[current_date format ='l d F Y' ]

El pasado 4 de octubre, el entonces jefe de oficina de la Secretaría de Relacionex Exteriores, Martín Borrego, realizó un evento privado para supuestamente celebrar las relaciones entre México y Rumania, pero en realidad fue el festejo por su boda con un diplomático rumano. El matrimonio tuvo lugar un mes antes. 

El periodista Claudio Ochoa, de Latinus, publicó en este medio y también en su columna en El Universal que mediante la excusa de celebrar las relaciones diplomáticas con Rumania, Borrego Llorante pidió permiso para usar el Museo Nacional de Arte.  

Luego de revelado el tema, el funcionario, que ahora trabaja en la Semarnat, dijo que se trató de “un brindis” para despedir la misión diplomática de su esposo Ionu Vâlcu, jefe de misión adjunto en la embajada de Rumania en México. Enfatizó que el evento fue totalmente pagado con “recursos privados”, pero no justificó el uso de un museo para una fiesta particular.  

El periodista afirmó que en los videos que del evento se postearon en redes sociales, pudo verse que la pareja mostró su anillo de boda y portaban prendidos florales en el saco, lo que corresponde con una celebración nupcial. 

Asimismo, diversos invitados postearon en redes sus parabienes a la pareja, en correspondencia con una recepción de boda. 

Borrego Llorante, cercano colaborador de Alicia Bárcena, ex canciller y ahora titular de Semarnat, pidió a los directivos del Munal hacer uso de las instalaciones para un “evento diplomático” para conmemorar las relaciones entre México y Rumania. Luego, ante los videos que circularon en redes donde se ve a los invitados brindando, dijo que fue un brindis en honor a su esposo. 

En todo caso, fuese brindis de despedida o celebración de boda, lo que es innegable es que no se trató de un evento oficial ni diplomático, sino privado y en el que se habría ocurrido en peculado, es decir, en uso indebido de recursos públicos, como el recinto del museo. 

Por su parte, el director del Munal, Héctor Palhares Meza, dijo que no fue una fiesta de boda, aunque aceptó que hubo quien felicitó a la pareja.  

Además de la celebración en el Munal, la pareja tuvo una ceremonia religiosa en la capilla Los Ángeles de la catedral de la Ciudad de México; respecto a esto, el funcionario aseguró que se trató de una misa de acción de gracias.  

En la nota publicada por Latinus al respecto se indica que  “el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura intentó encubrir el hecho por medio de su cuenta de X al publicar que el 11 de septiembre remitió una solicitud vía correo electrónico a la dirección del museo para llevar a cabo un coctel en el salón de recepciones con motivo de los 89 años de relaciones diplomáticas México-Rumania”. 

En la columna en El Universal, Claudio Ochoa apunta:  

“A mediados de septiembre, los trabajadores del imponente y bellísimo Museo Nacional de Arte, ubicado a una cuadra de Bellas Artes, y donde se exhiben obras de artistas como Tolsá, Rivera, Kahlo y Siqueiros, recibieron la noticia de que el 4 de octubre habría un evento de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Los directivos del museo dijeron que se trataba de un acto diplomático, a petición de la oficina encabezada, en ese entonces, por Alicia Bárcena, actual titular de Semarnat. 

“Llegó el día y para sorpresa de los empleados, el supuesto acto diplomático resultó ser la fachada para festejar la boda de Martín Borrego Llorente, quien un par de días atrás, antes del cambio de gobierno, era el Jefe de Oficina de la SRE, y hoy comisionado de Semarnat. Martín es un integrante del Servicio Exterior Mexicano que tuvo un ascenso meteórico en la cancillería, auspiciado por la propia Bárcena, pero envidiado por otros miembros de carrera que consideraban que no tenía los méritos suficientes”. 

Ochoa detalló las contradicciones en las que incurrió Borrego: 

“Contacté a Martín Borrego, que evidenció las contradicciones con el museo. Primero me dijo que se trató de un brindis por la finalización del destino diplomático de su esposo y no por los 89 años de relación entre ambos países. Después me dijo que él no intervino en nada porque había estado fuera de México en días previos y que le habría sido imposible armar un evento de esa naturaleza, a pesar de que envió el correo de solicitud. Luego, explicó que su esposo y la embajada de Rumania pagaron el costo de renta al MUNAL y finalmente remató diciendo que ‘por supuesto se hizo referencia a la boda porque ahí estaban amigos diplomáticos de ambos’”. 

 ofv

 

Autor