La República Oriental de Uruguay es un país sudamericano con una población de 3 518 522 habitantes. Con un producto interno bruto (PIB) de 86 562 millones (billions) de dólares, es la 92ª economía mundial y posee un ingreso per cápita de 24 516 dólares -medidos ambos en términos del poder adquisitivo. Uruguay ocupa el 55° lugar en los índices de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con un desarrollo muy alto. Figura en el 54° lugar -en un listado de 141 países- en el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial correspondiente a 2019.[1] En el índice de libertad económica de la Fundación Heritage, Uruguay se encuentra en la 47ª posición.[2] En el índice de percepción de la corrupción de Transparency International, el país sudamericano se ubicó en el 21° lugar entre 198 naciones en 2019.[3] En el índice de paz global de 2020, la República Oriental de Uruguay está en el 35° lugar en un listado de 163 países.[4] En el índice de seguridad en salud global está en el 81° lugar entre 195 países.[5]
El país se independizó sin tener delimitados sus límites geográficos. Las fronteras que comparte con Brasil y Argentina fueron el resultado de negociaciones posteriores, en el caso brasileño, celebradas en 1851 y para el caso argentino de manera más reciente en 1961 y 1973.
Se sabe que lo que hoy es Uruguay fue avistado, por primera vez en 1516 por el explorador Juan Díaz de Solís, quien identificó a sus pobladores como charrúas o cazadores nómadas, chanaes o agricultores en ciernes y guaraníes o artesanos y navegantes ribereños. Con todo, la colonización de la zona del Río de la Plata fue tardía, dado que los españoles consideraban que esa parte del continente no era importante al carecer de las atractivas riquezas mineras existentes en México y Perú. Fue hasta el siglo XVII que se introdujo la ganadería en Asunción y de ahí fue llevada al territorio uruguayo. Sin embargo, los portugueses establecieron, frente a Buenos Aires, la Colonia do Sacramento misma que se convirtió en la manzana de la discordia entre España y Portugal. El nacimiento de Montevideo en 1724 a manos del gobernador de Buenos Aires ilustra esa lucha.[6] Esto se explica porque Uruguay fue parte del virreinato español del Río de La Plata –que también incluía a la hoy Argentina, Paraguay y parte de Bolivia, Brasil y Chile.
Mientras la Nueva España iniciaba la lucha por la emancipación, también en 1810 estalló la revolución de independencia en Buenos Aires, rechazada por las clases pudientes. José Artigas, capitán criollo del ejército español, apoyado por las clases menos favorecidas, incluyendo pequeños hacendados, campesinos sin tierra, indios y esclavos, encabezó la Liga Federal integrada por la Banda Oriental más las provincias argentinas de Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Misiones y Santa Fe. En 1816 los portugueses invadieron la Banda Oriental, apoyados por las clases pudientes de Buenos Aires y Montevideo, por lo que Artigas, derrotado, huyó a Paraguay donde permaneció hasta su muerte. En 1823, cuando Brasil se independizó de Portugal, la Banda Oriental se integró como la Provincia Cisplatina.[7] Uruguay proclamó su independencia el 25 de agosto de 1825 cuando a unos 100 kilómetros de Montevideo, en Piedra Alta de la Florida los uruguayos ratificaron su libertad conforme a tres postulados: independencia del Imperio de Brasil, de Portugal y de cualquier gobierno extranjero; una ley que unificaba a la Provincia Oriental con las Provincias Unidas del Río de la Plata y una ley sobre el pabellón. Las pugnas entre Argentina y Brasil no daban tregua puesto que ambas naciones deseaban quedarse con el territorio uruguayo. Así, el Reino Unido, que buscaba que ambas orillas del Río de la Plata no fueran argentinas en aras de impulsar sus intereses comerciales, intervino a través de Lord Ponsonby, para poner fin a la guerra y aprobar la independencia del país en 1828.[8] Así nació la República Oriental de Uruguay que proclamó su Constitución en 1830.[9]
Situación demográfica y epidemiológica
Uruguay cuenta con 3 518 522 habitantes, distribuidos en un territorio de 176 215 kilómetros cuadrados lo que significa que la densidad de población es de 19. 8 habitantes por kilómetro cuadrado. A finales del siglo XIX y principios del XX, llegaron a Uruguay migrantes procedentes de España e Italia. Ello no sólo elevó la demografía del país, sino que también modificó la estructura social, de edad y sexo de los residentes. Esta tendencia migratoria se mantuvo hasta mediados de la década de los 50 del siglo pasado, dada la debacle demográfica que supuso la segunda guerra mundial, especialmente en los países europeos.
Ya para la década de los 60 se revirtió el proceso y Uruguay presenció la salida de sus connacionales, tendencia que se mantiene al día de hoy. Las razones del éxodo uruguayo han sido políticas y económicas. En los 60, el deterioro de la situación económica llevó incluso al surgimiento de grupos guerrilleros, entre ellos el movimiento de liberación nacional tupamaros. Ello determinó que las autoridades incrementaran la represión y en 1973 se instauró una dictadura presidida por Juan María Bordaberry, respaldado por las fuerzas armadas y que se prolongó hasta 1985. Todo este tiempo miles de uruguayos salieron del país. De manera más reciente, en el presente siglo, la crisis económica de 2001 provocó una nueva ola de expatriados. Todo ello explica por qué en 30 años, la demografía se ha mantenido prácticamente igual, con 3 y medio millones de habitantes. Hoy por hoy hay más vacas que habitantes en el país, toda vez que la proporción de bovinos es de tres por cada uruguayo.[10]
Como se puede observar en el gráfico 1, Uruguay muestra un marcado envejecimiento de su población. Este proceso se produjo más temprano respecto a otras naciones latinoamericanas, dado que, como se observa en el gráfico 3, la tasa de fertilidad, hacia los años 60 ya era baja, de, apenas, 2. 88 hijos por mujer. Actualmente, con un índice de fertilidad de 1. 97 hijos por mujer, el país está por debajo de la tasa de reemplazo. Con una esperanza de vida al nacer de 77. 77 años, que es de apenas 10 años superior a la imperante en 1960, Uruguay es uno de los países más envejecidos en el contexto latinoamericano.[11] La mortalidad infantil es baja, habiendo pasado de 56. 6 niños muertos por cada 1 000 nacidos vivos en 1960 a 6. 1 en 2019.
Uruguay es un país mayormente urbano, de manera que el 95. 42 por ciento de la población habita en ciudades y una proporción muy pequeña reside en zonas rurales. Es necesario recordar que el mal llamado “problema charrúa” se mantiene sin solución. La historia oficial de Uruguay refiere que desde 1831 el país no tiene comunidades indígenas. Sin embargo, los charrúas sobrevivieron a la colonización y actualmente son una dos mil personas que residen en el territorio y que buscan se reconozcan sus derechos, situación que se vio favorecida por el fin de la dictadura en 1985. En 2005 nació el Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA) que trabaja para reivindicar y proteger a los nativos del país sudamericano.[12] Sin embargo, los indígenas no son la principal etnia en el país, toda vez que representan el 5. 1 por ciento de la población frente a los afrodescendientes, quienes son el 8. 1 por ciento de la población.[13]
Dado que, como se explicaba, el país ha expulsado población de manera continua desde, por lo menos, hace 50 años, hay una diáspora de más de medio millón de uruguayos -equivalentes al 13 por ciento de la población- residentes sobre todo en Argentina -con 212 800- y Brasil -con 55 mil-, si bien España -con 80 mil- y Estados Unidos -con 68 814- también albergan una proporción significativa de expatriados, como se puede observar en el mapa 1. En México, la inmigración uruguaya se acentuó en lo 70, con motivo de la dictadura y, actualmente se estima en poco más de 3 mil personas en el territorio nacional.
Mapa 1
La diáspora uruguaya
Los especialistas en temas migratorios señalan que Uruguay debería contar con una política integral que promueva el retorno de los expatriados, dado que, muchos de ellos son profesionistas y recursos humanos de gran valía que podrían coadyuvar al desarrollo nacional. Sin embargo, el actual gobierno ha priorizado la atracción de pequeños y mediados empresarios argentinos para que se asienten en Uruguay y contribuyan al repoblamiento del país. Si un extranjero invierte 1. 8 millones de dólares en Uruguay y permanece por seis meses en el territorio, puede obtener la residencia. La iniciativa ha generado muchas críticas, dado que, se piensa, ello podría hacer de Uruguay un paraíso fiscal que beneficiaría a terceros, no a los uruguayos. Asimismo, se enfatiza que ponderar sólo este aspecto aleja al país de una política migratoria más “humanitaria.”[14]
El envejecimiento demográfico del país pareciera ser la explicación de la apertura mostrada a la inmigración procedente de diversos países latinoamericanos, como se muestra en el mapa 2. Conforme a una ordenanza de 2008, el procedimiento para que los extranjeros residan en el país es sencillo, destacando aspectos como que el solicitante no cuente con antecedentes penales. El atractivo para el extranjero es que, una vez que posee la cartilla de identidad provisional tiene los mismos derechos que los nacionales uruguayos en materia educativa, laboral y de salud.[15]
El mapa 2, que provee datos del primer semestre de 2019, revela que el país efectivamente estaría incentivando la inmigración y no sólo por razones económicas, sino también para hacerse de recursos humanos calificados. Se sabe, por ejemplo, que se privilegia el arribo de extranjeros con cierto nivel educativo, excepción hecha con los argentinos, quienes son admitidos sin que necesariamente cuenten con una escolaridad alta. Nótese la importancia de los cubanos y venezolanos, seguidos por brasileños, argentinos y colombianos. Por cuanto hace a mexicanos residentes en Uruguay, la cifra se estima en, apenas, 550.[16]
Mapa 2
Migrantes latinoamericanos en Uruguay
Tanto la diáspora uruguaya como los extranjeros que residen en el país sudamericano, generan importantes flujos de remesas. Tradicionalmente las remesas de los expatriados uruguayos superaban ampliamente a las de los extranjeros que trabajan en el territorio del país sudamericano, pero en 2019 se redujo esa brecha por primera vez, de manera que entre enero y junio de ese año se enviaron remesas desde Uruguay a otras naciones por 61 millones de dólares en tanto los expatriados uruguayos remitieron transferencias de dinero equivalentes a 65 millones de dólares.[17]
¿Cómo es la salud de los uruguayos? Las enfermedades cardio y cerebrovasculares al igual que diversos tipos de cáncer son responsables del 42 por ciento de las defunciones totales. Se estima que el 60 por ciento de los decesos son provocados por enfermedades crónico-degenerativas no transmisibles causadas por estilos de vida obesogénicos -incluyendo sedentarismo, alimentación deficiente, más tabaquismo y alcoholismo. El 2 por ciento de los uruguayos fallecen por enfermedades mentales. El 75 por ciento de los fallecidos son mayores de 65 años.
El suicidio es un importante problema de salud pública en el país. Uruguay se ubica en primer lugar en América Latina con 17. 4 muertes por cada 100 mil habitantes. Quienes más recurren al suicidio son hombres y los más proclives a consumarlo son adultos mayores y adolescentes. Cada tres días se suicida un joven, lo que supera la tasa de muertes por accidentes de tránsito.[18] Uno de cada tres muertos por suicidio es adulto mayor de 65 años.[19] Se tiene identificado que los momentos en que se exacerban los suicidios son madrugadas, fines de semana, el día de San Valentín, navidad, año nuevo y las vacaciones de invierno. Los métodos más empleados son ahorcamiento, armas de fuego y salto al vacío.[20]
El sistema de salud de Uruguay
En general existen principalmente cuatro sistemas de salud en el mundo, a saber:
- El mutualista o bismarckiano, basado en cotizaciones como fuente principal de financiamiento, que se basa en las aportaciones obligatorias del trabajador y de la empresa en la que labora para su solvencia. Este sistema prevalece actualmente en Alemania y también en Austria, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Japón.[21] Al modelo bismarckiano también se le conoce como modelo de los seguros sociales.[22]
- El modelo Beveridge. Este sistema nació en 1942, en plena segunda guerra mundial de la mano de Lord William Beveridge, en el cual el Estado se hace cargo del financiamiento del sistema de salud unificando el sistema de seguridad social bajo su égida, a través de impuestos. Este modelo también se aplica en Francia -donde Pierre Laroque encabezó los esfuerzos para brindar protección social a la población, de manera que en 1946 se creó el sistema nacional de seguridad social-,[23] Suecia, Dinamarca, España e Italia, entre otros.
- El liberal, cuyo principal representante es Estados Unidos. Conforme a sus premisas, la salud es un bien de consumo donde son las libres fuerzas del mercado las que distribuyen los recursos sanitarios a la sociedad. El Estado no tiene la responsabilidad de promover la salud y su participación es marginal, dirigiendo su atención sobre todo a grupos desfavorecidos o carentes de recursos. El usuario paga directamente al proveedor o bien, lo hace a través de compañías privadas de seguros. Si bien el modelo favorece la competitividad entre los proveedores y da libertad a la sociedad de elegir al de su preferencia, cubre de manera imperfecta el aprovisionamiento de servicios de salud, dejando fuera numerosos padecimientos y también a diversos sectores de la población, incluso a aquellos que cuentan con un seguro privado.
- El socialista, del que subsisten ya muy pocos ejemplos, siendo Corea del Norte y sobre todo Cuba, sus máximos exponentes. En este modelo el financiamiento corre por cuenta del Estado e incluye a la totalidad de la población. Por lo tanto, tiene cobertura universal y gratuita. Las ventajas son evidentes: se apuesta por la medicina preventiva y la educación y alfabetización sanitarias para elevar la salud de la población. Con todo es un sistema rígido y burocrático.[24]
El sistema de salud de Uruguay es del tipo bismarckiano pero no siempre ha sido así. El artículo 44 de la Constitución de Uruguay tiene un perfil asistencialista sobre la salud, restringido a los sectores menos acaudalados. Esto derivó en que, por mucho tiempo, los servicios de salud fueran de baja calidad. Como se explicaba, Uruguay ha recibido muchos inmigrantes, quienes crearon organismos de auxilio a la población de carácter privado, los que se basaban en el prepago y ofrecían servicios sin fines de lucro. De hecho, la importancia de estos organismos era tal, que la mitad de la población hacía uso de esos servicios.[25]
Hacia fines del siglo XVIII e inicios del XIX nacieron los primeros hospitales públicos concebidos como caridad y acciones de las comunidades religiosas. “En 1878 el cabildo de Montevideo en conjunto con religiosos funda el primer Hospital de la Caridad, que hacia 1911 recibirá el nombre de Hospital Maciel. El Ministerio de Salud Pública fue creado en 1934 con cometidos normativos y asistenciales. Hacia 1935 el subsector privado se afirma con la creación de Centros de Asistencia Médica del Sindicato Médico (CASMU) y la incorporación del seguro de enfermedad de los Trabajadores privados (Ex DISSE) hacia los 60. En 1957 se crea el primer seguro parcial en salud con el Hospital Británico sólo para hospitalización de funcionarios de ferrocarriles del Estado (AFE). Hacia 1979 se crea el Fondo Nacional de Recursos (FNR) responsable del financiamiento de los Institutos de Medicina Altamente Especializados (IMAE) con tratamientos de alto costo y complejidad. En 1987 se crea la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) como organismo público encargado de administrar los establecimientos de Atención de salud del Ministerio de Salud Pública.”[26] Como se ve, el sistema estaba muy fragmentado. La crisis de 2001 sumada al marcado envejecimiento de la población y al desigual acceso a los servicios de salud llevó a que entre 2005 y 2007 se establecieran nuevas legislaciones en materia de salud -el país tenía 70 años sin legislar en la materia.[27] Así, mediante la Ley 18. 131 se creó el Fondo Nacional de Salud y con la ley 18. 161 se descentralizaron los servicios de salud estatales. Con la ley 18. 211 se creó el seguro nacional de salud y así, se generó el nuevo sistema nacional integrado de salud (SNIS).[28]
La reforma de 2005 incluyó cambios en tres direcciones: el modelo de financiamiento, el modelo de gestión, y el modelo de atención y dos herramientas imprescindibles para sostener esas transformaciones como lo son el SNIS, como entidad aglutinadora de los servicios que lo conforman y el Fondo Nacional de Salud (FONASA) como instrumento de financiamiento del seguro nacional de salud -que es único, público y obligatorio.[29]
El SNIS delimita las tareas de rectoría y conducción del sistema de parte del Ministerio de Salud Pública de la ASSE y más tarde de la red integrada de efectores públicos de salud (RIEPS). Posteriormente se determinó que en el Fondo Nacional de Salud (FONASA) se incorporarían jubilados, pensionados, profesionales independientes y cajas de auxilio y seguros convencionales. La ley 18 731 que contiene todas estas disposiciones, también fija un tope a las aportaciones personales al seguro nacional de salud, de manera que, si superan los límites establecidos, se producen devoluciones a los usuarios.[30] Se estima que hacia 2016 la cobertura alcanzaba al 73 por ciento de la población del país.
Es menester señalar que, si bien América Latina es, a nivel global, la zona con la mayor desigualdad social, Uruguay es el país con menor desigualdad de la región. Aun así, subsisten importantes carencias y un acceso diferenciado a la salud por edad, raza o etnia, clase social y territorio.[31] Así, uno de los retos es lograr la cobertura de servicios para quienes todavía están excluidos. Otro más tiene que ver con la formación -y retención, esto es, evitando la “fuga de cerebros”-[32] de los recursos humanos debidamente calificados para satisfacer los requerimientos de la transición epidemiológica y demográfica del país.[33]
Como se puede observar en el gráfico 6, en Uruguay el gasto en salud como porcentaje del PIB ha oscilado en el presente siglo entre el 10 y el 9 por ciento. El gasto en salud per cápita ha crecido, puesto que en el año 2000 era de 687. 93 dólares, en tanto que, hacia 2018, ya era de 1 590. 04 dólares. Adicionalmente, el gasto de bolsillo en salud ha visto una reducción significativa, puesto que mientras que en el año 2000 era del 25. 16 por ciento del gasto total en salud, para 2018 era del 16. 96 por ciento.
En cuanto se refiere al personal de salud, el país ha visto un importante incremento en el número de médicos por cada 1 000 habitantes al pasar de 1. 06 en 1960 a 5. 07 en 2017. El personal de enfermería, en contraste, ha tenido altibajos, al ser de 0. 86 enfermeras (os) por cada 1 000 habitantes en 2002 y de 1. 94 en 2017, pero con picos de 5. 86 en 2008 y 6. 27 en 2016.
Cabe destacar que entre el 7 y el 10 por ciento de los médicos uruguayos han abandonado el país en busca de mejores oportunidades profesionales y salariales. Sin embargo, Uruguay se las ha arreglado para atraer médicos cubanos, venezolanos y pakistaníes. Existe, por ejemplo, un acuerdo entre las autoridades uruguayas y cubanas que data de 2007 para que médicos de la mayor de las Antillas ejerzan su profesión en el país sudamericano, en el Hospital de Ojos, que ha permitido apoyar cirugías y otras serie de procedimientos oculares en beneficio de los uruguayos.[34] Si bien la presencia de esos nacionales genera tensiones con los profesionales de la salud autóctonos, en cierta forma pareciera que la importación de estos recursos humanos compensa la ya referida fuga de cerebros.
Uruguay y el coronavirus
Los primeros casos de personas con SARSCoV2, agente causal del COVID-19 en Uruguay se confirmaron el 13 de marzo de 2020 y corresponden a individuos que ingresaron al país entre el 3 y el 7 de marzo procedentes de Madrid, Barcelona y Milán. A la fecha (18 de enero de 2021) el país registra 32 378 casos y 311 defunciones. El éxito de Uruguay, considerando que tiene como vecinos a Brasil -el tercer país con la mayor cantidad de contagios y que ocupa el segundo lugar mundial por defunciones- y Argentina -que está en el 12° lugar por contagios y con 45 407 defunciones a escala planetaria- no deja de sorprender y generar envidia en el mundo entero, máxime considerando su demografía y la gran cantidad de adultos mayores, grupo que suele ser el más golpeado por el COVID-19.
En este sentido, los aciertos de Uruguay en la contención de la enfermedad radican en las siguientes medidas -y realidades-:
- Por ser un país donde la desigualdad es menor -a propósito del contexto latinoamericano-, esto se ha reflejado en el acceso a los servicios de salud;
- Cuando el primer caso de COVID-19 se confirmó en el país, el gobierno de Luis Lacalle Pou tenía dos semanas de haber asumido. El propósito de “empezar bien” su gestión, incentivó acciones expeditas, entre ellas, cancelación de eventos públicos, cierre parcial de fronteras y la cuarentena obligatoria para viajeros que arribaran al país procedentes de naciones con altas tasas de contagios;[35]
- Suspensión de clases y cierre de grandes centros comerciales;
- Campañas de sensibilización entre la población, promoviendo higiene, lavado de manos, uso de cubrebocas, y la permanencia en casa, el home office, etcétera;
- Creación de un Grupo Asesor Científico Honorario (GACH);[36]
- Realización de pruebas de detección en grandes cantidades, que en stos momentos eequivalen a casi la quinta parte de su población.[37] Incluso Uruguay desarrolló de manera autónoma y temprana kits de pruebas para coadyuvar a este esfuerzo;[38]
- El uso de chatbots, aplicaciones móviles y redes sociales para proveer información y orientar a la población; y
- La convocatoria a los comercios a suspender sus actividades. Se creó el Fondo Coronavirus -financiado, en parte con la reducción de los salarios del Presidente, sus ministros y funcionarios con los salarios más altos- para la asignación de recursos financieros que permitan responder a la pandemia.[39]
Por supuesto que Uruguay ha vivido momentos críticos durante la pandemia. Uno de ellos tuvo lugar en las primeras semanas cuando aparecieron los casos pioneros en el país. La protagonista es Carmela Hontou, una diseñadora uruguaya que, entre enero y febrero de 2020, viajó a España e intentó ingresar a Italia, habiendo contraído la enfermedad. Luego volvió a Uruguay y no obstante tener síntomas, acudió a reuniones y estuvo en contacto con cientos de personas, incluyendo su presencia en una boda con medio millar de invitados.[40] El caso de la Carmela le dio la vuelta al mundo y en el imaginario colectivo uruguayo se le considera la paciente cero y la responsable de haber llevado el COVID-19 a Uruguay.[41] Lo interesante del caso descrito es que, a pesar del imprudente comportamiento de Carmela Hontou, la enfermedad fue mantenida bajo control por parte de las autoridades.
De manera más reciente, sin embargo, se produjo un auge del COVID-19 en el país. El 16 de diciembre, cuando las defunciones llegaron a 100 personas, el Presidente Luis Lacalle Pou dispuso cerrar las frontera entre el 21 de ese mes y el 10 de enero de 2021. También se decidió limitar el tráfico entre los departamentos, especialmente en Montevideo y Rivera, los más afectados hasta ese momento por la progresión de la enfermedad.[42] El gobierno ha insistido en que el confinamiento sea voluntario y que a las personas no se les obligue a encerrarse en sus hogares. Con todo, se han establecido sanciones a quienes actúen de manera imprudente. Es justo decir que el país no ha tenido siquiera una primera ola y es posible que ahora se esté desarrollando.
Hace dos días, el GACH elevó a semáforo rojo la emergencia sanitaria en Uruguay, luego de que la incidencia registrada llegó a 25 casos por cada 100 mil habitantes. Las zonas más aquejadas por la propagación de la enfermedad son, además de Rivera -que tiene frontera con Brasil- y la capital Montevideo, Rocha -también fronterizo. Se espera que otros departamentos del país evolucionen en la misma dirección, por lo que las restricciones a la inmigración se mantendrán hasta fin de mes.[43] Parte de la explicación a esta serie de contagios radica en las vacaciones de fin de año y, ahora, al regreso a los centros de trabajo. La progresión de la enfermedad en Brasil y Argentina es un factor muy importante al igual que la cantidad de uruguayos residentes en ambas naciones y que suelen viajar a Uruguay por cualquier razón.
Respecto a la vacunación, Uruguay parecería haberse rezagado respecto a otras naciones latinoamericanas que ya han elegido una o varias de las opciones existentes –Sputnik V y AstraZeneka en el caso argentino; Pfizer en Brasil; CanSino, Pfizer y AstraZeneka en México, etcétera.[44] Existen indicios de que el Ministerio de Salud tiene interés en la vacuna Sputnik V pero también hay información sobre la posible adquisición de la elaborada por Pfizer.[45]
Mientras eso se define, es de destacar que, no obstante la longevidad de la población uruguaya, la tasa de letalidad es pequeña -0. 9 por ciento, de las más bajas del mundo- lo que sugiere que aspectos como la baja densidad demográfica, una menor desigualdad social y un sistema de salud reformado con bastante antelación a la aparición de la pandemia hacen su parte para explicar la singularidad y excepcionalidad, al menos hasta ahora, de Uruguay en el contexto latinoamericano frente al COVID-19.
[1] Klaus Schwab (2019), World Competitiveness Report 2019, Geneva, World Economic Forum, p. xiii, disponible en http://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf
[2] The Heritage Foundation (2020), 2020 Index of Economic Freedom, Washington D. C. The Heritage Foundation, disponible en https://www.heritage.org/index/country/Uruguay
[3] Transparency International (2019), Corruption perception Index 2017, Berlin, Transparency International, disponible en https://www.transparency.org/en/cpi/2019/results/Uruguay
[4] Institute for Economics and Peace (2020), Global Peace Index 2020. Measuring Peace in a Complex World, Sydney, Institute for Economics and Peace, disponible en http://visionofhumanity.org/indexes/global-peace-index/
[5] John Hopkins (October 2019), Global Health Security Index. Building Collective Action and Accountability, disponible en https://www.ghsindex.org/wp-content/uploads/2020/04/2019-Global-Health-Security-Index.pdf
[6] Instituto del tercer Mundo (1996), Guía del mundo 1996, Montevideo, Lumen, disponible en http://www.guiadelmundo.org.uy/cd/countries/ury/History.html
[7] Ibid.
[8] Daniel Hugo Martins (diciembre 2015), “Antecedentes históricos de la República Oriental del Uruguay”, en Revista de Derecho Público, año 24, núm. 48, pp. 93-100, disponible en http://www.revistaderechopublico.com.uy/revistas/48/archivos/martins48.pdf
[9] Ibid.
[10] Marcia Carmo (20 de enero 2020), “El plan de Uruguay para atraer extranjeros y repoblar al “paisito” de los 3 millones de habitantes”, en BBC Mundo, disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51170647
[11] Mariana Paredes (16 de noviembre de 2017), El proceso del envejecimiento demográfico en el Uruguay y sus desafíos, Santiago, CEPAL; disponible en https://www.cepal.org/es/enfoques/proceso-envejecimiento-demografico-uruguay-sus-desafios
[12] Pablo Albarenga (24 de octubre de 2017), “Un país sin indios”, en El País, disponible en https://elpais.com/elpais/2017/10/13/planeta_futuro/1507902270_613238.html
[13] OPS/OMS (s/f), Resumo do pais: Uruguay, disponible en https://www.paho.org/salud-en-las-americas-2017/?page_t_es=informes+de+pais%2Furuguay&lang=pt
[14] Marcia Carmo, Ibid.
[15] Ibid.
[16] Organización Internacional para las Migraciones (2011), Perfil migratorio de Uruguay, Buenos Aires, OIM, disponible en https://publications.iom.int/system/files/pdf/perfilmigratorioweb_uruguay.pdf
[17] El Observador (14 de octubre de 2019), “Número de remesas emitidas en Uruguay superan por primera vez a las recibidas”, disponible en https://www.elobservador.com.uy/nota/numero-de-remesas-emitidas-desde-uruguay-superan-por-primera-vez-a-las-recibidas-201910145017
[18] Uruguay Presidencia (17.07.2020), Salud Pública presentó informe de 2019 sobre suicidios en Uruguay, Montevideo, disponible en https://www.presidencia.gub.uy/comunicacion/comunicacionnoticias/dia-mundial-prevencion-delitos-msp
[19] Cristina Heuguerot, Elizabeth Díaz, Rossana Lucero, María de los Ángeles Paris y Viviana Porto (2017), “Tentativa e ideación de suicidio en adultos mayores en Uruguay”, en Cristina Larrobla, Pablo Hein, Gabriela Novoa, Alicia Canetti, Cristina Heuguerot, Víctor González, María José Torterolo, Leticia Rodríguez (compiladores), 70 años de suicidio en Uruguay: 7 disciplinas, 7 entrevistas, 7 encuentros, Montevideo, Universidad de la República, p. 48, disponible en http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/70-anos-de-suicidio-en-uruguay.pdf
[20] Universidad ORT (s/f), Suicidio: primera causa de muerte violenta, disponible en https://fcd.ort.edu.uy/43160/34/suicidio:-primera-causa-de-muerte-violenta.html
[21] MAPFRE (2018), Sistemas de salud: un análisis global. Comparación internacional de sistemas sanitarios seleccionados, Madrid, Fundación MAPFRE, pp. 12-23, disponible en https://www.fundacionmapfre.org/documentacion/publico/i18n/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1097443
[22] I. Vera (24 de septiembre 2018), “Bismarck vs Beveridge: el cara a cara de los sistemas de salud en la Unión Europea”, en Planta Doce, disponible en https://www.plantadoce.com/entorno/bismarck-vs-beveridge-el-cara-a-cara-de-los-sistemas-sanitarios-en-la-union-europea.html
[23] Organización Internacional del Trabajo (1 de diciembre 2009), De Bismarck a Beveridge: seguridad social para todos, Ginebra, OIT, disponible en https://www.ilo.org/global/publications/world-of-work-magazine/articles/ilo-in-history/WCMS_122242/lang–es/index.htm
[24] Universidad Autónoma de Madrid (2011), Introducción a los sistemas sanitarios. El sistema sanitario español, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid-Unidad de Medicina de Familia y Atención Primaria-Facultad de Medicina, disponible en https://formacion.uam.es/pluginfile.php/122653/mod_resource/content/1/Tema_7.pdf
[25] E. Levcovitz, M. Fernández Galeano, W. Benia, P. Anzalone, y E Harispe (coordinadores) (2016), Perfil del sistema de salud. Monitoreo y análisis de los procesos de cambio, Montevideo, Organización Panamericana de la Salud, p. 10, disponible en https://www.paho.org/uru/index.php?option=com_docman&view=download&alias=520-libro-perfil-del-sistema-de-salud-2015&category_slug=publications&Itemid=307
[26] Álvaro Fernández (s/f), Sistema de salud en Uruguay. Análisis crítico, disponible en https://www.monografias.com/trabajos-pdf5/sistema-salud-uruguay-analisis-critico/sistema-salud-uruguay-analisis-critico.shtml
[27] E. Lecovitz et al, Op. cit.: 12.
[28] Ibid.
[29] Victoria Arbulo, Juan Pablo Pagano, Gustavo Rak y Laura Rivas (diciembre 2012), Análisis de la cobertura poblacional del sistema nacional integrado de salud y de la incorporación de colectivos al seguro nacional de salud, Montevideo, Organización Panamericana de la Salud, pp. 21-38, disponible en https://www.paho.org/uru/index.php?option=com_docman&view=download&category_slug=publications&alias=404-el-camino-hacia-la-cobertura-universal-en-uruguay-cobertura-poblacional&Itemid=307
[30] Ibid.
[31] Ibid.
[32] Radio Carve (s/f), “El 26 por ciento de los uruguayos con título de doctorado vive fuera del país”, disponible en https://www.carve850.com.uy/2018/12/12/el-26-de-los-uruguayos-con-titulo-de-doctorado-vive-fuera-del-pais/
[33] Daniel Aran y Hernán Laca (enero 2011), “Sistema de salud e Uruguay”, en Salud Pública de México, vol. 53, suplemento 2, disponible en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342011000800021
[34] ADNCuba (21 de febrero 2020), “Nuevo gobierno de Uruguay mantendría convenio médico con Cuba”, disponible en https://adncuba.com/noticias-de-cuba/nuevo-gobierno-de-uruguay-mantendria-convenio-medico-con-cuba
[35] Es de destacar que Lacalle Pou encabeza un gobierno conservador de derecha y que al asumir non invitó a su toma de posesión a ninguno de los gobernantes latinoamericanos considerados de izquierda. Lacalle Pou tiene un buen entendimiento con su homólogo Jair Bolsonaro de Brasil.
[36] Pelin Berkmen y Natasha Che (s/f), El secreto del éxito de Uruguay contra el COVID-19, Washington D. C., Fondo Monetario Internacional, disponible en https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=13865
[37] Al 4 de enero, Uruguay había realizado 654 191 pruebas diagnósticas.
[38] OPS (15 de diciembre 2020), Cómo Uruguay desarrolló kits propios para diagnosticar el COVID-19 en un contexto de escasez mundial, disponible en https://www.paho.org/es/historias/como-uruguay-desarrollo-kits-propios-para-diagnosticar-covid-19-contexto-escasez-mundial
[39] Pelin Berkmen y Natasha Che, Ibid.
[40] Irene Núñez (13 de marzo 2020), “”Estuve en un casamiento con 500 personas” relatódiagnosticada con coronavirus en Uruguay”, en El País, disponible en https://www.elpais.com.uy/informacion/salud/estuve-casamiento-personas-relato-diagnosticada-coronavirus-uruguay.html
[41] Mariángel Solomita (3 de enero de 2021), “Carmela Hontou cuenta su caso, pide “perdón” y prepara su autobiografía”, en El País, disponible en https://www.elpais.com.uy/que-pasa/carmela-hontou-cuenta-caso-pide-perdon-prepara-autobiografia.html
[42] Cecilia Filas (16/12/2020), “Coronavirus: Lacalle Pou prohíbe el ingreso a Uruguay entre el 21 de diciembre y el 10 de enero”, en Cronista, disponible en https://www.cronista.com/internacionales/Coronavirus-Lacalle-Pou-prohibe-el-ingreso-a-Uruguay-entre-el-21-de-diciembre-y-el-10-de-enero-20201216-0049.html
[43] Infobae (16 de enero de 2021), “Uruguay entró en zona roja de riesgo por coronavirus”, disponible en https://www.infobae.com/america/america-latina/2021/01/16/uruguay-entro-en-zona-roja-de-riesgo-por-coronavirus/
[44] Federico Anfitti (23/12/2020), “Uruguay sigue sin elegir su vacuna contra el COVID-19”, en La Vanguardia, disponible en https://www.lavanguardia.com/vida/20201223/6146119/uruguay-sigue-elegir-vacuna-covid-19.html
[45] Federico Castillo (30 de diciembre de 2020), “Gobierno negocia la compra de la vacuna contra el Covid en “varios frentes” con el objetivo de empezar a vacunar cerca de abril”, en Semanario Búsqueda, disponible en https://www.busqueda.com.uy/Secciones/Gobierno-negocia-la-compra-de-la-vacuna-contra-el-Covid-en-varios-frentes-con-el-objetivo-de-empezar-a-vacunar-cerca-de-abril-uc46058