Este viernes, se cumple el primer aniversario de la intervención militar de Rusia en Siria. Fue El 30 de septiembre de 2015 cuando Vladimir Putin, presidente de Rusia, ordenó a su ejercito apoyar al régimen sirio en la "lucha contra el terrorismo" y con el objetivo declarado de bombardear a Estado Islámico (EI).
Doce meses después, nueve mil 364 personas han muerto, entre ellos, tres mil 804 civiles, dos mil 746 yihadistas y dos mil 814 miembros de diferentes grupos rebeldes e islamistas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Como resultado de los bombardeos, el Estado Islámico ha retrocedido pero también miles de sirios han huido del país hacia Europa en viajes peligrosos que en muchas ocasiones no concluye y de todas maneras, ha causado la peor ola de refugiados de los últimos años.
Alepo, la que una vez fue el corazón económico del país, hoy es el blanco de todas las tropas que pretenden dominar y destacar. Según la ONU, Siria atraviesa su peor crisis humanitaria.
“Alepo, en este momento, está al borde del precipicio. Está en un terrible descenso al abismo despiadado e implacable de una catástrofe humanitaria como ninguna de las que hemos visto en Siria”, expresó el pasado jueves el jefe humanitario de la ONU, Stephen O’Brien.
El ejército ruso, asimismo, se ha visto involucrado en lo que organizaciones internacionales califican como crímenes de guerra, el más reciente, el ataque a 18 convoyes con ayuda humanitaria. Además, entre sus grandes fracaso figura la fallida tregua de siete días que terminó con graves violaciones y antes de lo pactado.
También, el OSDH denunció que Rusia ha usado recientemente en sus bombardeos aéreos una sustancia llamada thermite, compuesta de polvo de aluminio y óxido de hierro y que causa quemaduras.
Lo anterior, ha despertado rechazo y críticas internacionales, hasta el punto de exigir que Moscú deje de intervenir militarmente en Siria.
Por otra parte, Activista sirios lanzaron el pasado jueves la campaña "Rusia nos mata", a manera de protesta. El activista Ahmad Orabi aseguró que esta iniciativa "quiere concentrar la atención de las personas en las consecuencias sobre el pueblo y la revolución siria" que ha dejado el “apoyo” de Putin.
La campaña incluye protestas de las comunidades de sirios en el extranjero, la difusión de vídeos e imágenes sobre las consecuencias de los bombardeos rusos, la publicación de testimonios y, de cifras de muertos y heridos.
(Con información de Reuters, El País y El Mundo)
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