1. El gobierno federal, Morena y sus aliados. Haga lo que haga la oposición siempre será descalificada y difamada por estos profesionales de la inquina.
2. La celebración de asambleas en el territorio para conseguir el registro. Hay muchas zonas dominadas por grupos criminales, varios de ellos, asociados con Morena.
3. Que líderes visibles sean los mismos rostros de siempre, sin ningún proyecto de relevo generacional. El problema no es que casi todos linden los 60 años de edad, el quid es que buena parte de su discurso se encuentra desfasado y no tiene efecto en la sociedad. Les encanta estar en los medios pero no tienen idea de para qué y viven de la burbuja de sus likes.
4. La ausencia de un diagnóstico sobre la desgracia que vive México y la delimitación de un programa alternativo para hacerle frente.
5. La falta de reflejos de toda la oposición, en particular de los promotores de un nuevo partido, para reaccionar a la ineptitud y corrupción del gobierno federal y su partido. Diario hay motivos para exhibirlos pero privan el pasmo y la indolencia. No saben qué hacer pero se sienten ombligo de la oposición.
6. El discurso demagógico y altanero de varios promotores del nuevo partido que, en vez de convocar a la unidad, se sienten cadeneros de antros.
7. Los mercaderes de la oposición, en el ámbito de la opinión publica, que siempre tienen matracas para aplaudir a los promotores de un nuevo partido, hagan lo que hagan y aunque se contradigan. Por eso reparten premios entre sí, baten las palmas en su favor para quedar bien (de lado correcto de la historia, dicen pomposamente). Son focas que también abandonaron la aventura de la libertad.
8. La creencia de que con muy pocos recursos y una cajetilla de fósforos podrá incendiarse la llama democratizadora. Es el síndrome de Rocky: creer que entrenando con gallinas y corriendo en el mercado recibiendo naranjas de la gente se le puede vencer a Ivan Drago. Un nuevo partido necesita de muchos recursos bien administrados.
9. La sorprendente falta de una estrategia de comunicación. El poderoso andamiaje que, para tales efectos, tiene el gobierno y Morena no puede ser contrarrestado con uno o dos influencer y comunicadores buena ondita. Se necesita una compleja estructura de divulgación que, además, tenga capacidad de respuesta.
10. Este es el obstáculo más importante: los impulsores del nuevo partido NO le están hablando a la gente y ese error es monumental. Sus discursos parecen aceite hirviendo para una cacerola de grillos. No se están refiriendo a los graves problemas que diario padecen los mexicanos, entre un sistema de salud que ha colapsado y la violencia reinante.