Había una vez una casa tan chiquita que cuando entraba el sol nos teníamos que salir todos, dice el relato anodino que tiene ya larga data. Ahora, en esta nueva era digital, no sorprende que esa casita sea multiplicada y, así, difundida, por ejemplo en las redes sociales. Lo que sí sorprende es que ese relato se convierta en algo que legiones de usuarios de la web creen, y entonces se difundan los diminutos hogares que exhiben la “indignante” desconsideración de los políticos, en esta ocasión de Nayarit, pertenecientes al PAN; incluso varios periodistas de de esos a quienes les consume el ardor en las palabras, difundieron esto como para fundirse en el ánimo del pueblo indignado. Pero nada de esto fue cierto: las imágenes que circularon en la web son de los baños de esas casas que sí son pequeñas, pero no al extremo de que al entrar el sol se tuviera que salir el único habitante que cabría.
A propósito de historias tristes en tres palabras, aquí hay tres opciones: 1) Se sienten listillos, 2) Son tan bobos; 3) Lo inventan adrede