Luego de que el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, declarara que “biológicamente no hay peligro” en combinar dosis de vacunas de distintas marcas, la especialista Irma Aguilar Delfín dijo que la justificación que hace el funcionario sobre tal posibilidad es “un abismo de mentiras”.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Aguilar Delfín abundó sobre un artículo suyo publicado este viernes 12 en SDP Noticias, en donde reprueba las declaraciones de Gatell, lo acusa de mentir y señala que ni siquiera entiende lo que lee.
“Me horrorizaron las declaraciones que se hicieron en este sentido, que da por hecho que se pueden intercambiar los componentes de las vacunas”, es decir, que se puede poner la primera dosis de una marca y la segunda de otra marca. No es posible porque las vacunas son herramientas de “alta precisión” que funcionan sólo si se usan tal como fueron diseñadas, dijo.
El 10 de febrero, en su conferencia vespertina, López Gatell declaró que ni desde el punto de vista “biológico” ni desde el de “las patentes”, había contradicción o peligro en vacunar a una persona con una dosis de una marca y la segunda con otra marca.
“¿Qué pasa si combinamos las vacunas? Por ejemplo, la primera dosis con Pfizer, y la segunda dosis con la vacuna Sputnik; o la primera con la vacuna de AstraZeneca y luego la vacuna Cansino. No hay ninguna restricción en términos de patente. No hay restricción que impida que se haga. Biológicamente no hay ningún peligro. No se le va a causar daño a una persona porque se le ponga una dosis de una y otra de una diferente, que actúan con mecanismos diferentes”, aseguró.
Al día siguiente, 11 de febrero, Gatell insistió: “No hay razón biológica para pensar fuera desventajoso”.
Pero sí la hay: que la vacuna no funcione y los contagios sigan. En su texto, la especialista cita a diversos especialistas en vacunología que aseguran que combinar vacunas, poniendo una dosis de una marca y otra de otra marca, no protege.
También respondió a lo que ha dicho el gobierno federal en distintas ocasiones respecto a que alterar el lapso entre una dosis y otra no afecta. Aguilar señaló que es al contrario.
En mi texto, dijo, cito lo que señala el Journal of American Medical Association, “lo que dicen es que espaciar las dosis de las vacunas es dar oportunidad a que el virus seleccione variantes de escape. Un organismo con una sola dosis es el ambiente perfecto para que el virus pueda reconocer qué anticuerpos ya están y seleccionar aquellas variantes que anulan aquellos anticuerpos”.
Hace dos semanas, la especialista causó polémica por señalar que la vacuna Sputnik V no puede tener un elevado grado de eficacia en países de climas tropicales o con amplias capas de población en pobreza, aun cuando haya mostrado alta eficacia entre población rusa, ya que los historiales inmunológicos de cada tipo de población afectan la manera en que una vacuna funciona. En el caso de países “tropicales pobres”, hay un elevado índice de inmunidad al Adenovirus 5, uno de los vectores que componen la llamada vacuna rusa.
Este viernes, Aguilar nuevamente hizo frente al gobierno federal. Esta vez para señalar que Gatell miente al afirmar que no hay problema en combinar marcas de vacunas. Y criticó que el funcionario haya mencionado que no hay ninguna contradicción “en las patentes”.
“Fue para mí muy preocupante ver lo que se decía en la conferencia de prensa: que se podían poner intercambiadas porque eso no afectaba las patentes. ¿Las patentes qué? ¡Eso no tiene nada que ver! El hecho de que se ponga la primera dosis de Pfizer y luego la segunda de Pfizer, o la de AstraZeneca o la de Sputnik, primero la dosis de AD26 y luego la dosis de AD5, no es que se tenga que poner así porque ‘así se patentó’, es porque así funciona la herramienta. Están basadas en plataformas enteramente diferentes. Se está descartando la singularidad biotecnológica que existe en cada una de las vacunas”, enfatizó.
Respecto al espaciamiento entre las dosis también insistió en que las dosis están calculadas para colocarse en un lapso concreto y es así como dan la protección que ofrecen.
“Las eficacias que están reportadas van a ocurrir, esperamos, solamente si se administran como se tiene que administrar. La idea de que ponemos la primera dosis de una y ahí cuando se pueda, la segunda dosis de cualquier otra, la que haya, es terrible”.
Explicó que la única vacuna que tenemos al momento aplicándose en México es la de Pfizer, que tiene un intervalo de 21 días entre la primera y segunda dosis. Pero el gobierno ha hablado de espaciar el tiempo, hasta 35 días, y para ello se apoyaron “en que de alguna manera en el Reino Unido se habló de que se podía diferir la aplicación de la segunda dosis”.
Pero hay “muchas voces, incluyendo Pfizer diciendo que no, que no sabemos cómo va a funcionar si diferimos las dosis más allá de lo que tiene que ser. No se puede cambiar el sistema porque sería más conveniente, por razones logísticas… que si no me llegan, pues la voy a poner cuando pueda. Pues… sí puedes, pero no es que dé lo mismo, que fue el argumento que se dio. Pfizer lo dijo muy claro ‘yo no puedo asegurar la eficacia de mi vacuna, más que en el esquema que está dicho’.
El encargado de la gestión de la pandemia aludió en días pasados a la existencia de estudios que demuestran que se puede poner una dosis de una marca y otra dosis de otra.
Respecto a esto, Aguilar Delfín clarificó:
“Efectivamente, hay un grupo de investigadores ingleses que están haciendo un ensayo clínico de que van a ver si de casualidad-a lo mejor-tal vez, poner una dosis de una y una dosis de otra en diferentes combinaciones y en diferentes intervalos, pueden proteger mejor o no”.
Pero este estudio “es una cosa controladísima, y se hace sólo entre estas dos vacunas: Pfizer y AstraZeneca. Lo están haciendo de manera muy cuidadosa, para analizar, en un número limitado de individuos y este ensayo ¡va a durar 13 meses!”.
Reiteró: “Es decir, que será en marzo de 2022 cuando tendremos una respuesta acerca de si hacer cambios en el esquema, específicamente combinando AstraZeneca con Pfizer puede tener cierta eficacia”.
A pesar de que dicho estudio quedará listo hasta dentro de 13 meses y ni siquiera ha comenzado, para Gatell ya existe la justificación para combinar marcas. Esto, ante la carencia de suficientes dosis y la posibilidad de que la proyectada combinación pueda servir para fingir que se vacuna de manera eficiente a la población.
El 10 de febrero, Gatell incluso aventuró una explicación con barniz científico, como si al combinar vacunas él mismo estuviese favoreciendo avances en las vacunas.
“Cada vacuna de las que existen hasta el momento tiene una molécula, una sustancia diferente, incluso las que tienen la misma tecnología, por ejemplo, Pfizer, Moderna… Tienen tecnología de ARN mensajero. Pero los estímulos antigénicos, la molécula que finalmente producen es ligeramente diferente. Entonces, la idea de combinar se tratar de hacer que se pudieran hacer distintas secuencias, vamos a poner un ejemplo hipotético, la de Pfizer seguida de la de Astra, la de Astra seguida de la de Sputnik”.
Sus explicaciones, fuera de toda lógica, sonaron incluso convincentes a oídos de quien no tiene suficiente conocimiento. De ahí la importancia de desmentidos como el que realizó Irma Aguilar Delfín.