Cuando el avión presidencial José María Morelos y Pavón era usado por el anterior presidente de México, Enrique Peña Nieto, generó un gasto anual promedio de 17 millones de pesos (mdp) en vuelos nacionales; en el año que lleva puesto a la venta sin uso en Estados Unidos, esa cifra ronda los 16 mdp, según informa hoy Reforma.
Cuando la nave fue llevada a un aeropuerto en San Bernardino, California, Estados Unidos, el 3 de diciembre de 2018, apenas había estado al servicio de la Presidencia de la República por sólo dos años y 10 meses. Había sido adquirido a un precio de 218 millones de dólares.
Reforma indica que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) le hizo saber que en sólo nueve meses había erogado 597 mil 982 dólares (cerca de 12 millones de pesos) por mantenerlo en Estados Unidos. Entonces, según el cálculo de ese periódico, si el gobierno ha pagado en promedio mensual un millón 328 mil pesos, en un año estaría cerca de los 16 mdp.
Sin embargo, a este cálculo no se le incorpora el costo de los viajes que en aerolíneas comerciales ha realizado el presidente López Obrador.
El contrato de la Sedena y Boeing establece que el estacionamiento del TP-01 al año contaría 508 mil 511 dólares, más 201 mil por su supervisión, además de trabajos de mantenimiento.
Antes el Estado Mayor presidencial informó que en mantenimiento y conservación del avión se habían gastado 32 millones 872 mil pesos (unos 700 mil dólares) anuales, dice Reforma.
En septiembre de este año López Obrador mostró gastos que hacía Peña Nieto al usar el avión: por ejemplo, compras de papel higiénico por más de 200 mil pesos, agua de tocador por 400 mil pesos, 47 mil 258 por mil 164 rastrillos, y gel para el cabello por 70 mil pesos.
Durante su campaña electoral López Obrador prometió vender la aeronave: “Vamos a vender el avión presidencial, que no lo tiene ni Donald Trump (ya ven que Trump es muy presumido). Pues no tiene un avión como el de Peña, que costó siete mil 500 millones de pesos. Ya le mandé ofrecer a Donald Trump. También he dicho que vamos a vender toda la flotilla de aviones y helicópteros del gobierno, no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, dijo durante uno de los debates entre candidatos a la Presidencia.
Además, el presidente ha comprometido los recursos que se obtendrían de la venta del José María Morelos y Pavón cuando menos en tres ocasiones: en septiembre afirmó que serían para dedicarlo al abastecimiento de agua potable en Zacualtipán, Hidalgo. Antes, en junio, afirmó que con los recursos (“mínimo 150 millones de dólares, y de ahí para arriba”) sería costeado el plan de emergencia migratorio, mientras que en abril comentó que se dedicarían al financiamiento de “proyectos prioritarios en beneficio de los mexicanos”.
El número de interesados en adquirir el avión presidencial ha ido reduciéndose según las propias declaraciones del gobierno: en abril se habló de 14, en julio de seis, y en octubre ya solamente de uno.
En abril Jorge Mendoza comentó que había 14 intenciones de compra procedentes de ocho países, por lo cual se dijo confiado en que se trataría de una venta exitosa, y el 20 de julio el mismo funcionario habló de seis interesados con “propuestas serias”. En octubre el presidente López Obrador afirmó que “hasta ahora existe un comprador”.
Los funcionarios tenían grandes esperanzas en la venta del avión: el 2 de diciembre de 2018, por ejemplo, Carlos Urzúa, entonces secretario de Hacienda y Crédito Público compartió en su cuenta de Twitter fotos de un recorrido por el interior de la aeronave, acompañadas por el texto siguiente: “Dándole la última revisada antes de que se vaya mañana a las 11am rumbo a Boeing Ni Obama, ni Trump… ni López Obrador”.
Hace un año, cuando el avión presidencial partió hacia Estados Unidos, el director de Banobras, Jorge Mendoza, declaró: “Honramos el compromiso de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador de enajenar la aeronave y dar un mejor uso al hangar que la ha albergado. Demostramos con hechos la austeridad del Gobierno federal”.