El Gobierno de México acordó con la administración de Joe Biden realizar una inversión de mil 500 millones de dólares para reforzar puestos fronterizos y mejorar la revisión de migrantes. Estados Unidos, por su parte, gastará 3 mil 400 millones.
Como producto del encuentro de presidentes el martes pasado, el actual gobierno estadounidense logró lo que ni siquiera la anterior administración, encabezada por Donald Trump, había alcanzado: que México invirtiera en garantizar la seguridad en la frontera entre ambos países.
Así, se anunció que México gastará mil 500 millones de dólares en 26 proyectos para modernizar los puertos de entrada, además de mejorar los puntos de revisión de los migrantes. No se trata de construir el muro que deseaba Trump, pero sí de controlar esos flujos de personas hacia Estados Unidos.
La inversión se realizará entre 2022 y 2024; por parte de Estados Unidos será de 3 mil 400 millones, con lo que, según informó la Casa Blanca, se busca contar con “una frontera más resistente, eficiente y segura”.
La Casa Blanca añadió que con los proyectos de modernización de los cruces fronterizos serán creados “empleos locales bien pagados, incrementarán la seguridad y harán a la economía más resiliente a retos en las cadenas de suministro, a la vez que servirán como modelos de sustentabilidad e innovación”.
Eso ya lo logró el gobierno norteamericano, pero aún se están definiendo algunos detalles de los proyectos de mejora de los controles fronterizos.
Tras darse a conocer la noticia, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, muy cuestionado por su muy buena relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, celebró el acuerdo y dijo que el gobierno de “México tiene que hacer su parte”.
“Por primera vez en la historia, hay un plan de inversiones en ambos lados, el estadounidense y el mexicano”, comentó el diplomático en Washington.
Salazar destacó los aspectos comercial y de seguridad del acuerdo, y aseguró que contar con fronteras seguras es uno de los asuntos en que más trabajan los dos países.
Mientras tanto, la promesa de las visas de trabajo que concedería Estados Unidos aún están pendientes.
