Reporteros Sin Fronteras (RSF) presentó hoy su Balance 2018 de periodistas asesinados, detenidos, secuestrados y desaparecidos en el mundo, en el que describe que este año “ha sido particularmente mortífero: 80 periodistas han sido asesinados mientras desempeñaban su labor informativa (8% más que el año anterior)”.
Los países con más periodistas asesinados son Afganistán, con 15; Siria, con 11, y México, con nueve. El documento resalta que este último es el país en paz más peligroso para los periodistas.
Asimismo, destaca que a esa lista entra Estados Unidos después del tiroteo contra The Capital Gazzete.
Según explica RSF, en sus datos son incluidos tres categorías de periodistas: los profesionales, los ciudadanos (que practican la disciplina sin que sea su profesión) y los colaboradores de medios de comunicación. Su balance, que publica desde 1995, incluye información que le permite afirmar que la agresión contra un periodista fue resultado del ejercicio de su profesión.
Así, entre los periodistas asesinados el balance informa que 63 han sido profesionales, 13 ciudadanos y 4 colaboradores de medios. Asimismo, halló que 49 han sido asesinados de forma deliberada y 31 mientras ejercían su labor (sin ser blanco específico). También se reporta que 77 eran hombre y tres mujeres, 44 en zonas de conflicto armado y 36 en países en paz.
Otro dato importante del texto es que en la última década han sido asesinados 702 periodistas profesionales. Del último año destaca, por su repercusión internacional, los casos del reportero eslovaco Jan Kuciak y Jamal Khashoggi, crítico del régimen saudí.
Acerca de México, al que define como “el país en paz más mortífero para los periodistas”, el Balance dice lo siguiente: “En México abundan los predadores de la prensa. Los periodistas que trabajan en temas relacionados con la corrupción de los políticos (sobre todo locales) o con el crimen organizado, a menudo son víctimas de intimidaciones, agresiones, asesinatos. La impunidad, que se debe a la corrupción que reina en todo el país, alcanza niveles récord y alimenta ese círculo vicioso de violencia. Las medidas de protección que se otorgan a los periodistas amenazados a menudo son insuficientes e ineficaces. El 24 de julio pasado, en el estado de Quintana Roo, asesinaron al periodista Rubén Pat a pesar de que había solicitado medidas de protección urgentes a las autoridades, quienes le otorgaron un ‘botón de pánico’ y un GPS. Este crimen ocurrió un mes después de que fuera asesinado otro periodista del mismo medio de comunicación, José Guadalupe Chan Dzib. El 21 de septiembre fue asesinado en el estado de Chiapas el periodista Mario Leonel Gómez Sánchez, individuos que circulaban en motocicleta le dispararon en plena calle. Un día antes, miembros del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas habían anunciado que de nuevo se reducirían los recursos económicos que asigna el gobierno a este dispositivo”.
Asimismo, en su apartado sobre periodistas desaparecidos, que son tres en 2018, se menciona al mexicano Agustín Silva Vázquez, de El Sol del Istmo, quien desapareció el 21 de enero en Matías Romero, Oaxaca.
El documento también incluye a periodistas encarcelados y secuestrados; sobre los primeros anota que este año hay 348, mientras que en 2017 hubo 326. La mayoría de ellos estásn presos en Irán, Arabia Saudita, Egipto, Turquía y China, país líder con 60.
La cifra de secuestrados también aumentó este año: 60, mientras que el año anterior se registraron 54. La casi totalidad de ellos han sido plagiados en Siria, Irak y Yemen.
arm