Muchos de los debates que se dan en redes sociales se deben a lo que muchos usuarios entendieron del título de la noticia o del artículo publicado… sin siquiera leer el contenido del texto, algo que se hace cada vez más habitual en nuestro país. Si usted quiere saber si entra en esta categoría, siga leyendo.
No es broma, abajo le diré lo que está pensando
Gracias a Internet tenemos un amplio catálogo de contenidos, muchos de acuerdo a nuestros intereses y aficiones. Nos puede gustar o no lo que alguien escribe, pero eso no impide que nos quejemos con sólo leer el título.
¿Usted, lector, es de los que saltan cada que ve AMLO, 4T, o el nombre de un funcionario del gabinete actual en el título de una entrada de un portal o en un mensaje de redes sociales? Si es así, déjeme decirle que por el bien de su hígado debe cambiar un poco la táctica, porque también puede acabar como víctima del clickbait, un recurso para ganar visitantes para contenidos de dudosa calidad.
Así, sin duda atraerá muchas miradas un título como el siguiente: “El presidente ya duerme en Palacio, no creerás lo que ha visto esas noches”, aunque a continuación se haga un relato de las obras que lee o las zonas del inmueble que visita.
Hace poco escribí sobre el modelo de comunicación de López Obrador y por qué creo que empieza a mostrar signos de agotamiento, para que un tuitero me acusara de ser un agente de la 4T, algo que no sabía que era.
Algo similar sucedió cuando alguien en Twitter redactó un mensaje en el que aseguraba que AMLO era heterosexual. Ya se imaginaran el tipo de respuestas e insultos que recibió el autor de la idea.
Porno gratis, siga leyendo
Muchos ni siquiera se dan cuenta que caen en engaños con títulos que no dicen lo que en el resto del texto se explica, pero se dejan llevar por unas cuantas palabras.
Muchos vendedores se han mudado a las redes sociales, desde donde lanzan sugerentes encabezados para atraer incautos, como muchos youtubers hacen con videos que prometen revelar los secretos de películas como “Endgame” o de estrellas como Scarlett Johansson –por cierto, si alguien los tiene, pónganse la del Puebla por favor.
El problema es que seguimos leyendo y terminamos inflando las estadísticas de un portal que solo busca tener anunciantes, no lectores a los que la información que se presenta le sea de utilidad.
Es así que en estos tiempos sea de mucho provecho hablar de López Obrador, y no importa si sea para criticarlo o defenderlo, no faltará quien –a partir del título del texto– salte a completar el comentario negativo o a evitar que digan algo malo de su amado líder.
Por ejemplo, en Facebook se posteo una imagen del presidente en un vehículo, señalando que su chófer se veía mal vestido y presumiendo un crecido estómago, a lo que un defensor preguntó que si se fijaban en eso debían revisar sus calzones. Este ejemplo ejemplifica la calidad de debate que tenemos en redes.
Y es que la polarización nos ha llevado a esos extremos, dejando de lado la comprensión que todo escrito debe tener y a una necesaria tolerancia y respeto para todo aquel que opina diferente.
No podrás creer lo que encontró en su luna de miel
Lo cierto es que el análisis y la información de calidad deben prevalecer a pesar de las prácticas no sólo de usuarios de redes sociales o editores web, que solo van por las visitas, sino de los lectores que no pasan del título de una entrada en un portal y a partir de eso generan encendidos debates.
Es algo que sucede en estos momentos en que los estudios muestran un descenso en la aprobación de López Obrador, algo que indica que la luna de miel que tiene su gobierno con la ciudadanía está llegando a su fin.
Y no es por lo que la oposición partidista ha hecho, pues se le sigue buscando después de su extravío en julio del año pasado, sino porque la maldita realidad no se ha acomodado a los designios de la 4T, pues a pesar de que como candidato López Obrador prometió que al llegar a la presidencia se acabaría la inseguridad, la corrupción y todo mejoraría, las estadísticas de delitos –sobre todo de homicidios– no bajan y, encima, tenemos un incierto panorama económico gracias a decisiones que hablan más de la necedad del inquilino de Palacio Nacional que del talento que debe tener un estadista.
Pero, en fin, el problema que tenemos es que mucha gente no busca informarse adecuadamente, sino que sólo capta lo que los encabezados o el breve texto de redes com Twitter ofrecen y si la información que reciben es mínimo, pues de ese tamaño será la comprensión del mundo que los rodea, ¿no cree usted?