En los últimos tres años se realizaron en la Ciudad de México (CDMX) nueve manifestaciones al día en promedio, es decir una cada hora hábil (de 9:00 a 18:00 horas); De 2015 a 2017 hubo en total 10 mil 62 eventos de este tipo registrados por las secretarías de Seguridad Pública y de Gobierno.
De acuerdo con un monitoreo de la plataforma de movilidad Sin Tráfico, El Universal reportó que en 2015 hubo un total de tres mil 722 movilizaciones (sobre todo en los meses de mayo y junio); en 2016 fueron tres mil 846 (julio y agosto); mientras que para 2017 se registró un decremento de 36% respecto a 2016, con dos mil 494 (con mayor concentración en enero).
Las principales vialidades afectadas por dichas manifestaciones fueron Paseo de la Reforma en los cruces con Eje 3 Poniente, Florencia, Río Rhin, Insurgentes, Bucareli, Juárez e Hidalgo. Otros sitios de consideración fueron la Plaza de la Constitución, Donceles y Eje Central (en los cruces con Eje 4 Sur, Obrero Mundial, Juárez e Hidalgo).
El director de Sin Tráfico, Eugenio Riveroll, destacó que las manifestaciones que se trasladan (es decir, que salen de un lugar y llegan a otro) tienen una duración promedio de dos horas y media: “Estamos hablando de al menos un 10% del tiempo de los días de la semana; es un impacto muy grande en términos de calidad de vida”.
El tiempo promedio que pasa un habitante de la CDMX en el transporte a su trabajo y a su casa es de más de 30 días al año, pero hay casos registrados que pasan hasta 45. Si a esto se le suma el factor de nueve manifestaciones diarias en la ciudad, el impacto en la calidad de vida de los habitantes es obvio.
Los horarios con el mayor número de manifestaciones se ubican en el rango de las 11:00 a las 14:00, y de las 15:00 a las 17:00 horas; a veces en un mismo día pueden estar ocupados ambos horarios, como el pasado 31 de enero: por la mañana el Movimiento Campesino, y por la tarde una marcha organizada como parte de la Jornada Nacional de Lucha.
Para Patricia Mercado, secretaria de Gobierno de la CDMX, los eventos citados corresponden en un 60% a intereses o demandas de la Federación o los estados, pero no de asuntos locales de la ciudad. Son manifestaciones para dependencias federales como las secretarías de Gobernación, Agricultura y Ganadería, Comisión Nacional del Agua, etc.
La funcionaria relató que su equipo de trabajo hace una previsión diaria de acciones a partir de lo programado, y de ahí se parte para difundir la información a la ciudadanía en redes y todos los medios disponibles; pero ello sólo cubre el 30% o 40% de los eventos que pueden realizarse.
En cuanto a los distintos tipos de movilizaciones que puede haber, si en colonias de clase media, alta o baja de la metrópoli, se le preguntó si puede tener más peso un hashtag que el cierre de una calle por un grupo de personas.
Mercado dijo que “el hashtag no evita el derecho de otros ciudadanos; en cambio, un bloqueo sí impacta la llegada a su casa, su escuela, su trabajo. Los dos problemas son de gobernabilidad, democráticamente. Tanto en uno como en otro, tienes que darle respuesta a la demanda”.
Sobre los números atípicos de 2017, mencionó que la concentración de marchas en el mes de enero se debió, en gran parte, al tema del llamado ‘gasolinazo’, que produjo 405 manifestaciones por parte de la ciudadanía. Pero del total anual menor, explicó que hubo varios factores aunque el principal fueron los sismos de septiembre.
“Después del sismo el movimiento normal de protesta de las organizaciones bajó mucho; como que la gente entendió que era otro momento. También la solidaridad, el no importunar”, señaló.
Indicó que el área a su cargo ha buscado profesionalizar la concertación política a través de diplomados; “creo que tiene que ver con las previsiones y la respuesta”. El sismo trajo pocas movilizaciones, algunos conflictos por agua en lugares como Iztapalapa y Tláhuac, además de que las pequeñas movilizaciones, las de vecinos, han bajado debido a la pluralidad de gobiernos delegacionales y la competencia política, estimó.
Desde 1997 la Ciudad de México transitó de un PRD predominante en gobiernos delegacionales (sin mucha competencia), al surgimiento de algunos bastiones del PAN y luego del PRI; pero con la irrupción de Morena en 2015, la competencia política generó dos polos competitivos y una composición muy balanceada entre al menos cuatro partidos.
Patricia Mercado describe esta realidad como de alta competitividad: “la competencia es en serio, si no gobiernas bien puedes perder tu delegación”. también hay que considerar las últimas dos regulaciones a la Ley de Movilidad, que han contemplado el aviso de manifestaciones para garantizar la seguridad de manifestantes y poder tomar medidas logísticas para brindar vías alternas.
Pero para Laura Ballesteros, subsecretaria de Planeación de la Secretaría de Movilidad (Semovi), no existe ninguna relación entre el descenso de marchas y la ley: “Lo hemos establecido desde que la Ley de Movilidad fue analizada por la Suprema Corte de Justicia en materia de marchas y manifestaciones, ante el aviso que se conservó de la anterior”.
Ya en la Ley de Transporte estaba el aviso de marchas y manifestaciones, no es nuevo; la Ley de Movilidad no es antimarchas, es garantista, progresista, enuncia derechos, proclama el derecho a la movilidad en la CDMX, indicó.
La nueva ley, subrayó, protege “la garantía al derecho a la libre manifestación, (pero) al mismo tiempo hay que garantizar al resto de la población vías alternas; porque, al menos desde la percepción de la Ciudad, las marchas siguen siendo parte de la vida diaria”.
aml