Recientemente el gobierno de Vietnam anunció que la película Barbie, dirigida por Greta Gerwig, estelarizada por Margot Robbie y Ryan Reynolds y con la fotografía del mexicano Rodrigo Prieto no se podrá exhibir en el país asiático. La razón no tiene que ver con la controvertida muñeca Barbie ni los estereotipos que promueve entre las y los infantes sobre las mujeres, sino porque en un tráiler promocional de la película se muestra un mapa del Mar Meridional de China con nueve líneas que simbolizan los reclamos soberanos de la República Popular China (RP China) sobre una zona en disputa con Vietnam y otros países de la zona. La manera en que es presentado el mapa, parecería sugerir que la Warner Brothers, en una suerte de “mensaje subliminal” favorece la postura china sobre su soberanía en esa parte del mundo, algo que provocó la ira de Hanoi y que impedirá que las audiencias del país puedan disfrutar de esta producción.
El tema ya generó un comunicado de parte de Beijing donde reafirma su soberanía sobre la zona en disputa. La Warner Brothers, por su parte, sostiene que no ha sido su intención involucrar consideraciones políticas a favor de Beijing con esa tráiler. ¿Será? ¿Efectivamente la RP China no tiene nada que ver con la aparición del mapa en cuestión en el promocional de la película? A juzgar por el creciente predominio que la RP China tiene en las producciones de Hollywood, se puede considerar que el mapa no fue una inocentada de la Warner Brothers sino que fue colocado con esas características para favorecer los intereses geopolíticos de Beijing. Lo que es más: en el mismo mapa, un poco más abajo, se observa que Taiwán está unido a la RP China, de manera que seguramente Taipei no tardará en prohibir la película o al menos en realizar una airada protesta ante semejante sugerencia, considerando que la isla de Formosa una y otra vez se autodefine y caracteriza como independiente de la RP China.
Hollywood, cuyo reinado como la meca del entretenimiento cada vez es más desafiado ante el surgimiento de otros exitosos productores de películas, series, animación de diversos países, y si bien la fragmentación de los mercados internacionales para satisfacer las necesidades y gustos de las audiencias es un reto, de todos modos sigue siendo un referente mundial y, por lo mismo, un objetivo de la diplomacia pública china.
Por largo tiempo, Occidente y en particular, la industria del entretenimiento de Estados Unidos, ha generado narrativas negativas sobre los asiáticos, trátese de chinos, japoneses, vietnamitas y coreanos, para citar sólo algunos casos harto conocidos. Los grandes estudios asentados en Hollywood han privilegiado estereotipos contra todos aquellos que no fueran blancos, anglosajones y protestantes (WASP) y los asiáticos no han sido la excepción. Sin figurar de manera prominente en las grandes producciones cinematográficas, cuando están presentes los asiáticos son los villanos, los tramposos, los mafiosos y los fascistas. En el cine de acción de los años 90 del siglo pasado, por ejemplo, proliferaron los villanos chinos quienes recibieron un tratamiento despectivo, peyorativo y humillante, en lo que algunos especialistas interpretan como la reacción de Estados Unidos al desafío que plantea a su autoridad la bonanza y ascenso de la RP China. También los japoneses han sido retratados en lo general como fascistas, asesinos, sádicos y belicosos. ¿Y qué decir de toda la filmografía sobre Vietnam donde prevalece una narrativa en la que los estadunidenses quieren “salvar” y “proteger” a los barbáricos vietnamitas de sí mismos y en que los victimarios se transforman en víctimas -Oliver Stone dixit-? Michelle Yeoh histriona oriunda de Malasia que obtuvo en el presente año el premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood como mejor actriz por su desempeño en Todo en todas partes al mismo tiempo, es de hecho, la primera actriz asiática en ser galardonada con ese premio en la historia de la meca del cine. Ella misma exaltó el racismo de la industria estadunidense del entretenimiento contra los asiáticos en innumerables ocasiones previo a la recepción del galardón.
La animación ha entrado al rescate de la mala imagen de Asia en Hollywood. Tanto el anime japonés como la animación que se lleva a cabo e Corea del Sur, donde la empresa AKOM hace Los Simpson, en tanto todas las producciones de Disney y Pixar se desarrollan en Busan -esencialmente porque los costos de producción son más bajos que en Estados Unidos- permiten una oferta de entretenimiento ampliamente consumida en Occidente, si bien, sobre todo en el caso surcoreano, no siempre con el debido crédito e incluso mucha gente ignora que las animaciones más laureadas de Hollywood se producen en Corea del Sur. En fin.
China y Hollywood
En la medida en que el mercado chino se ha tornado cada vez más atractivo -en 2002, con 6 estrenos, la taquilla recaudó 5. 4 millones de dólares, en tanto que en 2019, con 455 estrenos, llegó a la cifra histórica de 8. 99 mil millones (billions) de dólares-, Hollywood ha entablado una relación de negocios muy conveniente para Beijing y que encaja a la perfección con la estrategia de posicionamiento del gigante asiático encaminada a ganar las mentes y los corazones de las audiencias, en especial las de Occidente.
En los planes quinquenales de la RP China, en particular el 11º y el 12º de 2006-2010 y 2011-2015, respectivamente, se anunció la política de salir al mundo a efecto de mejorar la imagen internacional del país. La industria cinematográfica china se tornó crucial ante estas ambiciones de manera que la Administración Estatal China de Radio y Televisión (SARFT) sería el artífice de esta empresa. El ingreso del país a la Organización Mundial del Comercio (OMC) coincidió con el boom en la producción doméstica de películas y Beijing buscó crear un apetito internacional por la cultura del gigante asiático. Esto no parecía sencillo, toda vez que hay un profundo desconocimiento en Occidente respecto a la cultura, valores, tradiciones y visiones chinas. La RP China es en sí misma multicultural. A los occidentales, muchos respaldando una visión liberal del mundo, les cuesta convivir o abrir un espacio a otras culturas que no conocen ni parecen querer entender. ¿Cómo solucionar este crucigrama? La respuesta estriba en el atractivo del mercado chino para Hollywood.
Para la RP China es crucial asegurar al mundo que su desarrollo y bonanza no representan una amenaza. De ahí que en lo que toca al cine se haya puesto el énfasis en géneros como la ciencia ficción para exaltar el desarrollo tecnológico y espacial del país, pero mostrándolo como un promotor de la paz mundial y como un actor que ayuda a resolver problemas. La película Gravity de 2013 del mexicano Alfonso Cuarón, ganadora de siete premios Óscar entre ellos a mejor largometraje y fotografía, tiene un detalle en su narrativa que refleja mucho de lo expuesto. Tras la destrucción de la Estación Espacial Internacional (EEI) y del transbordador espacial Explorer a causa de la basura espacial, la protagonista, la científica Ryan Stone (Sandra Bullock) queda desprovista de los medios para volver a la Tierra. Para su buena suerte, los chinos tenían en órbita la Estación Espacial Tiandong -que de hecho fue la primera estación espacial china entre 2011 y 2018- a la que Ryan Stone logra llegar para volver sana y salva a la Tierra. Es decir, de no haber sido por la infraestructura espacial de la República Popular, el desenlace de Gravity habría sido fatídico.
Gráfico 1
Cuando Cuarón viajó en el mismo año del estreno a la RP China para presentar su película, afirmó que nunca más volvería a realizar una producción como esa porque le tomó más de cuatro años concretarla. Sin embargo, expresó en la conferencia de prensa respectiva que le encantaría que los chinos lo llevaran al espacio ultraterrestre dado que ellos viajan continuamente allá. También aprovechó para negar que la inclusión de la infraestructura espacial china en la película, fuera una estratagema, común ahora en Hollywood, para vender su largometraje a las audiencias del gigante asiático. La película, que costó más de 100 millones de dólares debido a los complejos efectos especiales que requirió, recaudó en la tanquilla china 70 millones por lo que se puede considerar que sedujo a las audiencias del país. En el resto del mundo, la película obtuvo ganancias en taquilla y video por 748 millones de dólares.
El ejemplo de Gravity y la decisión de Cuarón de poner en buenos términos a la República Popular, aunque tangencialmente, ilustra lo que está haciendo Hollywood en la actualidad. No parece que Cuarón haya desarrollado la trama del largometraje pensando únicamente en cómo vender su película en el mercado chino, pero el punto es que curiosamente la cinta del mexicano trata bien al país asiático y eso es lo que quiere Beijing. Hay otros casos donde el posicionamiento espacial de la República Popular ayuda también a salvar al mundo. The Martian película de 2015 del reconocido cineasta Ridley Scott, cuenta la historia de un astronauta (Matt Damon) que tras una tormenta de arena es abandonado por sus compañeros en Marte. Para poder sobrevivir emplea los conocimientos que tiene sobre cultivos, cómo producir agua, oxígeno, etcétera. Cuando finalmente logra comunicarse a la Tierra nadie sabe cómo traerlo de vuelta, pero un inteligente chino que dirige la Administración Nacional Espacial de China (CNSA), propone usar un cohete secreto (chino, por supuesto) para ayudar a rescatar al astronauta. De nuevo, como en Gravity, la RP China salvó la trama.
En la superproducción de Roland Emmerich Independence Day: Resurgence de 2016, hay una base lunar que alberga al sistema de defensa espacial de la Tierra para enfrentar amenazas alienígenas, mismo que es gestionado por el comandante chino Jiang Lao -si bien el actor que lo caracteriza, Chin Han, es singapurense. Otro tanto se puede decir de Transformers: Age of Extinction de Michael Bay de 2014 y de Pacific Rim: Uprising de Steven S. DeKnight de 2018. La película de Emmerich fue un hit en las salas de cine chinas al recaudar 75 millones de dólares, en tanto la cinta de Michael Bay se alzó con 301 millones de dólares y la de DeKnight con 99 millones de dólares. Aquí es importante el arquetipo de los actores chinos que aparecen en las películas referidas. En Pacific Rim: Uprising hay una magnate china, Shao Liwen, quien apoya a los protagonistas con recursos financieros para enfrentar a los monstruos. En Transformers: Age of Extinction, se tiene al personaje de Su Yueming, una mujer que poseía una fábrica y que es practicante de artes marciales y ayuda a los protagonistas durante su travesía por la República Popular.
La RP China ha optado por esta fórmula con heroínas y científicos/científicas en papeles aparentemente secundarios, dado que el cine de directores aclamados y de culto como Zhang Yimou quien ha producido largometrajes como Red Sorghum (1988), Ju Dou (1990), The Road Home (1999), el blockbuster Hero (2002), y Coming Home (2014), si bien tienen un mercado en Occidente, no son las películas apropiadas para los fines del poder suave chino. Hero, por ejemplo, fue un gran hit en la RP China y en Estados Unidos, obteniendo 30 millones de dólares en la taquilla china cuando en esos tiempos había un público menor que el que se tiene actualmente. En Estados Unidos y Canadá obtuvo 53. 7 millones en taquilla y fue aclamada por la crítica especializada. Fue la propuesta china para los premios Óscar de ese 2003, pero perdió a favor de una película alemana, Nowhere in Africa. La metáfora es que no importa cuán portentosas sean las producciones chinas: Occidente al final las acepta a medias o de plano las ignora.
De Zhang Yimou, responsable del espectáculo de apertura de los Juegos Olímpicos de Beijing de 2008, se tiene también el largometraje The Great Wall, película de 2016 que constituye una suerte de piloto como coproducción entre la RP China, Japón y Estados Unidos. Con un costo de 150 millones de dólares, cuenta con la participación de Matt Damon. La película fue destrozada por la crítica, en especial porque se le acusa de whitewashing, es decir, de colocar a un protagonista occidental que es el héroe y desplaza a los protagonistas no occidentales, en este caso chinos, algo semejante a lo ocurrido con la película Gorilas en la niebla protagonizada por Sigourney Weaver donde la mujer blanca es la que salva a los gorilas de la montaña del salvajismo y los traficantes de vida silvestre ruandeses. En La gran muralla, que tiene una trama mitológica ambientada en la China medieval, Damon interpreta a un mercenario arrestado dentro de una muralla a la que, más adelante, ayudará a defender. Damon no es el protagonista y su presencia es empleada por los productores para vender la película en los mercados internacionales. Sin embargo, no fue el blockbuster que se esperaba y no funcionó el experimento. La apuesta entonces ha sido generar blockbusters propios y el gobierno chino se ha tornado más restrictivo, luego de haber permitido que los grandes estudios de Hollywood, ávidos de mercados, probaran y comprobaran la importancia del mercado chino.
Hoy las autoridades chinas ponen una cuota a las películas extranjeras que se pueden exhibir en el gigante asiático -en parte es resultado del nacionalismo y una respuesta al hostigamiento occidental- cada año y Hollywood busca que esa cuota se amplíe. Censuran largometrajes por las razones más curiosas. Pero las audiencias chinas también se han tornado más selectivas en torno a las películas que desean mirar. Y ahora Beijing puede plantear condiciones a los occidentales para que puedan vender sus productos.
La productora de la película The Great Wall es el Wanda Group, que ha invertido fuertemente en Hollywood, pero que ante las sanciones decretadas por el gobierno de Donald Trump y que la administración Biden ha mantenido, ha reducido sus inversiones en la meca cinematográfica californiana. La realidad es que el presente y futuro de la industria del entretenimiento en Hollywood, ante los estragos que provocó la pandemia, el auge del streaming, la fragmentación de los mercados, y el surgimiento de otras mecas del cine como Bollywood, Hillywood, Nollywood y otras más, amparadas, como en el caso chino, de mayores dosis de nacionalismo, enfrenta incertidumbre y desafíos que debe sortear. De ahí su interés en el mercado chino.
¿Qué sería de Hollywood sin las audiencias chinas? Hoy Beijing hace valer su importancia como mercado. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que … “los cambios en las fuerzas globales del mercado han abierto la cultura geopolítica de Hollywood sobre China. Motivados por la promesa de ganancias financieras, los grandes estudios parecen haber retirado a China de la red de binarios inventados que describen al viejo orientalismo y ajustado la posición del país en la jerarquía occidental de lo familiar y de lo Otro que ordena al mundo. Este desarrollo le ha permitido a Beijing cooptar a Hollywood como una herramienta de la diplomacia pública china, cuyo objetivo es incrementar el poder suave de China en el mundo occidental. El cambio de percepción de Hollywood sobre China que ya no aparece antiética a los ojos de EEUU y Occidente ha creado un espacio en el que narrativas estratégicas chinas específicas pueden comunicarse a las audiencias extranjeras. Sin embargo, esto no pone fin al problema del posicionamiento asociado con la producción cultural occidental de Hollywood. La perspectiva revisada de los grandes estudios como un lugar familiar, equivalente y por lo tanto compatible con “nosotros” todavía proyecta un poder discursivo EEUU-Occidente, aunque menos discernible: la disposición de Hollywood a transmitir una imagen favorable no sólo de China en los asuntos globales sino también de su cultura e identidades étnicas depende de que China se reescriba con características culturales occidentales.”
Lo que los chinos piden a Hollywood
Pero negocios son negocios y si bien la parte de incluir las narrativas chinas en las producciones de Hollywood aun es un pastel en proceso de cocción, hay otros ámbitos donde la meca estadunidense del cine ha hecho concesiones al gigante asiático para poder irrumpir exitosamente en ese mercado. A los chinos les gustan las producciones chinas y las grandes producciones occidentales, para llegar a un mercado crecientemente urbano que posee más de 82 mil salas de cine deben hacer “adecuaciones” a las tramas de las películas para tener la autorización del gobierno. Así, la película Guerra mundial Z de 2013 dirigida por Marc Forster y que protagoniza Brad Pitt, plantea la historia de una epidemia de zombis que se origina en territorio chino. La escena donde se menciona esto fue eliminada para no ofender a Beijing y poder exhibir la película en el país asiático. Otro caso es el de la película Skyfall de la zaga de James Bond, dirigida por Sam Mendes y estrenada en 2012. Aquí el cambio consistió en suprimir una escena en la que un francotirador mata a un guardia de seguridad chino, además de que el villano encarnado por el actor Javier Bardem en unas líneas afirmaba haber sido torturado en China, por lo que esa escena también fue borrada. Un caso por demás curioso es el de la película Red Dawn de 2013, dirigida por Dan Bradley y que contiene una escena en que el ejército chino invade Estados Unidos. Pues bien, en la edición de la película para el mercado chino se colocó a soldados de Corea del Norte -después de todo la relación bilateral con EEUU es mala ¿no? además de que ese mercado no le importa gran cosa a Hollywood- en reemplazo de los chinos.
Los estudios cinematográficos y empresas de medios chinos que por ley están obligados a cooperar con las autoridades de Beijing en materia de contenidos, mensajes y temáticas y que tienen negocios con Hollywood incluyen además del Wanda Group a
- Zhengfu Pictures
- China Film Group
- Ruyi Media
- Starlight Culture
- Entertainment Group
- Bona Film Group
- Emperor Motion Pictures
- TIK Films
- Tencent Pictures
- Sparkle Roll Media
- Huayi Brothers Media
- Kylin Pictures
Hunan TV
- China Lion Entertainment
- China Media Capital
- China Movie Media Group
- Ali Baba Pictures
- Huahua Media
- Shanghai Film Group
- Perfect World Pictures
- China Movie Channel
- China FilmCo-Production Corporation y
- Hishow Entertainment.
La censura china
Chloé Zhao la ganadora del Óscar a mejor película en 2021 por Nomadland, es una directora china que ha hecho su carrera con películas independientes. La excepción es Ethernals, película de 2021 de los estudios Marvel, un blockbuster, y contrataron a Zhao para la dirección de la misma. Dado que esta directora ha hecho comentarios negativos sobre el régimen chino, Nomadland fue retirada de las salas cinematográficas y a Ethernals no se le autorizó la proyección en los cines chinos. No es la primera vez que esto ocurre. Cuando Brad Pitt protagonizó en 1997 la película de Jean-Jaques Annaud, Seven Years in Tibet el gobierno chino prohibió la entrada al actor, aunque esta restricción fue levantada en 2014 cuando Pitt con su entonces esposa Angelina Jolie visitaron el país. Keanu Reeves fue vetado y sus películas eliminadas de cualquier catálogo de exhibición en el gigante asiático, luego de que en 2022 el actor manifestara su apoyo al Tíbet. Katy Perry quien en 2015 sostuvo una bandera de Taiwán que ondeó cuando actuó en la isla, enfureció a Beijing y no puede ingresar a la República Popular. Richard Gere quien se pronunció como Reeves a favor del Tíbet en 1993 en la ceremonia de los Óscar dice que los grandes estudios de Hollywood temen contratarlo para evitar la ira de la RP China. A Justin Bieber y Jay-Z se les prohíbe el ingreso porque las autoridades del país los consideran mala influencia para los jóvenes. Myley Cirrus, cuando se maquilló para “verse como asiática” también fue declarada persona non grata.
¿Cuánto tiempo duran los vetos chinos a los occidentales hasta forzarlos a que acepten las condiciones de Beijing para operar en el gigantesco mercado asiático? Una pista la puede proporcionar lo sucedido con la exitosa serie de animación Los Simpson. Cuando la serie llegó a la RP China, lo hizo al lado de otras exitosas franquicias animadas como Mickey Mouse, Pokémon y Bob Esponja. Para las autoridades, estos productos eran simplemente caricaturas y el romance con Los Simpson transcurrió sin problemas hasta que el 347° episodio de la 16ª temporada, denominado Aventura en China fue transmitido en aquella nación. En el citado episodio, la familia amarilla viaja a la RP China porque una de las hermanas de Marge, Selma, desea adoptar un bebé. Siguiendo el consejo de Lisa respecto a las oportunidades de adopción que existen en la RP China, Selma visita el consulado chino donde recibe información sobre el procedimiento. El episodio destaca los lugares comunes en torno a las percepciones sobre la RP China que subsisten en el (in) consciente colectivo estadunidense. En el consulado chino, por ejemplo, el empleado que atiende a Selma tiene a sus espaldas un mapa de la RP China donde Taiwán aparece de manera prominente a lo largo de 31 segundos. En otra sección figura la Plaza de Tiananmen con la leyenda “en este lugar, en 1989, no pasó nada.” En cierto momento, la familia Simpson visita el Mausoleo de Mao Zedong en Beijing y Homero mira el cuerpo de Mao y exclama: “¡mírenlo, es como un pequeño ángel!” y en seguida se aproxima a él y le susurra al oído: “a ver… ¿quién mató a 50 millones de personas?, ¡sí, tú lo hiciste!”. Cabe destacar que, en agosto de 2006, el gobierno chino anunció que Los Simpson, al lado de otros dibujos animados sería proscritos a fin de fomentar la transmisión de series hechas en el país.
Efectivamente, la prohibición de Los Simpson y los demás dibujos animados de Hollywood es una de las razones por las que la industria china de la animación ha mejorado tanto en los últimos años. Sin embargo, al proscribir a las series animadas occidentales, las autoridades chinas dejaban entrever que no querían caer en la contradicción de impulsar la producción doméstica de caricaturas que exaltaran el patriotismo chino, mientras permitían que aquellas de manufactura estadunidense se burlaran del régimen (Ibid.). Claro que Los Simpson se mantuvieron disponibles en DVD piratas. Los Simpson regresaron a la RP China en 2014, de la mano del streaming en Sohu, la versión china de Hulu, tras un acuerdo con la Fox -hoy Disney. Sus audiencias, sin embargo, no han sido las esperadas y les ha costado trabajo competir con las series animadas chinas. Para los chinos, con una cultura –o culturas- distinta (s) a la estadunidense, resulta difícil entender el sarcasmo característico de la serie. Asimismo, a diferencia de Francia, donde numerosas referencias culturales de la serie han sido adaptadas a la cultura francesa, en la RP China no se le transmite con esas características y ello le resta posibilidades entre las audiencias. Con todo, la Fox/Disney lejos de darse por vencida, llegó a un acuerdo con las autoridades chinas para abrir su primera tienda especializada en Los Simpson en Beijing, con planes para inaugurar otras tantas en el futuro cercano.
A Los Simpson, tras la compra de la Fox por Disney ahora se les puede ver en la RP China en el servicio de streaming Disney+. El episodio referido, fue retirado del catálogo, al igual que el segundo episodio de la 34ª temporada One Angry Lisa en el que se menciona al trabajo forzado en el país. En este caso, dado que Disney posee importantes inversiones en la RP China, incluyendo un parque temático en Hong Kong y la franquicia de Marvel Studios que tiene estrenos millonarios comprometidos en el país, opto, como en otros casos citados, por la autocensura y evitar una nueva prohibición -le empresa estuvo vetada previamente por tres años en el país.
Mientras tanto, la industria china de animación se va consolidando. El caso del largometraje Ne Zha que en 2019 fue la películas más vista en el país y que generó ganancias en taquilla por 742 millones de dólares -la película que más ingresos ha generado en la historia del cine chino- parecería sugerir que la animación china está encontrando una personalidad propia independiente de la influencia de la animación japonesa y la estadunidense. La primera película china animada data de 1941, Princess Iron Fan. Luego vino Havoc in Heaven considerada como modelo de inspiración para la industria. Esta película data de 1961 y corresponde a la edad dorada de la animación china con la contribución ampliamente documentada de los hermanos Wan. La animación china se benefició de la exclusión de productos occidentales durante la era de Mao y tras las reformas, se dedicó a maquilar productos animados para Japón y Estados Unidos, como también lo ha hecho Corea del Sur, como se explicaba, con singular éxito. El outsourcing le ha permitido al sector aprender, conocer más sobre la industria y finalmente generar la mano de obra calificada para irrumpir con éxito en el mercado, con calidades semejantes a Disney y Pixar. Actualmente las limitaciones para el despunte de la animación china incluyen las temáticas que el gobierno quiere que se aborden, la necesidad de que haya buenos y malos y ganen los buenos, y que exalten los valores chinos. Si bien ello no está peleado con la calidad, puede no ser atractivo para las audiencias internacionales. Ne Zha no fue muy conocida en Occidente, en parte por los estereotipos que hay sobre la animación china, en parte también por la pandemia, dado que se produjo un estigma y rechazo hacia lo chino. Con todo, la competencia para Occidente en la industria del entretenimiento por parte de Beijing se puede anticipar que crecerá. ¿Hasta dónde? Ya se verá, pero es indudable que la RP China tiende a entender más rápido y es más resiliente respecto al mundo que al contrario. De manera que seguramente sí, la RP China influyó de manera determinante para que en el tráiler de Barbie apareciera su pretensión soberana en una zona del Mar Meridional de China ampliamente disputada para disgusto de Vietnam y seguramente, de otros países. Por otro lado se ve que ahora los grandes estudios de Hollywood que se supone que han luchado tanto contra la censura, por ejemplo, de los tiempos de la guerra fría y el impacto del macartismo en la industria, hoy venden su alma a la RP China por un puñado de dólares.