Tras la histórica jornada electoral mexicana del 6 de junio, el diario norteamericano The Wall Street Journal celebró el que los mexicanos votaron para fortalecer la democracia, contener las ambiciones de Andrés Manuel López Obrador y limitar su poder.
En un editorial publicado la tarde de este 7 de junio, el diario, que hace un par de días sentenció que AMLO es un peligro para la democracia mexicana, se mostró satisfecho y festejó el rumbo que tomó el proceso electoral, que devino en una Cámara de Diputados sin mayorías absolutas y la pérdida de la mayoría morenista en la capital del país.
“Lo crean ustedes o no, hay buenas noticias al sur del Río Grande. Los votantes mexicanos dieron una fuerte reprimenda al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y sus aliados en las elecciones intermedias del domingo, al desmantelar su mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
“Los resultados debilitan a AMLO y a sus ambiciones de una radical “cuarta transformación” de México”, afirma.
El texto, firmado por la Junta Editorial, encomia el inesperado giro que tomaron las votaciones, en que Morena perdió la mayoría absoluta que tenía por sí solo y perdió la mayoría calificada que formaba con sus partidos aliados.
De acuerdo con los resultados oficiales preliminares, aunque Morena tendrá más curules que el resto de los partidos, no conformará por sí mismo una mayoría absoluta (de al menos 251 diputados) para ello deberá hacer alianzas, pero más importante aún: mucho menos podrá configurar una mayoría calificada, necesaria para reformar la Constitución, ni siquiera con el apoyo de los partidos que hasta ahora han sido sus aliados.
Tras 71 años de vivir bajo una autocracia represiva, afirma el diario, los mexicanos prefieren la pluralidad y la democracia por encima del autoritarismo y lo demostraron en esta elección.
“El presidente convirtió esta elección en un referéndum sobre su persona, apostando a que el 60% de aprobación que tiene podría sobreponerse a su mala gestión del COVID-19 y a una economía que no ha crecido en dos años. Su promesa de combatir la corrupción aún hace eco en la población”.
Agrega que la participación electoral rondó el 52%, alta para una elección intermedia. “Pero los candidatos de Morena recibieron una paliza de parte de los votantes de las clases medias y altas urbanas, muchos de los cuales apoyaron a AMLO en 2018. Morena perdió mucho en la Ciudad de México, de la que AMLO fue alcalde”.
Dice que Morena ganó alrededor de 10 gubernaturas en disputa, pero tendrá que adaptarse a una Cámara de Diputados plural. “El partido necesitará del apoyo del Partido Verde, un partido mercenario, para poder gobernar. La ambición de AMLO de reescribir la Constitución, sea para revertir la liberalización del mercado, sobre todo en energía, o sea para centralizar el poder presidencial, se vuelve mucho más difícil de cumplir”.
“Y, aunque la imagen de caudillo de AMLO se ha resentido, tampoco está totalmente debilitado. Sin embargo, su poder ya no va en ascenso, debido a que la carrera presidencial de 2024 ya está en marcha de manera no oficial. Eso significa que cuando califique a los empresarios como “la mafia”, trate de impulsar leyes antidemocráticas o ataque a sus oponentes, ahora encontrará resistencia”.
Asegura que en este proceso hay una lección para la oposición. Su éxito parcial se debe a la decisión tomada por el PRI y el PAN de unirse en alianza (no menciona al PRD). Ambos partidos, dice, lucharon por refutar las acusaciones de que son parte de un régimen corrupto.
“Los mexicanos vivieron 71 años bajo una autocracia represiva. Cuando le dieron fin en el año 2000, se comprometieron a la construcción de instituciones y del Estado de derecho. La clase política con frecuencia los ha decepcionado, pero la votación del domingo sugiere que siguen prefiriendo el pluralismo y la democracia por encima del control del hombre fuerte”.
Finaliza diciendo que si AMLO quiere dejar un legado de progreso en la segunda mitad de su gestión, el reconocer el mensaje que le envió la ciudadanía mexicana es el punto de partida.