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No ha sido sencilla la vida para organizaciones no gubernamentales, colectivos, y asociaciones civiles en estos meses.

Este gobierno piensa que la política pública se hace desde el gobierno. No son los mejores para aceptar el diálogo y la influencia y el cabildeo de organizaciones que fueron fundamentales para avanzar, influir y acompañar reformas importantes aun contra la voluntad inicial de los gobiernos.

Segundo, que muchos de los temas que avanzan las organizaciones no son del agrado, no de éste, sino de ningún gobierno. Ya sucedió con los colectivos de seguridad sin guerra o el que quería un fiscal autónomo, lo que resultó en los hechos.

Tercero, el injusto apodo de Fifís que les ha endilgado el Presidente. Como si los grupos de madres buscando a sus hijos desaparecidos, o las indígenas que quieren detener la destrucción del medio ambiente y sus formas de sustento en Campeche, lo fueran.

Cuarto, la también injusta, por igualadora, acusación de corrupción sin pruebas que se ha hecho contra muchas de ellas.

Y la falta de voluntad de la Secretaría de Hacienda que siempre ha complicado la vida a las organizaciones, hoy está peor que nunca, para permitirles tener las condiciones para tener donativos y una vida financiera sustentable y normal.

Más información: http://bit.ly/2UXRfXy

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