La extensa carta que dos de los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador enviaron a La Jornada fracasó en su objetivo de limpiar su imagen y por eso el presidente no ha hablado de ella, afirmó Carlos Loret de Mola.
En su columna de este martes en El Universal, Loret recuerda que “hoy se cumplen seis días de que se publicó” la carta y al momento, “el presidente no ha dicho una sola palabra” al respecto.
Ello, refiere, a pesar de que en varias ocasiones los exhortó a pronunciarse y anunció que lo harían. No la mencionado, citado, promovido o recordado, a pesar de que en estos días ha tenido plena oportunidad.
“El silencio del presidente sobre la carta de sus hijos exhibe el fracaso que fue como maniobra de relaciones públicas”.
Fue un fracaso debido a que en la carta “confirmaron sus relaciones personales, validaron la autenticidad de las grabaciones telefónicas que los exhiben, defendieron a sus amigos contratistas del gobierno, defendieron también las licitaciones y asignaciones que favorecieron a sus cuates, confirmaron la existencia de muchos de los negocios citados, y no se deslindaron en absoluto de quien es la pieza clave para entender la trama que protagonizan: su íntimo Amílcar Olán, la voz que ha contado con lujo de detalles la red de corrupción y tráfico de influencias que encabezan los hijos del presidente de México”.
Se recordará que, en la misiva, que etcétera también ha analizado, Andrés y Gonzalo López Beltrán aceptan conocer a Amílcar, aunque tratan de dar la impresión que es una relación lejana. Niegan en todo momento haber recomendado o intercedido por alguien, pero, como bien apunta Carlos Loret, no descalifican la autenticidad de las llamadas telefónicas en donde Olán se ufana de su amistad con ellos y la influencia que ello les da. También demuestran un conocimiento profundo del estado de varios contratos y licitaciones y salen en abierta defensa de otro de sus amigos, Alejandro Castro Labora.
Loret apunta algo clave, los hijos de AMLO “no le dijeron mentiroso a Amílcar y él es quien ha relatado todo”.
“Por el contrario, lo legitimaron: que lo conocían de años, que era empresario que vende pisos, piedras y material para construcción en Tabasco, que sus negocios con el gobierno son lícitos, y hasta le dieron trato de víctima”.
De acuerdo con la interpretación que de la carta hace el periodista, “la carta fue el sello del pacto de complicidad con Amílcar”.
Agrega que, en efecto, el amigo de años de ambos hijos del presidente recibe un trato privilegiado pues “no se sabe de ninguna investigación de la UIF o la FGR en su contra ni que le hayan congelado las cuentas a pesar de que en sus conversaciones telefónicas hechas públicas en Latinus (acompañadas de los documentos que prueban que no solo eran habladurías por celular) confiesa varios delitos”.
En varias ocasiones, el presidente dijo que sus hijos deberían pronunciarse públicamente y así lo hicieron tras varias semanas de exhortos de su padre.
La carta fue publicada en exclusiva en el diario La Jornada, que le dio espacio en la portada. El documento no fue enviado al resto de los medios de comunicación ni tampoco difundida en redes sociales.
Al día siguiente de su publicación, el presidente no habló del tema, ni tampoco fue interrogado al respecto en la mañanera.