Guadalupe Taddei Zavala sin duda es una mujer que conoce de que se trata su tarea como presidenta consejera del INE. Eso no lo pongo en duda. su trayectoria habla de ello y de su amplio conocimiento en materia electoral. Es administradora pública, trabajó en el entonces llamado Instituto Federal Electoral e incluso se le reconoce su trabajo en la construcción del padrón electoral con fotografía. Todo eso está muy bien, pero…nada de lo que sabe nos asegura su imparcialidad como árbitro electoral en las que serán una de las más grandes y complejas elecciones federales de nuestro país en el 2024.
Sus lazos políticos y personales con el lopezobradorismo son también más que evidentes. Ahí les va: es prima de Jorge Taddei, superdelegado del presidente en Sonora, y tía del recientemente nombrado director de LitioMX, empresa paraestatal muy apreciada por el señor de Palacio. Bueno y hasta aquí usted me podrá decir (como dice Carlos Marín) que no hay delito que perseguir por portación de familiar inconveniente. De acuerdo. Lo malo es que además de esos lazos de sangre existen otros puramente políticos, ya que se le conoce bien como activa fundadora de MORENA en el estado gobernado por Alfonso Durazo y operadora política en aquellas tierras, sus tierras, para el mismo partido y para el ya mencionado gobernador. En resumen, todo lo anterior me resulta muy preocupante.
Bien conocemos el decidido empeño del presidente de México por desmontar al INE. El tabasqueño nos ha mostrado sin tapujos su imperiosa necesidad de controlarlo todo, de destruir los órganos autónomos y especialmente ha hecho gala de su voluntad por asegurarse (por las buenas o como se pueda) el triunfo de eso que llaman la 4T en el 2024.
Con todos estos antecedentes ¿en verdad podemos darle a la Sra. Taddei el beneficio de la duda? ¿Merece que confiemos en su imparcialidad al presidir el órgano electoral? Perdón, pero yo, aunque me esfuerce, no logro hacerlo, ni abrigo esperanzas en cuanto al desempeño objetivo de la funcionaria por muy experimentada que sea.
Muchos amigos me dicen: recuerda que el INE funciona a través de un colectivo, es un órgano colegiado, ella no puede decidir sola. Así es, claro, pero dentro de esta institución ya existen (y están llegando) otras personas, que embozadas o no, me resultan políticamente muy parecidas a la sucesora de Lorenzo Córdoba. No lo perdamos de vista.
Los que creemos en la democracia pienso que debemos de permanecer atentos y vigilantes. Salir a defender nuestras libertades y derechos político-electorales todos los días. Hagámoslo al levantar la voz y exigir a los funcionarios electorales que cumplan con su deber profesional y ético a cada momento de su gestión.
Aún tenemos muchas batallas que librar y no estoy dispuesta a darle a nadie el beneficio de la duda. Ni más ni menos.
