La organización Reporteros Sin Fronteras, RSF, afirma que, para el ejercicio del periodismo, México está compuesto por dos tipos de regiones: las zonas críticas y las zonas silenciadas.
Las zonas silenciadas son aquellas en las que el periodismo ha sido acallado por completo. Ignoramos, en consecuencia, lo que ocurre en esas regiones. Ahí, los periodistas han sido amenazados o agredidos. Algunos optaron por dejar de reportear. Otros tuvieron que desplazarse, y abandonarlo todo.
De acuerdo con la organización, hay zonas silenciadas en Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa y Guerrero. Se trata de tierras sin ley, dominadas por el crimen organizado, la mayor parte de las veces en siniestra colusión con autoridades locales.
Ahí, los pormenores de la vida cotidiana no suelen llegar a los medios que siguen funcionando. Según Balbina Flores, representante en México de Reporteros Sin Fronteras, los periodistas que habitan dichas zonas se hallan “frente al Estado de Miedo”.
Por un lado enfrentan criminales con perfil extremadamente violento, y por otro, un escandaloso nivel de corrupción en los políticos. “Nadie puede interesarse ‘demasiado’ en casos delicados”, explica Flores. Las llamadas y los mensajes amenazantes no se hacen esperar. Y, a veces, todo termina con un asesinato a sangre fría.
En los registros de RSF, Reynosa, Tamaulipas, es una zona silenciada. En Veracruz, regiones de la parte sur del estado, como Acayucan, Jáltipan, Minatitlán y Coatzacoalcos, han sido silenciadas.
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