En un actuar bien concertado que tiene la finalidad de preparar el camino para el control del Poder Judicial por parte de la 4T, hoy, el presidente López Obrador retomó el apodo que se dio a sí misma Lenia Batres: la “ministra del pueblo”.
A un día de que Batres fue investida como ministra de la Suprema Corte, y luego de una semana o más en que se ha autopresentado como la ministra del pueblo, AMLO fingió que este apelativo ya es muy popular y que surgió espontáneamente.
“Leí por ahí que ya le llaman la ministra del pueblo”, dijo, como casualmente.
Lo cierto es que quien primero usó ese apelativo fue la propia Lenia Batres, en su cuenta de X. A partir de ahí, las cuentas morenistas intentaron expandir el título, sin mucho éxito.
Ayer, en su discurso de investidura, Batres volvió a mencionar la frase y esta mañana AMLO, en un intento demagógico, lo repitió.
Se deshizo en elogios hacia la mujer que demostró no tener el conocimiento suficiente para ser ministra, pero que es 100% leal a la llamada “cuarta transformación”
“Es una mujer con principios, con ideales de lucha, incorruptible, verdadera defensora de la justicia”.
Y la comparó con el revolucionario y comprobado asesino Francisco Villa. “Me acordé que a Francisco Villa lo llamaban ‘El centauro del norte’, pero también el revolucionario del pueblo, por su origen”.
De Batres, que fue designada por él como ministra por sus años de lealtad ciega, dijo:
“Es una mamá, una ciudadana, abogada que llega a la Suprema Corte, sabe lo que pasa en la calle, lo que pasa en las familias, no es de la élite, ya con eso vamos de gane, hay algunos que toda su carrera la hacen arriba, por las nubes, en la élite, en el tinaco, por arriba”.
Ayer, en su discurso, Batres cargó contra la Suprema Corte, a la que acusó de invadir las funciones del Poder Legislativo, el argumento con el cual pretenden rechazar las resoluciones que han echado para atrás reformas constitucionales mal elaboradas por la mayoría morenista.
ofv