El color de los camaleones

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He abrazado tantos brazos,
como se me ha permitido,
he escuchado tantas voces,
como se me ha permitido,
he escuchado revoluciones
y cambios,
relatados con tanto fervor,
que la revolución sucede;
y siento lástima por mi,
porque no he estado junto
a aquellos que se disfrazan,
junto a aquellos enmascarados
y revolucionarios de papel,
de haber sido así,
podría ser más feliz;
un dolor se acumula en mi pecho,
por no haber sido
de los que callan las voces,
para mi mala suerte,
tampoco fui
de los que clausuran libertades;
imagino que mi voz
habría tenido mas eco,
mis poemas habrían sido mas leídos,
pero no,
he optado por ser otros fantasmas,
libre de risas a medias,
de cabezas acomodadas
y gritos vacíos,
no cuento las hojas de los tréboles,
para saber cuál arrancaré,
pero no me quito mérito,
entre la vegetación;
sé cual es el color de los camaleones.

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