Vamos a hablar de una conversación, sin citar el nombre del interlocutor, que ocurrió durante mi viaje a Turquía. Hablé durante un par de horas con un coronel retirado del ejército turco, dicho ejército se construyó por el santo presidente Ataturk (para los turcos es casi santo, cuya foto colocan en cualquier lugar imaginable del país y vestido muchas veces como un dandy) y dicho ejército quedó instituido en el siglo pasado como garante de la secularización del estado turco. De hecho Turquía (a raíz de la revolución de Ataturk) es con diferencia el estado menos religioso del mundo árabe-musulmán, y con tradiciones religiosas menos rígidas para los ciudadanos del mismo. Pero la llegada al poder hace ya diez años, de los islamistas moderados ha creado un poso de vuelta a ciertas tradiciones religiosas o nuevo respeto por lo que dicen los imanes.
El Estado Islámico o ISIS fue como no el primer tema. Su explicación iba por los derroteros conocidos de la política internacional de Turquía, evidentemente hablando de lo insensato de esas posiciones extremistas, hasta que comentó de pasado un par de cosas. El PKK estaba pasando hombres y material para luchar contra el Estado Islámico y el ejército turco lo sabía y lo permitía de momento, de hecho hacían el trabajo que ahora no puede hacer el ejército turco mientras existan 46 rehenes turcos en manos del EI, pero durante la conversación no estaba muy convencido de lo que podía pensar su gobierno, incluso suponía que había planes por si su gran aliado Estados Unidos les pedía auxiliar con material a la región norte de Irak, pero no cito a Siria. Al abrir los ojos según escuchaba, unió este tema al segundo gran tema. La postergada entrada de Turquía en la Unión Europea, en las últimas elecciones presidenciales el candidato pro Kurdo Selahattin Demirtas, consiguió casi el 10% de los votos y sobre todo ofreció la posibilidad de una autonomía dentro de Turquía de la región kurda sin romper en absoluto con la bases de la república. Pero era visto como una manera de participar en la bonanza económica más que creerlo el resto de Turquía. Añadió, el coronel, “cuando la economía obliga a pasar estrecheces, los nacionalismos suelen sacar enseguida las uñas y hasta convencen”. El caso es que él que había combatido contra los kurdos en su día (no preciso en qué y como pero si dijo que hubo muchas cosas para presumir y otras no tanto) veía una salida política dentro de Turquía a este problema, siempre y cuando Irak se mantuviera unido (cuestión que habían hecho llegar a Estados Unidos) y siempre que Siria no entrase en la ecuación. Además añadió, que uno de los impedimentos que sabían había tenido Turquía para entrar en la Unión Europea era arreglar las cosas con sus conciudadanos kurdos y olvidar viejas rencillas, lo cual no le sentaba bien a él ni al resto de los que se sentían turcos. Pero me habló de otra preocupación, que le causaba escalofríos, se trataba del ISIS, estaba haciendo negocios en toda la frontera sur de Turquía desde su funestro califato, y habló de que podía llegar a convencer a muchos jóvenes turcos a su visión rigurosa del Corán. Le dije que sería una visión más bien equivocada, y la contestación fue para pensar. “Mahoma era un caudillo militar y todos los que no se sometían a él eran decapitados muchas veces, no podemos cambiar la realidad de nuestra base, de ahí el peligro de que no paren al ISIS a tiempo”. Me dí cuenta que él, un coronel que creía en un estado laico, pero debido a las enseñanzas musulmanas, tenía claro que si se dejaba campo abierto sin oposición al islamismo radical y en este caso al ISIS llegaría un momento donde la juventud se radicalizaría y habría una sangrienta guerra civil primero en los países árabes y luego se extendería por Europa. Acaso Estambul, no fue antes Constantinopla, la cual se tomó a sangre y fuego para convertirla al Islam, me dijo.
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