El Ejército, al que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha entregado la construcción de varias de sus más importantes obras, también hace negocios con el Clan de Andy: en audios de conversaciones de Amílcar Olán se escucha cómo acuerdan precios y sobornos del balasto y su flete para la construcción del Tren Maya, informó Latinus.
Este miércoles Loret en Latinus presentó el reportaje “Los militares y el Clan: la corrupción de los hijos de AMLO alcanza al Ejército”, de Isabella González y José Manuel Martínez, en el que, a través de las grabaciones de conversaciones de Olán y Pedro Salazar Beltrán, se puede atisbar el modus operandi del Clan con los ingenieros militares.
El grupo cohesionado alrededor de Andrés López Beltrán negocia con el Agrupamiento Felipe Ángeles, cuerpo de ingenieros militares, que durante el actual sexenio ha obtenido miles de millones de pesos de presupuesto para diversas obras gubernamentales, como el Tren Maya, aeropuertos y las sucursales del Banco del Bienestar.
Al tener a su cargo tan importantes obras y a su disposición cuantiosos recursos, resulta hasta normal que el Clan encabezado por el hijo del presidente tenga relaciones con ese cuerpo. Así, Amílcar Olán, el principal empresario de esa red, ha mantenido una relación prácticamente de negocios con el general Gustavo Ricardo Vallejo, uno de los jefes de los ingenieros militares y cercano a Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quien en 2023 obtuvo su ascenso a general de división.
Los audios de Olán dejan saber de las relaciones entre el Clan y el Ejército, al que vende balasto, en lo que se ha especializado. Además de con Vallejo, negocia con otros militares que trabajan en la construcción del Tren Maya. Otros dos elementos que operan en esta relación son los hermanos Osterlen y Pedro Salazar Beltrán, sobrinos de López Obrador, quienes proponen acuerdos y arreglan sobornos, según el reportaje.
Así, por ejemplo, a Pedro Salazar Beltrán se le escucha decir: “Si puedes subirle, hablalo con el general y que el general me gire la orden y yo te lo pongo al precio que diga el general”.
Un audio de Amílcar Olán: “Lánzate hoy de una vez a maicear el tema con el cabrón de allá, con el verde”, y un comentario de Pedro: “Nos dijo él, que sabe de empresarios que trataron precio con el general y le daban su remanente”.
Así, Olán y su empresa han vendido balasto al Ejército para las obras de los tramos 5, 6 y 7 del Tren Maya, en lo que ha intervenido Gonzalo López Beltrán, Bobby. El encargado de otorgarles las asignaciones es el mayor Juan Edmundo Mayorga Castro, del Agrupamiento de Ingenieros Militares, quien, en correos hackeados por el Grupo Guacamaya, aparece como el responsable de buscar a las empresas proveedoras de balasto y cotizar precios.
“Ya Mayorga me dijo: ‘Tú entrégame lo que tengas que entregarme en el tramo donde estás y yo te voy pasando a los otros tramos”, se escucha decir a Olán, y continúa: “Por eso estoy con que yo le entrego todo al sinvergüenza de Beltrán, y de ahí, ya cuando yo vaya viendo que nada más faltan 20 mil, 30 mil metros, como ya tenemos número de proveedor y todo eso: ‘Oiga, mayor, dónde me manda a otro; yo ya le cumplí’”.
Sobre la duración del negocio, Olán comenta: “Ahí ya necesito que Bobby me diga”.
Además, en los negocios con el Clan participan otros militares, como el teniente coronel José Luis Martínez Beltrán, con quien acuerda el precio del balasto y del flete, así como la ganancia para el militar, y el capitán Wady Carreño Marcelino, quien presta al grupo maquinaria para la descarga de la piedra.
Asimismo, en las grabaciones Olán habla de una “ingenierita” contratada por la Sedena, a la que pagan un soborno por los boletos de entrega del material; de cada 10 de estos, “dale 50 mil”, ordena el empresario a Pedro Salazar Beltrán.