Entre las primeras disposiciones de Joe Biden como presidente de Estados Unidos está la de suspender la construcción del muro fronterizo con México, que había sido la principal bandera de su antecesor y ante la que el mandatario mexicano prefirió guardar silencio.
En su primer día de trabajo, el presidente norteamericano firmó 17 acciones ejecutivas que abarcaron diversos temas: desde el retorno tanto al Acuerdo de París cobre cambio climático como a la Organización Mundial de la Salud, hasta la prohibición de viajes de musulmanes a Estados Unidos.
Pero hay otra medida que tiene que ver directamente con México: la suspensión de la que posiblemente sea la obra más emblemática del gobierno de Donald Trump: el muro en la frontera sur de Estados Unidos, que fue su gran oferta en la campaña de 2016.
En su primera campaña presidencial y apenas abajo del lema “Make America Great Again”, Donald Trump popularizó otro: “Build The Wall”, el que era repetido a coro por sus seguidores durante sus mítines de campaña.
Tras ganar la elección presidencial de 2016 y asumir la presidencia, el 25 de enero de 2017 fue cuando Trump firmó la orden ejecutiva para construir el muro entre Estados Unidos y México. De manera previa había, de forma prácticamente celebratoria, escrito en Twitter cuando todo se le permitía: “Planeamos un gran día para mañana en temas de seguridad nacional. Entre otras cosas, ¡vamos a construir el muro!”.
En aquella ocasión el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, dirigió un discurso por televisión en el que dijo lo siguiente: “Lamento y repruebo la decisión de Estados Unidos de continuar la construcción de un muro que desde hace años, lejos de unirnos, nos divide. México no cree en los muros. Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro”.
Unos días después Trump y Peña Nieto tenían planeada una reunión. Tras el mensaje televisivo del mexicano la respuesta del presidente de Estados Unidos llegó vía Twitter, en donde afirmó que si México no estaba dispuesto a pagar el muro lo mejor sería cancelar la reunión. Entonces Peña Nieto informó que no asistiría.
Apenas el año pasado, en agosto, durante su campaña en pos de la reelección, Trump retomó muy efusivo su bandera de 2016: en New Hampshire anunció que ya se habían construido 300 millas (unos 480 kilómetros) de “hermoso muro” que había prometido antes. Y fue más allá: “El muro pronto estará listo y nuestros números en la frontera son los mejores de la historia. Por cierto, México está pagando por el muro, por si no lo sabían”.
También acusó que Biden quería una política de apertura, y criticó: “Quiere tener las fronteras abiertas. Es ridículo porque si las tienes abiertas no tienes un país. Mira nuestra frontera sur: tendremos criminales infiltrándose”.
DE LA AGRESIÓN AL AGRADECIMIENTO
El magnate expresó que el muro era para contener a criminales y hasta terroristas. De México había dicho desde 2015 que “nos mandan gente con un montón de problemas, que traen drogas, crimen y son violadores”. También dijo que Estados Unidos necesitaba sacar a “los bad hombres”.
En 2020 añadió al coronavirus entre sus razones para justificar el muro: “Resultó conveniente que tuviéramos el muro, o habríamos sido inundados, especialmente por el Covid, porque ellos tienen graves problemas”.
Cuando Trump asumió el poder ya existía un muro de 654 millas, unos mil kilómetros; cuatro años después, reconstruyó 452 millas (unos 727 kilómetros), erigió 669 millas de barrera primaria y 65 de secundaria. Sumó unos 128 kilómetros más. Además, quedan 378 millas en proceso de construcción. En total, esas obras tuvieron un costo de 16 mil millones de dólares.
En los días postreros de su gobierno, el 12 de enero pasado, Trump visitó el muro fronterizo en Álamo, Texas, donde dijo que estaba allí “para celebrar el gran logro, la construcción extraordinariamente exitosa del muro en la frontera sur”, del que afirmó que es “uno de los proyectos de infraestructura más grandes en la historia de nuestro país”.
Allí, junto al muro, Trump aprovechó para elogiar a López Obrador: “Quiero agradecer al presidente de México. Es un caballero, amigo mío: el presidente Obrador”.
Continuó sobre el tabasqueño y su colaboración: “Es un hombre que realmente sabe qué está pasando y ama a su país, y también ama a Estados Unidos. Pero le quiero agradecer por su amistad y su relación profesional de trabajo. De verdad tuvimos 27 mil soldados mexicanos resguardando nuestras fronteras durante los últimos dos años. Nadie pensaba que eso fuera posible”.
¿Y López Obrador? Fue un severo crítico del muro hasta antes de llegar al poder. Por ejemplo, el 25 de enero de 2017, después de que Trump emitiera la orden ejecutiva para la construcción del muro, escribió en Twitter: “Presidente Trump: su muro nos agrede y deja la Estatua de la Libertad como leyenda. Iremos a tribunales internacionales. Viva la fraternidad”.
También dijo que la obra fronteriza de Trump sería “una obra opresiva como el muro de Berlín”, y en su libro Oye, Trump incluso escribió: “Es una canallada que Trump y sus asesores se expresen de los mexicanos como Hitler y los nazis se referían a los judíos”.
Ya como presidente López Obrador colaboró con la política de migración de Trump. Antes de su visita al mandatario estadounidense en julio del año pasado, cuestionado sobre el muro, el tabasqueño, quien reclama que su pecho no es bodega y que demanda libertad de expresión, dijo: “Yo también soy dueño de mi silencio”.
Después, en septiembre, en plena campaña electoral, Trump ofreció cobrar peaje a los vehículos y un impuesto a las remesas que envían los mexicanos a su país para financiar el muro. Entonces López Obrador volvió a preferir embodegar en su pecho su opinión: “Tenemos que actuar con mucha prudencia. Es que no quiero hablar del tema, o sea guardo silencio. No quiero ser rehén de lo que yo diga y quiero ser dueño de mi silencio, por el bien del país”.
En un tuit el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, saludó “el fin de la construcción del muro” y recordó una frase de una carta de López Obrador a Biden en 2012: “Los puentes abren paso a la cooperación y al entendimiento”.
Antes de ello, en su conferencia de prensa de este miércoles, López Obrador había recordado esa carta que dirigió a Biden en la que decía que el flujo migratorio no se detendría con un muro, “haciendo razias o militarizando la frontera” (lo cual, hasta donde se sabe, como presidente nunca se lo dijo a Trump y menos en la visita que le hizo).
López Obrador también dijo que ya no pudo despedirse del magnate estadounidense, pero enfatizó en lo siguiente: “Y por eso sí agradecerle al presidente Trump, que termina, por la forma como nos trató”.