectativa, las redes sociales se inundaron con mensajes de optimismo, de alivio, de regocijo. No porque haya perdido la candidata de AMLO, sino porque ganó la República. Entendamos que, a pesar de que el presidente no ocultó su molestia por la decisión tomada, la ministra Piña Hernández no es una “opositora”, sino una mujer que ha dedicado 34 años de su vida a la justicia. Sus resoluciones la colocan como una de las ministras que más señalamientos críticos han realizado abiertamente en torno a la inconstitucionalidad de reformas y leyes impulsadas por el actual gobierno.

Al respecto, el presidente omitió felicitar a Norma Lucía Piña Hernández porque según el, siempre ha votado contra la 4T.  Así el jefe del Ejecutivo confirmó que en Palacio Nacional querían un Poder Judicial sumiso, como el Legislativo, que lo acompañe sin chistar en la destrucción institucional. 

Así, el que la ministra Norma Lucia Piña Hernández sea la nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del CJF es un gran acontecimiento para México, pues se trata de un buen principio para alejarse del camino de un Poder Judicial obsequioso frente al Ejecutivo; es un hecho histórico que amerita reconocer a todas las mujeres que lucharon y continúan trabajando por la paridad, la equidad e inclusión. Que una mujer como la ministra Norma Lucía Piña Hernández, comprometida con la agenda favorecedora de la igualdad sustantiva, presida el máximo tribunal de nuestro país es, sin duda, evidencia del momento que vive la nación.

No será de extrañar que con la elección de la ministra Piña Hernández la Corte enfrentará no sólo los retos relacionados con la impartición de justicia en México, sino un frontal y sistematizado ataque desde el púlpito presidencial. 

No obstante, la expectativa es que la nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación asuma el cargo con un gran compromiso en defensa de la Constitución, del Estado de Derecho, de las instituciones, de los grupos vulnerables, de la autonomía judicial y del servicio público de carrera, tan maltratado este sexenio.

Con la elección de la ministra Norma Lucía Piña Hernández como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a los mexicanos nos queda claro que las instituciones, las leyes y la democracia son el mejor antídoto contra las pretensiones dictatoriales, populistas y anti patrióticas que desde el Poder Ejecutivo se intentan imponer. 

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