Hugo López-Gatell, precandidato de Morena a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, presumió que por cada persona enojada por el manejo gubernamental de hay 500 agradecidas, aunque el “científico” no aportó ninguna cifra que lo respalde. Ninguna encuesta ni estudio avala su dicho, sino al contrario.
En una entrevista que concedió a El Universal, el exsubsecretario de Salud y encargado de la atención a la crisis generada por la Covid-19, durante la cual descalificó a los que él considera muy pequeñas minorías: un 0.2 por ciento de “enojados” con la atención gubernamental a la emergencia sanitaria y sólo seis de 3 mil 500 académicos lo rechazan.
En la conversación, López-Gatell comentó acerca de la imagen negativa que se la ha dado por la estrategia para enfrentar la crisis sanitaria, pero recurrió a una extraña argucia cuantitativa: afirmó que “por cada persona que está enojada por cómo se manejó la pandemia, o está enojada con este gobierno, hay 300 a 500 personas que están agradecidas”. Es decir, sólo entre el 0.2 y el 03 por ciento de los ciudadanos están inconformes por la atención gubernamental a la Covid-19, según el exfuncionario.
Pero ningún dato ratifica ello, ni siquiera las más favorables al gobierno cuando prácticamente concluyó la emergencia. Así, por ejemplo, en un estudio de Consulta Mitofsky sobre la pandemia en mayo de 2022 señaló que 61 por ciento de los entrevistados aprobaba el manejo que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero en lo que correspondía a López-Gatell el descenso era notorio: la forma en que se comunicaron las cifras de infecciones y de muertes fue considerada buena por 41.3 por ciento, mientras que el 40.9 mal. Sobre los datos de personas fallecidas por la infección, 50.2 consideraron que fueron más y no las contaron, mientras que el 25.1 los consideró certeros.
Un mes después GEA-ISA publicó más datos sobre el tratamiento del gobierno a la epidemia: lo aprobaba 62 por ciento y lo rechazaba el 31 por ciento, y sobre la atención que le dio López Obrador a la emergencia sanitaria 64 por ciento la aprobaba, mientras que 34 por ciento la rechazaba.
El estudio demoscópico realizado por Enkoll en abril de 2020 sobre los personajes en que más se confiaba en el inicio de la crisis de la pandemia, López-Gatell alcanzó el 49 por ciento, mientras que el presidente López Obrador sólo alcanzó el 9 por ciento, aunque el 32 dijo que no confiaba en ninguna autoridad. Pero ahora más de tres años de aquel entonces y de cientos de miles de muertos, es insostenible ese nivel de confianza para el exsubsecretario.
Por su exposición intensiva diaria y por su apariencia de “científico” más que de político, López-Gatell llegó a alcanzar muy buenos niveles de popularidad, pero conforme avanzaba la emergencia sanitaria su figura se fue desinflando desde el primer año de la crisis. Así, por ejemplo, la encuesta de El Financiero Bloomberg registró al inicio de la emergencia, en marzo de 2020, que el 62 por ciento de la población tenía una opinión muy buena o buena del entonces subsecretario, pero cuatro meses después, en agosto, ya había bajado a sólo 48, 14 puntos menos. En el mismo periodo, la cifra de quienes tenían opinión muy mala o mala del funcionario aumentó.
Basten esos ejemplos de encuestas para mostrar que en ningún momento, ni siquiera en el mejor de López-Gatell al inicio de la crisis sanitaria, cuando aún podía parecer un “científico” serio, hubo sólo entre un 0.2 o 0.3 por ciento de inconformes con la atención que a la pandemia le dio el actual gobierno y él, particularmente.
Además, en una medición distinta, según un análisis de MW Group realizado en julio pasado en redes sociales mostró que en la conversación acerca de López-Gatell, el 88 por ciento de los mensajes son en su contra y sólo 12 por ciento a favor. Los aspectos más criticados son por no garantizar el buen servicio médico durante la pandemia, el desabasto de medicamentos, el cierre de una compañía productora de medicinas psiquiátricas y que no haya rendido cuentas de su trabajo en la Cámara de Diputados.
Por supuesto, en la entrevista a El Universal López-Gatell, pese a presumir que proviene “del mundo académico y científico”, (sic) no da ninguna fuente que le permitan sostener su afirmación de que por cada inconforme por la atención a la Covid-19 hay 300 o 500 “agradecidos”.
Lo ridículo es que sí descalifica a seis científicos que se pronunciaron contra él, a los que descalificó por ser tan pocos en una comunidad en la que “debe haber a nivel de alto desempeño cerca de 3 mil 500 personas”, por lo que son “una proporción sumamente pequeña”. Y no discutió las razones del sexteto para repudiarlo.
