Durante una de las fases críticas de la pandemia de Covid-19 y mientras había falta de medicamentos para atender a los pacientes, el Ejército se movilizó para obtener dos tipos de ellos que serían administrados a José Ramón López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, además fue atendido en el Hospital Militar, informó Latinus.
En el noticiero Loret en Latinus fue presentado el reportaje “Se acabaron los privilegios”, de Ana Lucía Hernández, en el que, a partir de documentos obtenidos por el hackeo del grupo Guacamaya de correos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se informa de los cuidados que esta dependencia brindó a López Beltrán mientras miles de mexicanos no tenían acceso a ellos.
Según la nota, en un informe dirigido al secretario particular de Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena, con fecha 15 de febrero de 2021, se reportó que tres militares fueron asignados a la recepción y traslado de un par de medicamentos, Remdesivir y Barecitinib, para atender al hijo del presidente. Los conseguirían en el almacén central de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México y en la aduana del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, y serían llevados al Hospital Central Militar para aplicárselos a López Beltrán.
Antes de ello, varios especialistas habían solicitado que las autoridades autorizaran el uso del Remdesivir para el tratamiento de la Covid-19, como ya había ocurrido en Estados Unidos. Pero ocurrió lo contrario y declararon que los resultados de ese medicamento eran limitados; hasta marzo de 2021, un mes después de que fue obtenido para el hijo del presidente, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios autorizó su uso en casos de emergencia.
Aunque Latinus pidió información sobre el asunto vía transparencias, tanto el Gobierno de la Ciudad de México como la Sedena han intentado ocultarlo y han negado el traslado de los medicamentos para López Beltrán.
El reportaje también refiere que, contra la Covid-19, mientras al hijo de López Obrador se le aplicaba Remdesivir, un medicamento antiviral que cuesta más de 40 mil pesos, a los capitalinos se les entregaba Ivermectiva, que sirve para combatir parásitos, como parte de una investigación de las autoridades sanitarias de la Ciudad de México cuya cientificidad fue muy precaria.