Al menos cuatro millones de adolescentes reconocen conocer a alguien que ha enviado o reeenviado fotos de su persona a un conocido o desconocido (práctica conocida como sexting), advirtió este martes el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Durante la presentación de la campaña audiovisual “Pensar antes de sextear”, la comisionada presidenta del INAI, Ximena Puente, detalló que tres de cada 10 adolescentes han enviado fotos de tipo sexual a través de dispositivos móviles.
“De adolescentes entre 12 y 16 años, 36.7% conoce a alguien que ha enviado o reenviado imágenes suyas a conocidos o desconocidos (…) hablamos de cuatro millones de adolescentes”, expuso Puente de acuerdo con el reporte de Reforma.
Recordó que el Instituto que preside ya había advertido, semanas atrás, que “el sexting puede causar daños en su honor e imagen, pérdida de su privacidad, exotorsión o chantaje por las imágenes, cyberbullying y llegar hasta la pornografía infantil”.
Por su parte, el comisionado Francisco Javier Acuña recordó que no hay manera de evitar estas prácticas (ya que se realizan bajo el derecho de la libertad de expresión), por lo que resaltó la importancia de la prevención.
“No se puede hacer mucho salvo la prevención. Cuando se configura un delito es cuando ha sido traicionada su confianza. Si un niño no lo comunica a un adulto, cae en depresión y ha habido hasta suicidios”, sostuvo.
Apenas este domingo, el INAI publicó un decálogo de razones con el que busca hacer conciencia del riesgo al que son proclives las personas que realizan esta práctica.
Algunos de los puntos son: al enviar una imagen de este tipo ya “existe otra persona implicada de quien ahora dependes”; las relaciones y las personas no son eternas; es difícil garantizar la confidencialidad de una imagen o un video; la distribución de información digital es “incontrolable”, y una imagen puede aportar mucha información de una persona.
Otros puntos que recuerda el INAI es que si el sexting lo práctica un menor de edad, quien recibe la imagen puede ser acusado de posesión y distribución de pornografía infantil, y que las imágenes pueden ser utilizadas por extorsionadores.
Por último, la instancia recordó que el Internet es un canal de difusión potente que alcanza el ámbito familiar y en ocasiones genera ciberbullying.
mahy