En materia de chingaderas, AMLO nunca nos decepciona. Cada semana, cada día, se supera a sí mismo, alcanzando nuevas profundidades en la miseria humana.
Esta semana lo oímos confesar que no visitó a damnificados de Acapulco, cuando la semana pasada dijo que había ido cuatro veces.
Lo vimos atacar al nuevo rector de la UNAM y a la excomisionada de búsqueda de desaparecidos. Supimos que su hermano Ramiro quiere ser senador y el colmo: que envió una terna de incondicionales para el asiento de ministra en la Suprema Corte.
Sin duda, lo más preocupante es su afán de tener una ministra lacaya más dentro del máximo tribunal, con la finalidad de concentrar aún más su poder.
1.- AMLO manda una terna de lacayas obradoristas para la SCJN
La semana pasada, el exministro Arturo Zaldívar renunció, de manera inconstitucional, a la SCJN. La ley le obliga a argumentar una causa grave, pero no lo hizo. Aun así, AMLO le aceptó su renuncia y el Senado también.
El presidente procedió al siguiente paso: enviar una terna de candidatas para ocupar el lugar vacante. A nadie le sorprendió, pero sí indignó mucho que las tres postuladas fueran personajes de profunda raigambre obradoristas y sin ninguna experiencia como jueces o magistradas.
Lenia Batres, hermana de Martí Batres, que durante varias décadas ha sido incondicional de AMLO, fue una. Bertha Alcalde, hermana de la secretaria de Gobernación, que ya había sido propuesta para presidenta del INE, fue la otra. La tercera es María Estela Ríos, que ocupa el más alto cargo en la Consejería Jurídica de la Presidencia.
Ninguna de ellas cumple con el requisito de la autonomía y la independencia. Y aunque todas son abogadas, ninguna es constitucionalista.
El llamado Plan C de AMLO, consistente en ganar absolutamente todos los puestos de elección popular que se juegan en 2014 vive un momento crucial: el poner en la Suprema Corte ministros afines a la 4T.
Ya cuenta con dos, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel, a quienes les restan largos años en la Corte. A Arturo Zaldívar le quedaba uno, así que se apresuraron a cambiarlo, para amarrar un asiento más.
Y aun en el caso de que esa terna no sea aceptada, llegará otra terna igual de incondicional. En el último de los casos, la mayoría morenista nombrará un ministro o ministra, que por supuesto, será un lacayo al servicio de la 4T.
2.- El hermano de AMLO quiere ser senador
Se supone que ocupar una senaduría es uno de los cargos de mayor responsabilidad en una república. Tienen que ser guardianes de la correcta elaboración de las leyes, de la democracia, etcétera, etcétera, pero sabemos que desde siempre, los escaños en el Senado son el botín de los partidos políticos y de los vividores.
Por eso no sorprende que José Ramiro López Obrador, conocido como “Pepín”, exalcalde de Macuspana y hermano del presidente, haya anunciado que buscará ser senador para el 2024.
Negó que se trate de nepotismo, ya que su hermano no lo está designando. “Nepotismo hay si te designan directamente. Yo voy por un cargo de elección popular en donde no decide el presidente, sino los ciudadanos”.
“Pepín” informó el 17 de noviembre que se había registrado como aspirante para que Morena le permita ser candidato a Senador.
Según él, no tiene “nada de malo” que busque este puesto y que como senador defenderá el “proyecto de transformación” de su hermano.
3.- AMLO insulta y amenaza al nuevo rector de la UNAM
Esta semana rindió protesta como nuevo rector de la UNAM el doctor Leonardo Lomelí. De por sí su designación fue un revés para el presidente, que esperaba que fuera seleccionado un académico cercano a su proyecto político.
Desde que se supo que Lomelí sería rector, AMLO se enojó y despotricó en su contra. Luego que rindió protesta, dijo que él no ve ningún cambio, y que Lomelí es parte del mismo grupo de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, a quienes en incontables ocasiones acuso de corruptos, clasistas, racistas y mercenarios.
“Este nuevo rector es parte del grupo que ha dominado en economía”, dijo. “Creo que era secretario del rector actual y de Lorenzo Córdova, el que estaba en el INE, y del otro que estaba en el INE, Ciro Murayama, de ese grupo”.
Y en seguida le lanzó una muy clara amenaza: que “ojalá” Lomelí se porte “diferente” a sus antecesores que permitieron que la UNAM se derechizara, que aceptara el neoliberalismo y dieran un mal ejemplo.
Afortunadamente, Lomelí dijo al rendir protesta que la prioridad máxima de su gestión será defender la autonomía. Es decir, que le dijo con claridad al presidente que no se dejará intimidar.
4.- AMLO confiesa que no fue a ver a damnificados de Acapulco
La semana pasada, AMLO dijo la enorme mentira de que tras la devastación del huracán Otis había ido cuatro veces a Acapulco, pero muchos medios apuntaron que no existía un solo registro de que hubiera visitado a los damnificados.
Esta semana lo confesó y además lo justificó. No fui a las colonias afectadas porque desde “la televisión” me mandan “provocadores”.
¡Pobrecito! No importa que la gente no tuviera agua, comida, gas, electricidad. Lo que importaba era que no le fueran a decir nada. Como si se le fuera a caer un pedazo.
Es que si voy y les digo a ustedes: ‘Voy a estar en la colonia Regeneración en Acapulco’, sí, me van a ir a ver muchos porque me quieren como yo los quiero, el pueblo. Pero me van a mandar a 10, 20 provocadores con la televisión. Si no he ido por eso”, dijo.
Es decir, que al presidente le duelen más 10 o 20 provocadores que la tragedia del pueblo que dice amar.
Aunque no admitió que es pura cobardía. Dijo que está cuidando la investidura presidencial.
“Soy el presidente de México. Tengo que cuidar la investidura presidencial: no soy Andrés Manuel, soy el presidente y no puedo permitir que nadie me ningunee. O sea, prestarme, caer en una provocación, que eso es lo que quieren”.
Así como confesó que no anunció en tiempo y forma que venía una devastación por causa de Otis, de la misma manera se le escapó que no, que nunca se presentó en las zonas devastadas. Es decir, que aceptó que mintió.
¿El presidente está bien de la cabeza?
5.- AMLO amenaza abiertamente a Karla Quintana por dizque alterar el padrón nde desaparecidos
Karla Quintana fue, hasta hace unos meses, la Comisionada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos. En su gestión dio informes periódicos sobre la cifra de personas desaparecidas, que cada vez era más elevada.
AMLO enfureció y anunció que haría un “censo” para encontrar a las personas y demostrar que la cifra era mucho menor de lo que Karla Quintana decía. Después, ella presentó su renuncia.
La semana antepasada, la exfuncionaria reveló que había renunciado porque AMLO quería maquillar las cifras de desaparecidos, para fingir que en su gobierno se habían reducido.
En furiosa respuesta, el presidente cargó contra Quintana, la acusó de aumentar artificialmente los números para dañar a su gobierno y la amenazó muy claramente, pues dijo que la estaba investigando para saber cómo es que manipuló el registro oficial.
Ese es el verdadero rostro del presidente. Un tirano.
ofv