La semana pasada fue muy activa por diferentes temas.

El primero fue la aprobación, por parte del Senado estadounidense, del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), mismo que actualiza el original Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994 y entrará en vigor en cuanto Canadá otorgue su ratificación parlamentaria.

Al día siguiente de la ratificación del tratado, México despertó con lo que parecería una sátira, pero tristemente era un señalamiento real del presidente de México sobre la rifa del avión presidencial, lo cual despertó las críticas y burlas de la población mexicana y extranjera.

El inmenso contraste entre los temas, hacen dudar sobre la capacidad para liderar cuestiones de relevancia para el crecimiento del país.

El T-MEC contribuirá a que la región de América del Norte sea mucho más competitiva a nivel mundial, fortaleciendo el comercio y la inversión, metiendo de lleno a México en la economía mundial, detonando nuevos negocios y mayor actividad industrial y comercial en el país. Las telecomunicaciones, como siempre no son la excepción.

El capítulo 18 del T-MEC está dedicado a las telecom. Cabe destacar que el capítulo no aplica a la radiodifusión o distribución por cable de programación de radio y televisión. En éste se abunda sobre el establecimiento de medidas que afectan el comercio en el Sector en cuanto a acceso, uso de servicios y redes públicas de telecomunicación y obligaciones de los proveedores de servicios públicos de telecomunicaciones.

Mientras el presidente nos da el avión

Vale la pena detenerse a leer dentro de este capítulo, la incorporación de diferentes temas que antes no se encontraban en el capítulo XIII del TLCAN como lo es el establecimiento de un Comité de Telecomunicaciones que estará integrado por representantes gubernamentales de cada país del T-MEC.

El objetivo del comité de telecomunicaciones parecería simple: revisar y monitorear la implementación y el funcionamiento del capítulo de telecomunicaciones dentro del Tratado, para discutir cualquier cuestión pertinente para este sector, que cada país pueda decidir y así informar a la Comisión sobre las conclusiones y los resultados. De la misma forma, tendrá funciones que le sean delegadas, reuniéndose en los lugares y fechas que las partes decidan.

Parecería un tema irrelevante y pasar desapercibido para muchos, sin embargo, hay que destacar que la inclusión de este Comité puede ser un mecanismo de control para que México siga las pautas de acción en cuanto a proveedores de infraestructura aprobados por el vecino del norte, y que inciden directamente en el desarrollo de la economía digital mexicana, basado en la tecnología 5G y la industria 4.0.

Asimismo, en el capítulo 18 se establecen las reglas para evitar prácticas monopólicas, así como un principio de no discriminación que busca impulsar la competencia en un mercado con condiciones justas. Enfatiza que los cuerpos reguladores del sector de las telecom deberán ser entes separados de los proveedores de servicios, y no deberán rendir cuentas a ninguno de los proveedores.

Para asegurar esta independencia, cada país deberá asegurar que los reguladores no tienen intereses financieros o roles administrativos en alguno de los proveedores del sector. ¿México será el mejor ejemplo de esto o el Comité ya tiene tarea pendiente, aún antes de empezar el T-MEC?

Lo cierto es que el T-MEC creará certidumbre al comercio y a las inversiones regionales de forma inclusiva para fortalecimiento de las Pymes, el trabajo, la anticorrupción y el medio ambiente.