De acuerdo con un análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la población en pobreza laboral pasó de 35.7% en el primer trimestre del año a 54.9% en mayo, segundo mes de la suspensión de actividades no esenciales con motivo de la emergencia sanitaria por Covid-19.
Del estudio realizado con base en los datos de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del INEGI, también se desprende que durante mayo, 69.6 millones de mexicanos no tuvieron el ingreso laboral suficiente para adquirir la canasta básica alimentaria, reporta Excélsior.
En el documento se detalló que debido al confinamiento y al cierre de diversas actividades económicas, se rompió la tendencia descendiente de la pobreza laboral que se había observado durante 2019 y en tan solo dos meses, la población en esta condición se incrementó en 24.4 millones de personas.
Este último dato se basó en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la cual fue suspendida a consecuencia de la emergencia sanitaria. El Coneval recordó que si bien la ENOE no es estrictamente comparable con la ETOE, sí da un parámetro de referencia del impacto que pudo ocasionar la pandemia en la pobreza laboral.
Coneval subrayó que, también con base en datos del INEGI, la pérdida de empleos durante los dos primeros meses de la contingencia, redujo a la población económicamente ocupada en 12.3 millones de personas, mientras que 46% de las personas que pudieron seguir trabajando vieron disminuidos sus ingresos. El promedio fue 2 mil 068 pesos mensuales.
La cifra representa una caída de 25.5% en términos reales en comparación con el ingreso promedio observado en el primer trimestre de 2020, que fue 2 mil 777 pesos mensuales.
Ante este incremento de la pobreza laboral, el organismo responsable de medir la pobreza y evaluar la política social, hizo un llamado para focalizar la atención de las acciones gubernamentales en los grupos más vulnerables, entre los que se encuentran los hogares cuyos miembros dependen del trabajo informal o aquellos que se ocupan en los sectores más afectados por las medidas sanitarias para contener el contagio del virus, como los sectores de servicios y comercio.
Entre las recomendaciones que sugirió se encuentran la instrumentación de un seguro de desempleo contributivo, la renta básica ciudadana o un salario solidario.
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