Un “golpe suave” a la sátira

Un debate que será interesante dentro de algunas décadas, cuando lo que hoy vivimos forme parte de los libros de historia, será qué pasó con toda una generación de caricaturistas de izquierda que, después de hacer una crítica feroz y sin tregua contra el poder por muchos años, una vez que triunfó el grupo político que tanto apoyaron se volvieron más acríticos, militantes, selectivos y hasta serviles que aquellos colegas que tachaban de ser “chayoteros”.

Si el humor no debe respetar a nadie, sobre todo cuando se trate del poder, los mencionados caricaturistas oscilan hoy entre la ceguera y la crítica tibia, pasando por burlarse de personas que ya no generan gracia como los ex presidentes, hasta la militancia abierta. En esa última categoría se encuentran personas como Rafael Barajas, “El Fisgón”, quien incluso forma parte de la escuela de formación política de Morena. Para decirlo de otra forma, todos pasaron de ser humoristas a aliados del régimen, y no se puede hacer sátira bajo estas condiciones.

Hace unos días “El Fisgón” publicó un cartón para explicar una teoría de la conspiración en boga entre quienes apoyan al gobierno: lo que llaman “la derecha” está fraguando algo que llaman un “golpe blando”. Se hará una breve descripción de esta caricatura, toda vez que abandonó el terreno del humor para adentrarse en el de la propaganda.

Caricatura: Fisgón

Bajo el título “Estas son las señales de que un golpe blando está en ruta”, el primer cuadro muestra el paso inicial: “El ablandamiento. Se promueven el desconcierto y malestar”. En la imagen se observa a una mujer con túnica blanca, observando a una paloma con una rama de olivo en el pico, mientras está a punto de ser abatida por un micrófono. Al lado derecho, un hombre trajeado que lanza el objeto, quien dice “Se trata de matar la esperanza. Se puede hacer con fake news”. Segundo cuadro, titulado: “La deslegitimación. Se manipulan los prejuicios ideológicos”. La imagen: la libertad, vestida de guinda y gorro frigio, es detenida por un monarca viejo, quien le grita: “¡Populista! ¡Totalitario! ¡Dictador! ¡Enemigo de la libertad de prensa!”. Con el título “Calentamiento de las calles. Se promueven manifestaciones callejeras. Se exacerba el odio”; en el tercer cuadro vemos a dos personas con sudaderas blancas y cabezas rapadas con carteles que dicen “MUERAN NACOS Y CHAIROS” y “QUE SE MUERAN LOS FEOS”. Cuarto cuadro, titulado “La desestabilización. Arrecia la guerra sicológica y se genera un clima de ingobernabilidad”: se muestra a una persona diciendo “Como una Operación Berlín o la propuesta de un gobierno de salvación”. Quinto cuadro, titulado “Se da el golpe blando. Crecen las revueltas, se prepara una embestida, incluso con apoyo internacional”, con la imagen de Trump apretando a un mexicano y alguien dice “podríamos presionar con los aranceles, por ejemplo”. Finalmente, el sexto cuadro con título “Según Gene Sharp, estas etapas pueden darse de forma ordenada o de manera simultánea”, muestra a una mujer “del pueblo” diciendo: “Si usted nota alguna de estas señales, muy probablemente está ante un golpe blando”.

Dejemos a un lado que al menos los cuadros 1 al 4 los realizó la izquierda consistentemente desde 1988 sin que se le dijera “golpe suave”, lo cual los hace lucir al menos hipócritas. También ignoremos la falacia de los aranceles, queriendo ver un acto anticipado de campaña de Trump como parte de una conspiración previamente orquestada. Incluso omitamos que este patrón corresponde a cualquier teoría de la conspiración. Lo relevante es ver este cartón como una pieza eficaz de propaganda.

Definición básica: la propaganda es una forma de comunicación que tiene como objetivo influir en la actitud de una comunidad respecto a alguna causa o posición, presentando solamente un lado o aspecto de un argumento. Es usualmente repetida y difundida en una amplia variedad de medios con el fin de obtener el resultado deseado en la actitud de la audiencia. Se entiende que está enfocada a un público determinado, pensando en sus alcances y limitaciones cognitivas.

Con lo anterior, se aprecia el lenguaje del texto: los dos primeros cuadros muestran un estado ideal: la mujer en túnica y la libertad vestida con los colores de Morena, que sólo tienen que ofrecer un mensaje de esperanza. Sin embargo, eso no puede durar: hay personas ajenas que, según el discurso, perdieron sus privilegios y por ello desean destruir la naciente armonía, quienes están trajeados, parecen monárquicos o lucen como skinheads de blanco, aludiendo a las “marchas fifí”, u organizan conspiraciones no acreditadas como la “Operación Berlín”. Agregar a Trump y a una vieja “del pueblo” sirve para movilizar el imaginario y sus lugares comunes para implantar un mensaje: se está fraguando un golpe blando.

¿Se trata de un mensaje falaz? Como hemos visto, sí; pero se trata de sembrar una idea a través de las emociones. De eso trata la propaganda.

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