En un encuentro sobre órganos constitucionales autónomos, los participantes destacaron que son producto de luchas democráticas para defender derechos humanos, y que sería un retroceso acabar con su autonomía.
Durante el foro “Instituciones autónomas en México”, Blanca Lilia Ibarra Cadena, comisionada presidenta del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), dijo que durante las últimas semanas ha sobresalido un debate de suma importancia para el régimen democrático: los organismos constitucionales autónomos.
Estos, dijo, “son resultado de un proceso de consolidación democrática y maduración institucional que ha reconfigurado la vida pública de nuestro país”. Sobre la autonomía del INAI, afirmó que “es el resultado de la movilización y la exigencia de la ciudadanía para asegurar que se garantizaran los derechos humanos de acceso a la información y de protección de datos personales”, por lo que el organismo “funge como un componente central del diseño democrático mexicano que ha renovado las relaciones entre autoridades y ciudadanos al impulsar exigencias generalizadas de contar con gobiernos más transparentes, abiertos al escrutinio público, evaluación y rendición de cuentas”.
Añadió que el INAI debe ser aliado de la ciudadanía, pero también de los poderes públicos y de los demás organismos autónomos.
Para la comisionada Norma Julieta del Río, la lucha para abrir la información pública ha sido ardua en los más recientes 20 años, por lo cual se establecieron leyes que permiten combatir la opacidad y permiten vigilar el actuar de los gobiernos.
Por su parte, el comisionado Francisco Javier Acuña explicó que retirarle la autonomía al INAI significaría “una regresión pavorosa”, y que “lo que no puede caber en ninguna democracia es la limitación a los derechos”. Un retroceso en ese sentido terminaría “por hacer imposible su tutela y su garantía, su ejercicio pleno”.
Adrián Alcalá Méndez, también comisionado, afirmó que se requieren autoridades que funcionen sin interferencias ni presiones, y que impidan la concentración del poder en un órgano o persona. Remarcó que el instituto “no fue un capricho político ni una ocurrencia. Es el resultado de años de análisis y de reclamos sociales y académicos”.
Sergio López Ayllón, director del Centro de Investigación y Docencia Económica, dijo que resulta poco afortunado “pensar que una secretaría de la administración pública federal puede sustituir lo que hace el INAI. Por lo demás, no sólo es el INAI: es todo el entramado institucional que genera el sistema nacional de transparencia”.
En el foro también participó el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, quien destacó la independencia de los órganos constitucionales autónomos y los resaltó como producto de la transición y de la consolidación de la democracia, un proceso de tres décadas. Añadió que “los organismos constitucionales autónomos son el resultado de la lucha ciudadana para ampliar su control sobre el ejercicio discrecional del poder político”.
Destacó que la autonomía no significa autarquía. Por lo que se habla de organismos que son “entes públicos del Estado que interactúan y colaboran, se coordinan con otros órganos del mismo Estado, y que son vigilados también por otras instancias del propio entramado constitucional, incluso entre ellos”.
Mencionó dos desafíos de los órganos constitucionales autónomos: primero, revisar y actualizar su diseño institucional para hacer lo menos complejo para que sean más eficaces y eficientes, y segundo, reconfigurar su relación con la ciudadanía a través de la pedagogía pública.
