El Gobierno de la Ciudad de México presentó el tercer informe de DNV sobre el colapso de la Línea 12 del Metro, pero lo acompañó de una serie de comentarios críticos y señalamiento de contradicciones e inconsistencias. Puso el acento y ratificó los señalamientos de la empresa noruega sobre los problemas en el diseño y la construcción de la obra, pero rechazó los referentes a inspecciones.
La encargada de presentar los comentarios críticos al tercer informe de DNV, de resultados de análisis causa raíz, fue Myriam Urzúa Venegas, titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, quien señaló que fue entregado con gran retraso: se había pactado para octubre de 2021, lo que ocurrió hasta febrero de este año. Entonces a la empresa se le hicieron una serie de observaciones.
Entre los señalamientos del gobierno capitalino a la empresa noruega la funcionaria destacó las siguientes: no se consideró en el análisis el tramo “espejo”, otra parte similar a la parte que cayó; no se presentaron hipótesis alternativas de investigación con su evaluación, y fueron usadas imágenes de Google Street View como referencia.
Además, para este reporte no fue utilizada la metodología de técnica de análisis sistemático de causas basado en barreras, la que muestra los factores preventivos que podrían haber impedido el colapso del tramo de la Línea 12.
Urzúa Venegas enfatizó en que indicaron a DNV que profundizara en las consecuencias del error de diseño, por lo que debió hacer una mayor valoración de la “fatiga por distorsión inducida”, lo que pone el acento de la responsabilidad en el incumplimiento de la norma AASHTO de construcción de puentes.
Posteriormente Jesús Antonio Esteva Medina, secretario de Obras y Servicios, hizo algunos señalamientos sobre los reportes de DNV. Recordó que en el primero se refirieron deficiencias en el proceso constructivo, mientras que en el segundo se estableció que el colapso se debió a problemas de construcción como la falta de pernos y deficiencias del diseño.
Puso el acento en el problema de los pernos: “Los resultados del modelo de DNV concluyen que las fallas de diseño implicaban que, aunque se hubieran colocado la totalidad de los pernos, éstos habrían fallado al llegar a los 14 años de operación”.
Esteva Medina criticó que la definición de causa raíz no es consistente con la metodología de DNV; que el tercer reporte indique que las inspecciones debieron hacerse conforme al manual de mantenimiento, pero la propia empresa señaló que este es deficiente, además de que tampoco se indicaron sus alcances. Por si fuera poco, el gobierno sí las realizó.
Asimismo, las autoridades capitalinas insisten en que las causas del colapso del tramo elevado “no hubieran sido identificables mediante una inspección visual”. Al respecto, Esteva Medina señaló que DNV dice que no se realizaron inspecciones rutinarias, pero en su documento reconoce que se les entregaron los resultados de las practicadas en 2019 y 2020.
Así, las conclusiones de las objeciones del gobierno capitalino al reporte de DNV son: sí se realizaron inspecciones; las fallas no eran detectables a nivel de calle, además de que ni con inspecciones visuales ni con inspecciones de acuerdo con el manual de mantenimiento se hubiera evitado la tragedia.
Si se puede resumir lo que opina el Gobierno de la Ciudad de México respecto a los informes del DNV es lo siguiente: está de acuerdo con el primero y el segundo, donde se señalan los problemas de diseño y construcción de la Línea 12, pero rechaza el tercero, donde se establecen los problemas de inspecciones y mantenimiento, que ya incluiría en responsabilidades a funcionarios de la actual administración.
En la presentación no hubo sesión de preguntas y respuestas.