En las próximas semanas, meses y años se publicarán una gran cantidad de artículos y libros sobre los terremotos del 7 y 19 de septiembre de 2017 que afectaron Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, Tlaxcala, el Estado de México y la Ciudad de México. En los terremotos de 1985 el número de víctimas se estima en 10 mil y hay quien sostiene fueron 20 mil y ahora no llegan a 400, 226 de ellas en la Ciudad de México.
Los inmuebles afectados suman 200 mil. Las viviendas son 153 mil y de éstas 55 mil totalmente destruidas, de ellas 49 mil 800 en Chiapas y Oaxaca. Las escuelas dañadas son 12 mil 931, según la SEP y las edificaciones del patrimonio monumental llegan a mil 500, de acuerdo con la Secretaría de Cultura. En la Ciudad de México tienen que ser demolidos mil edificios y mil 500 están en revisión más profunda. La lista va a elevarse.
¿Cuál es el sentimiento de la ciudadanía ante los sismos? ¿Cómo evalúa a los actores involucrados en ayudar a las víctimas? ¿Se está ahora mejor preparados que antes para enfrentar estas contingencias? ¿Sufrió algún daño su inmueble? ¿Cómo se informó? ¿Participó en las tareas de rescate? ¿Se siente orgulloso de los ciudadanos y de la ciudad?
En los siete días posteriores al terremoto, diarios de la Ciudad de México publicaron encuestas que permiten conocer la repuesta de la ciudadanía a las preguntas anteriores. La de Reforma (24/09/17) se realizó en cinco entidades golpeadas y las de El Economista (25/09/17) y El Universal (26/09/17) sólo se centraron en la Ciudad de México. Las encuestas fueron telefónicas, en algún caso acompañadas con entrevistas en sitio, y el índice de confianza es de 95%.
Sentimiento ante el terremoto
En la encuesta de Reforma, el sentimiento que mejor describe su situación ante los sismos es la tristeza en el 29% de los casos, la impotencia en el 25% y el miedo en el 24%. Al ver la reacción ciudadana la esperanza es el sentimiento más fuerte para el 15% y el de orgullo para el 5%. En la de El Universal, el sentimiento prevalecente es el miedo para el 60.4%, la tristeza para el 15.5 %, la impotencia para el 6.9%, la angustia para el 6.6 %, la inseguridad para el 4.3%, la desesperación para el 3.2%, el dolor para el 1.4% y la resignación para el 1.3%. En ambas encuestas los sentimientos más presentes, aunque con valoraciones distintas, son el miedo, la tristeza y la impotencia. Estos tres son los que describen cómo las personas se sienten ante el impacto de los sismos.
Valoración de los actores
Los que encuesta Reforma a la pregunta sobre el desempeño de los actores ante los daños causados por los sismos, el 94% responde que en el caso de la sociedad civil fue bueno / muy bueno. El 86% piensa lo mismo de la Marina, el 85% del Ejército y el 76% de Protección Civil. Sobre los gobernadores y el jefe de gobierno de la Ciudad de México, el 36% de los encuestados piensa que lo hicieron bien / muy bien y el 64% mal / muy mal.
Los que entrevista El Economista, el 98% asegura que los voluntarios lo hicieron bien y muy bien; el 92% dice lo mismo de Los Topos; el 88% de los bomberos; el 81% de los integrantes de las Fuerzas Amadas; el 77% de la CFE; el 68% de la policía; el 50% del gobierno federal y el 47% del gobierno de la ciudad.
En la encuesta de El Universal, el 92.9% califica el desempeño de los ciudadanos de muy bueno y bueno; el 50.5% piensa que las autoridades lo hicieron muy bien y bien, el 30.6% que muy mal y mal y el 17.3% que ni bien ni mal. Las otras encuestas distinguían actores entre las autoridades y ésta las ve como un todo.
Los ciudadanos en las tres encuestas evalúan muy bien a los ciudadanos, en segundo lugar, con una distancia menor, a los actores que estuvieron implicados de manera directa en la ayuda a las víctimas. Los gobernadores, el jefe de gobierno de la Ciudad de México y el Presidente de la República no salen bien evaluados.
La preparación ante los sismos
El 79% piensa que los ciudadanos estaban mejor preparados que en 1985, el 10% que menos y el 8% igual. Y en el caso del gobierno el 56% que estaba mejor preparado, el 19% que menos y el 17% igual, según la encuesta de Reforma.
En el caso de El Universal el 69.6% piensa que el país estaba mejor preparado para hacer frente al problema, el 15.3% que igual y el 12.1% que peor. La mayoría considera que se estaba mejor preparado y que las autoridades actuaron con rapidez. El 54.3% estima que la reacción de las autoridades fue oportuna y el 41.3% que no fue oportuna.
Los daños sufridos
El 80% dice que ellos y sus familiares no sufrieron ningún daño en sus viviendas y el 20% que sí. El 88% que sufrió algún daño dice que son reparables y el 7% que no lo son, según El Economista.
Los encuestados de El Universal a la pregunta sobre si sufrió algún tipo de daño en la vivienda el 76.2% dice que no y el 20.5% que sí. De los que sí tuvieron el 81.8% aseguran que fueron grietas en las paredes, el 5.9% caída de azulejos, el 4.9% vidrios y ventanas rotas, el 4.4% caída de la barda y el 3% hundimiento del piso.
El 70.9% de los que sufrieron algún daño en su vivienda dicen no saber a quién acudir para recibir ayuda y el 28.6% que sí lo sabe. El 79.3% no se siente respaldada por las autoridades y el 16.3% sí, según El Universal.
Las dos encuestas coinciden, el 20% sufrió algún tipo de daño en la vivienda y el 80% no. Del 100%, el 80% de los casos que sí tuvieron algún tipo de daño todos son menores. El Economista anota que sólo el 6% dice tener seguro contra este tipo de daños y el 86% no.
Solidaridad, identidad y orgullo
De los que entrevista El Economista a la pregunta sobre cuánta solidaridad hubo en la ciudad 93% responde que mucha, el 50% que la solidaridad va a continuar y el 43% que se va a apagar.
El 87% dice estar muy orgulloso de los habitantes de la ciudad y el 77% de vivir en ella. Los ciudadanos evalúan muy bien la solidaridad que se vio en las calles y la mitad tiene la esperanza de que permanezca. Además, fortalecieron sus lazos de pertenencia con la ciudad y valoran positivamente a quienes la habitan.
Información y participación
En la encuesta de El Economista a la pregunta de cómo recibió la información para ayudar o incorporarse como voluntario, 22% afirma que por las redes sociales; 16% por grupos y asociaciones; 15% por la radio y la TV y 4% de otras formas. Las redes ganan espacio.
De los encuestados 29.7% dice haber participado como voluntario en alguna actividad de ayuda relacionada y el 70% que no. De esto se deriva que una tercera parte de los nueve millones de habitantes de la ciudad se implicó en alguna tarea, según El Universal.
Una reflexión
Estos datos muestran una ciudadanía consciente, participativa y solidaria, que confía y valora a sus iguales. Se percibe también una mala valoración del Presidente y los gobernadores y un rechazo general a los políticos y a la manera en que hacen política.
Los ciudadanos han expresado la necesidad de que todos los recursos destinados a la reconstrucción sean auditados por instancias creíbles. Hay desconfianza en el gobierno. Se teme que muchos de estos recursos vayan a manos de la corrupción.
El gobierno de la República y de los estados afectados serán vigilados por millones de ciudadanos. La reconstrucción puede ser un momento único y para cerrar la brecha entre el gobierno y la ciudadanía, pero también un espacio para que ésta se profundice.
El terremoto se metió de manera central en la campaña electoral de 2018. Los mexicanos, después del terremoto, van a ver con ojos todavía más críticos a los candidatos y sus partidos. Los que sean más sensibles a la visión que tiene la ciudadanía van a tener más oportunidades de ganar. Quien siga con sus viejas formas y anquilosados discursos no tendrán ninguna oportunidad.