La encargada de la sección para dizque combatir las mentiras, Elizabeth García Vilchis, ofendió gravemente a los colaboradores de Latinus al acusarlos de prostituirse mediante el uso del término “textoservidores”.
En la conferencia de este miércoles, Vilchis, muy ufana y pagada de sí misma, exhibió de nueva cuenta a Latinus y a sus colaboradores calificándolos de “textoservidores”, término que remite de manera inmediata a la palabra “sexoservidor” que es como se denomina a quien da servicios sexuales.
Además de este insulto, la lectora de la sección dedicada a intimidar a la prensa en México, repitió la mentira de que los colaboradores de Latinus cobran del “dinero público”.
Admitió que no hay evidencias de que haya incumplimiento en los contratos que supuestamente celebró uno de los socios del medio con gobiernos estatales para brindar servicios de salud. Dijo, cínicamente, que eso lo habrá de resolver la Fiscalía General de la República.
No obstante la admisión de la falta de pruebas, dio por hecho que uno de los socios del medio lavó dinero, estafó al erario y con ese dinero pagó a los periodistas, a quienes acusó de “venderse”.
“Sus plumas y sus voces pagadas por la empresa se han dedicado a generar una narrativa golpista en contra del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, eso es innegable, para eso les pagan”.
Como si dijera algo muy brillante, señaló: “¿Saben cómo se llama a eso? Textoservicio. Son textoservidores al amparo del erario público”.
E hizo alusión, mediante palabra e imágenes, a Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo, Denise Dresser y Jesús Silva Herzog, entre otros.
Dijo también que ya se investiga si los mencionados servicios de salud de verdad fueron entregados, porque de lo contrario “sería” un fraude. Es decir, admitió que no hay evidencias de que los servicios y productos no hayan sido entregados, sino que únicamente se ha cubierto de sospechas a Latinus para generar un clima de linchamiento en su contra.
Ayer, AMLO aseguró que Latinus se había “robado el dinero de las medicinas del pueblo”. Hoy, Vilchis acepta que no saben si eso ocurrió y que no hay pruebas.
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