¿Hubo o no un golpe de Estado en Bolivia?
Esa es la pregunta que muchos se hacen tras la repentina renuncia el pasado domingo del expresidente de Bolivia Evo Morales, después de que las Fuerzas Armadas de su país le retiraran su apoyo y tras semanas de protestas ciudadanas por supuesto fraude en las cuestionadas elecciones presidenciales del 20 de octubre.
La renuncia de Evo Morales provocó fuertes reacciones a nivel nacional e internacional.
Algunos de los aliados tradicionales del expresidente boliviano como Venezuela o Nicaragua, aseguraron que se trató de un golpe de Estado, mientras que importantes actores de la comunidad internacional, como Estados Unidos, señalaron que la salida de Morales ayudará a resolver la crisis política que atraviesa el país y negaron que el mandatario hubiera sido derrocado.
Al final fue México quien concedió asilo a Morales. El canciller de ese país, Marcelo Ebrard, aseguró este lunes que lo sucedido en Bolivia es un golpe “porque el Ejército pidió la renuncia del presidente y eso violenta el orden constitucional en el país”.
Pero desde la oposición, el rival de Morales en las elecciones presidenciales, Carlos Mesa, negó que se hubiera dado un golpe en su país e indicó que “no hay elementos que permitan considerar que se produjo uno”.
Con estas discrepancias ¿se puede considerar que hubo un golpe de Estado en Bolivia? BBC Mundo consultó este asunto a varios expertos.
¿Qué es un golpe de Estado?
Aníbal Pérez-Liñán, profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, EE.UU., define golpe de Estado como un proceso en el cual las fuerzas de seguridad del Estado derrocan al gobierno que ejerce el poder utilizando en general la violencia o amenazas de violencia.
Según le dijo el experto a BBC Mundo, se trataría de una operación que viola las reglas constitucionales y quienes asumen el poder posteriormente no podrían alcanzarlo dentro del marco constitucional.
Por su parte, Naunihal Singh, autor de Seizing Power: The Strategic Logic of Military Coups (“Tomar el poder: la lógica estratégica de los golpes de militares”, en español), está de acuerdo con la definición de Pérez-Liñán e insiste en la participación “vital” que juega el Ejército. Pero advierte que, en un golpe de Estado, no solo las Fuerzas Armadas están involucradas.
“Con el pasar de los años se hace más común que el Ejército sea solamente uno de muchos actores en una crisis política de gran escala”.
América Latina ha visto este tipo de crisis y debates en torno a la definición de golpe de Estado en varias ocasiones a lo largo de las últimas décadas. La más reciente fue a principios de año, cuando los líderes opositores venezolanos Juan Guaidó y Leopoldo López fueron acusados de realizar un intento de golpe de Estado contra Nicolás Maduro.
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