“Hace como una semana” se reunió el Consejo de Seguridad y declaró que el Tren Maya es una obra de seguridad nacional, un acuerdo que se “está aplicando” y que, como “procedimiento legal”, permite seguir la obra sin incurrir en desacato a la orden de un juez, según el presidente Andrés Manuel López Obrador. Además, dijo que hay una conspiración dentro de su gobierno.
En su conferencia de prensa de este martes, el presidente justificó la evasión a la suspensión definitiva que un juez dictó en el caso del Tramo 5 del Tren Maya. Según él y sin ninguna precisión (“no vayan a utilizar los Claudios González”), “hace como una semana” se reunió el Consejo de Seguridad y declaró a esa construcción como de “seguridad nacional”. Y también hace una semana se reiniciaron las obras.
Por ese “procedimiento legal” (del que no se había informado sino hasta después de la inconformidad expresada por organizaciones como Sélvame del Tren y Greenpeace), explicó, no se podrá acusar al gobierno federal de desacato. Esto, debido a que al continuar las obras, se presumió desobediencia a la suspensión definitiva otorgada el 30 de mayo por el juez Primero de Distrito de Yucatán.
Sin embargo, López Obrador dijo que ese acuerdo no se presentó ante los jueces, ante los que sólo se realiza “el procedimiento para terminar de demostrar que no hay ningún daño” (sic). Es decir, el gobierno federal reinició las obras sin avisar al juez correspondiente del acuerdo de “obra de seguridad nacional” para que continuaran los trabajos.
Para volverse a victimizar incluso a costa de su propio equipo, López Obrador hasta reconoció indiscreciones sobre sus decisiones: “Además, mucha filtración de información. Sabían de que se iba a tomar un acuerdo la vez anterior, y media hora antes presentan los recursos de amparo. O sea, estamos trabajando en cuatro tramos, pero en este, en el quinto, media hora antes de que se hiciera valer el acuerdo interpusieron. O sea, es una conspiración”.
“Entonces, sería información de su gobierno, presidente”, le comentaron; “Sí, claro”, afirmó, y dio a entender que se está investigando.
El presidente volvió a sus jeremiadas y a sus acusaciones sin ninguna prueba de ellas: “Ya se decidió que es un asunto de seguridad nacional, y que no por los intereses de un grupo de corruptos y de seudoambientalistas vamos a detener una obra que es en beneficio del pueblo y que, además, ya el tiempo que se llevaba parada nos estaba significando un alto costo al presupuesto, que es dinero del pueblo, nada más por intereses políticos de estos conservadores corruptos”.
Se quejó del juez: “Pero volvemos a lo mismo: ¿dónde está la justicia rápida y expedita?”. Y, nuevamente sin ofrecer ningún dato siquiera desconfiable, dijo afirmó que por la suspensión se ha perdido “una cantidad considerable. Todavía no hemos hecho bien las cuentas, pero ya no podíamos”.
Y prometió entregar el Tren Maya en diciembre de 2023.
En una parte de su perorata López Obrador a José Ramón Cossío, ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien el lunes tuiteó lo siguiente sobre la designación del Tren Maya como obra de seguridad nacional: “La llamada “seguridad nacional” es la justificación del actuar gubernamental. También de los órganos que, debiendo controlarlo, validan sus acciones. Muy peligroso proceder”.