Tras las revelaciones sobre el uso del programa Pegasus para espiar a diversos personajes, Michele Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, llamó a los gobiernos a dejar de usar esas tecnologías de vigilancia. Por su parte, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, consideró esas acciones como inaceptables.
El pasado domingo se dieron a conocer los resultados del Proyecto Pegasus, realizado por 17 medios de comunicación y dos organizaciones de la sociedad civil, que dieron cuenta de que entre 2016 y 2017 diversos gobiernos utilizaron ese spyware, diseñado para combatir la delincuencia y el terrorismo, para intervenir 50 mil números de celular de diversos personajes, entre ellos al menos 180 periodistas.
Sobre ello Bachelet se refirió a la información acerca del spyware como alarmante porque implica l utilización de la tecnología para fines indebidos. Así, las revelaciones sobre Pegasus “parecen confirmar algunos de los peores temores sobre el posible uso indebido de la tecnología de vigilancia para ilegalmente socavan los derechos humanos de las personas”.
“Varias partes del sistema de derechos humanos de la ONU, incluida mi propia oficina, han expresado en repetidas ocasiones serias preocupaciones sobre los peligros de que las autoridades utilicen herramientas de vigilancia de una variedad de fuentes que supuestamente promueven la seguridad pública para piratear los teléfonos y computadoras de personas que realizan actividades periodísticas, vigilancia de los derechos humanos o manifestación de disconformidad u oposición política”, expresó la alta comisionada.
“Los periodistas y defensores de las garantías fundamentales juegan un papel indispensable en nuestras sociedades y cuando son silenciados todos sufrimos”, agregó Bachelet.
Por lo anterior Bachelet recordó que medidas de vigilancia como la mencionada únicamente se justifica en circunstancias definidas con rigor y con un objetivo legítimo. Por ello convocó a los gobiernos a dejar de utilizar tecnologías de vigilancia que violen los derechos humanos, además de que deben implementar medidas para evitar las invasiones de la privacidad mediante el control de aquellas.
A su vez, al comentar desde Praga esas revelaciones, Von der Leyen consideró el espionaje como inaceptable y contrario a las reglas europeas.
“Lo que hemos leído hasta ahora, que debemos verificar, es que si esto en realidad ocurrió, es absolutamente inaceptable, y está en contradicción con cualquier regla de la Unión Europea”, expresó la presidenta de la Comisión Europea en conferencia de prensa.
La dirigente alemana remató al comentar que “tenemos libertad de prensa, libertad de medios de comunicación. La libertad de expresión es uno de los pilares de la Unión Europea”.
La organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF) manifestó su “repulsión y rechazo” a la vigilancia ejercida con Pegasus y contra periodistas, y calificó a ese programa como “una herramienta ruin y repugnante, creada por mercenarios digitales y adorada por los depredadores de la #LibertadDePrensa por su uso para perseguir periodistas”.
Además señaló que es hora de que los sistemas jurídicos de los países democráticos “aborden este asunto de extrema gravedad, aclarar los hechos y sancionar a los responsables”. Mientras ello ocurre, llamó a una moratoria a la venta de software espía.
RSF convocó a los periodistas a unirse para dar una respuesta legal a este asunto.
Robert Mahoney, director del Comité de Protección a Periodistas (CPJ, por su siglas en inglés), dijo que el Proyecto Pegasus “muestra cómo los gobiernos y las empresas deben actuar ahora para detener el abuso de este software espía que, evidentemente, se está utilizando para socavar las libertades civiles, no sólo contra el terrorismo y el crimen”.
El titular del CPJ también expresó que nadie debe tener poder ilimitado para espiar a la prensa, y mucho menos los gobiernos que atacan a los periodistas.
Antes de las recientes revelaciones del Proyecto Pegasus, el CPJ publicó en marzo pasado un mapa en el que muestra los países con más casos de incidentes por espionaje con spyware desde 2011. En él se puede ver que en el mundo había 38 casos; México lidera esa lista con 10 casos (26 por ciento); señala tres en el norte, Gloria Triana, esposa de Javier Valdez Cárdenas, periodista asesinado en 2017, e Ismael Bojórquez y Andrés Villarreal, ambos de Ríodoce.
Hacia el sur, el mapa del CPJ indica los casos de siete periodistas: Carlos Loret de Mola, Carmen Aristegui, Rafael Cabrera, Sebastián Barragán, Salvador Camarena, Daniel Lizárraga y Jorge Carrasco.