Quisiéramos que el tema fuera otro, pero no. Sigue siendo la profundización, el empeoramiento de la militarización en el país y del autoritarismo de AMLO. Su renuncia a la observancia de la ley, y su decisión de sacar de la jugada, sí o sí, al Instituto Nacional Electoral.
Esta semana, una derrota temporal decidió a AMLO a cruzar una línea peligrosa para el país. Anunció que, sin la participación del INE; su gobierno organizará una “consulta popular” sobre el tema de la militarización.
Asimismo, admitió que la propuesta de que el Ejército se quede en las calles no es del PRI, sino suya y no le importó disimularlo. Admitió también que estuvo controlando la conducta de los senadores que debatían la propuesta.
Naturalmente, en este recuento de las chingaderas semanales debe entrar la miserable actitud respecto al sismo del 19 de septiembre y su actitud necia y cínica ante el periodista Jorge Ramos, ante quien negó la escalada de violencia y dijo que todo se trata de cómo se vean las cosas.
Adelante.
Consulta popular fuera de la ley para avalar la militarización
Debido a la falta de votos suficientes en el Senado, la iniciativa para que el Ejército se quede en las calles hasta 2028 se quedó congelada, sin llegar a ser votada, en espera de tiempos mejores.
El presidente se molestó, claro está, insultó a senadores de oposición y dijo que el tema bien podría preguntársele a la gente, para que no fuera solo una decisión cupular. Esto lo dijo el jueves. Para el viernes ya tenía mucho más clara la idea y anunció que para que “el pueblo” decida, habrá de realizarse una consulta para saber “los sentimientos” de la gente sobre el tema.
Para empezar mal, dijo que dicha consulta no sería organizada por el INE, para que no pidieran dinero. Que sería la secretaría de Gobernación, por medio de algún mecanismo legal. Que no importaba si no era vinculante. Que se podrían realizar no una, sino varias encuestas. Que se podría votar en casilla física y en casilla electrónica. Ah, y que no costaría un centavo.
Vaya amasijo de chingaderas que desmenuzamos a continuación:
1.- De acuerdo a la Ley Federal de Consulta Popular, solo el INE puede organizar consultas populares.
2.- No hay resquicio para que la Segob organice consultas populares.
3.- La mencionada ley prohíbe que se consulten temas de seguridad. Dice la ley que no se podrán someter a consulta “la seguridad nacional” ni “la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente”. Aunque eso no detendrá al presidente.
4.- Aunque no sea vinculante, es decir, con peso legal, AMLO usará lo que resulte para dejar al Ejército en las calles hasta 2028 o más, pase lo que pase.
5.- El fondo de todo es naturalizar, normalizar en la opinión pública el que el Ejército controle la vida de los mexicanos y que el INE deje de organizar elecciones.
“Andamos de suerte” y “no pasó a mayores”: AMLO ante los sismos
El lunes 19 de septiembre volvió a temblar en varios estados del país. Hubo dos muertes en Colima. Dos días después volvió a temblar y en la CDMX se registraron dos muertes más.
No esperábamos de AMLO otra cosa que lo que hizo: dijo que aun con las muertes, afortunadamente las cosas “no pasaron a mayores” e incluso dijo, luego del temblor del 19, que lo que pasa es que en México “andamos de suerte”.
De los fallecidos se limitó a decir que es “muy lamentable”.
¿No que era del PRI? AMLO admite que la propuesta militarizadora es suya
Llevado por su enojo, AMLO confirmó lo que todo mundo ya había adiviniado: que la iniciativa de reforma para mantener al Ejército en las calles hasta el 2028 no surgió del PRI, sino que partió de su gobierno.
Luego de la retirada de Morena en el Senado para evitar que se votara en contra, a AMLO se le salió que pasado un tiempo “voy a volverla a presentar” y que mientras él esté en la presidencia, insistirá en presentar esa iniciativa, pues tiene la facultad para hacerlo.
“Yo soy partidario de que se presente la iniciativa y aunque no se tenga la mayoría, en este caso dos terceras partes, porque es una reforma constitucional, que pase un tiempo, pase un periodo y voy a volverla a presentar” y que si no se puede, pues que se hagan encuestas.
“Vamos a ver, pueden ser encuestas. Preguntarle a la gente para que no sea un asunto cupular”.
Y de ahí salió con su propuesta de consulta ilegal para sacar al INE del juego electoral.
¡No, no, no! El presidente se pone necio negando la violencia
Confrontado en la conferencia de prensa mañanera por el periodista Jorge Ramos, AMLO negó “coincidir” con él en que el suyo es el sexenio más violento de la historia, a pesar de que son cifras de su gobierno las que lo demuestran. Y aseguró que lo que pasa es que sus adversarios no quieren la transformación, sino que “quieren muertos”.
Ramos le señaló al presidente que el suyo es el sexenio con más homicidios dolosos de la historia, según sus propios datos, pero AMLO se dedicó a negarlo. Le dijo “no coincido contigo”, y opino que no tienes razón.
“Pero, ¿en qué parte no tengo razón? Estas son cifras de su gobierno”, dijo Ramos. Y AMLO respondió: “en los datos”.
El periodista repitió que eran datos de su propio gobierno. Y AMLO, cínico, replicó: “Nada más es cosa de cómo los presentas tú y cómo consideramos nosotros que deben darse a conocer”, dijo cínicamente.
Y bueno, lo que ocurre es lo siguiente:
1.- El presidente presume que su estrategia de seguridad funciona, porque reporta una reducción en el porcentaje de incremento de homicidios.
2.- Pero esa comparativa es engañosa, ya que la realiza contra cifras de su propio gobierno, de años anteriores.
3.- Omite decir que en números netos, la cantidad de homicidios totales ya supera a la de los sexenios de Calderón y Peña Nieto.
4.- Y, cuando tiene que reconocer que la cantidad neta de homicidios es mucho más elevada que antes, dice que es porque recibió “muy arriba” la tendencia y en gobiernos anteriores se “creó” el crimen organizado.
Todo, para justificar su inútil estrategia de seguridad, basada en un dejar hacer a los criminales y a una ampliación inédita de la militarización.
AMLO defiende la libertad de expresión, pero solo la de Julián Assange
“Assange es un Quijote de la libertad de expresión, de manifestación; no merece estar en la cárcel, debe convertirse en una célebre causa para todos los periodistas del mundo y los medios de información”, dijo el presidente el 21 de septiembre. Halagos semejantes los lanzó el 16 de septiembre, durante el desfile militar.
Es miserable, hipócrita y desvergonzado que el presidente finja admirar a un periodista valiente. Que se haga defensor de su causa, siendo prácticamente a diario insulta, presiona, calumnia, fustiga y difama a medios y periodistas.
Es una chingadera que se diga admirador de un periodista que expuso los trapos sucios de muchos poderosos, pero que ataque y ponga en riesgo la integridad física de los periodistas que expusieron la lujosa vida de su hijo, José Ramón López Beltrán.
Es miserable que esas palabras solidarias que dirige a Julian Assange jamás las haya dirigido para ningún periodista mexicano asesinado. A ninguno.
Lo chingón
1.- Que la oposición (el PRI ya no cuenta) en el Senado haya negado a Morena los votos suficientes para que el Ejército se quede en las calles hasta el 2028. Sabemos que AMLO no se quedará de brazos cruzados, pero haber visto entereza en senadores de oposición fue satisfactorio.
2.- La forma precisa y correcta en que Jorge Ramos confrontó a AMLO, haciendo que solito se exhibiera en su estulticia.
3.- La exigencia de Marko Cortés para que el dinero que AMLO desperdiciará en la consulta “patito” que se le acaba de ocurrir, mejor se destine a los estados para fortalecer las policías locales.
*ofv