febrero 23, 2025

Compartir

Confianza


1. f. Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.

Verdad


Del lat. verĭtas, -ātis.

1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.

2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.

3. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.

En la época de la posverdad, Internet tiene el poder de hacer verdad algo, aunque no sea real. La verdad y la realidad no necesariamente coinciden. El golpeo sistemático, reiterado, desproporcionado, contra los medios, y principalmente los periodistas, no tiene como objetivo realmente a los medios o a los periodistas en sí mismos.

El objetivo amplio es utilizar la información como arma para confrontar, causar confusión y destruir la confianza en ciertas fuentes y reforzarla en otras, según convenga.

La época de la posverdad no se basa en mentiras específicamente. Se basa en convencer a una audiencia de que algo es verdad, aunque no lo sea, presentándole una narrativa que  asimile desde sus propios sesgos cognitivos, porque de antemano es propensa a aceptarla y creerla.

¿Qué es la verdad?

La verdad es una más de las manifestaciones de la percepción de una persona, es la forma en que construye sus ideas, pensamientos, juicios y los da por válidos al relacionarlos a su realidad.

Una de las teorías que se cree que más influye en la manera en que una persona acepta como verdad una pieza de información, es a partir de que le parezcan coherentes las frases con las que se le presenta.

Internet se ha vuelto el medio ideal para inducir narrativas, que no necesariamente son reales, y que el usuario puede aceptar como verdad.

Para un usuario promedio, una idea le parece coherente cuando es concordante con sus supuestos, ideas y creencias preexistentes, lo refuerza en su propia percepción e identidad, lo que lo lleva al estado de certidumbre y la aceptará sin cuestionarla. Además, la considerará como válida y la aceptará como verdad.

Pero, para un usuario promedio una idea le parece incoherente cuando es opuesta o discordante a sus supuestos, ideas y creencias preexistentes, lo cuestiona en su propia percepción e identidad, lo que lo lleva al estado de incertidumbre y la rechazará. Con esto, la considerará carente de validez y no la aceptará como verdad.

El ser humano tiende a aceptar sin resistencia las ideas que le son concordantes, aunque no sean reales, pero le parezcan verdaderas. Y el humano tiende a limitar y rechazar las ideas que le son discordantes, aunque si sean reales, pero no le parezcan verdaderas.

No los hechos. No los datos. No la comprobación. Para aceptar algo como veraz basta la mera percepción.

En el entorno social digital este fenómeno es palpable. Por eso los títulos y encabezados son tan importantes en el modelo de posverdad. Diversos estudios y análisis muestran que los usuarios al buscar información confían con tan solo leer el título, el encabezado, algunos renglones, o en caso de videos y audios, unos minutos. Con eso la darán por veraz. Y le habrán dado su confianza también a la fuente de la información, aunque solo estén ejerciendo un sesgo de confirmación.

Adicionalmente, como refuerzo, bastan algunas piezas de evidencia, que pueden ser los dichos de algún otro usuario con quien exista afinidad. Así, las esferas de interacción se convierten en meras cámaras de resonancia que confirman una idea, que puede ser inducida convenientemente, y no necesariamente tiene que ser real.

¿Dónde queda la confianza?

Este posiblemente es el punto más delicado del modelo. Con la llegada y consumo masivo de dispositivos digitales y las redes sociales como elemento de comunicación e intercambio de información entre personas, las figuras de autoridad, a cualquier nivel o responsabilidad, ya no necesitan de los medios tradicionales para hacer llegar sus mensajes.

Ahora, la confianza se entrega de persona a persona, aunque alguna de ellas no exista, o lo haga atendiendo a determinados intereses.

Por eso es tan importante conocer y entender las estrategias de manipulación digital. Es más poderosa la influencia cuando se ha logrado inducir una narrativa de confianza a los participantes del entorno social digital que convienen, y de desconfianza a los que resulten incómodos.

Los gobiernos, no solo en México, se han adueñado de la idea, del concepto, de los bulos, de las fake news, y llaman así a la información válida siempre que no les resulta favorable o les contradice.

En México tenemos una sola palabra que resume todo lo que puede satanizar a un medio o periodista: chayote.

Es la nueva forma de censura, los linchamientos digitales. Esa cadena de ataques y ofensas constantes, reiterados, infundados, para sofocar voces y callar opiniones. No es necesario expresamente prohibir al medio o al periodista que ejerza su profesión, basta con señalarlo como carente de veracidad, adjetivarlo como mentiroso, y condenarlo.

A nadie le gusta que le mientan o creer que ha sido engañado. Todos los gobiernos del mundo están aprovechando las deficiencias cognitivas para inducir en el usuario figuras de confianza, a modo y convenientes.

¿Y los medios alternativos? De esto, la próxima semana.

Hagamos red, sigamos conectados.

Autor

  • Leo García

    Diseño y coaching de estrategias para manejo de redes sociales. Experiencia en análisis de tendencias en línea.

    View all posts