Como dijo Thomas Paine: “discutir con una persona que ha renunciado al uso de la razón es como aplicar medicina a los muertos”. ¿Quiere usted pensar y saber? ¿O creer, aplaudir y escupir? ¿O criticar pero con prejuicios? ¿Son tan diferentes como se dice AMLO y Milei? ¿Se justifica criticar a AMLO y defender a Milei? ¿O defender a AMLO y criticar a Milei? Observemos su actuación como presidentes respecto a los poderes legislativos.
Milei usa decretos para saltar al Congreso. AMLO también. Ahí está el “megadecreto” de “necesidad y urgencia” de Milei. Ahí están los decretos de AMLO para militarizar la seguridad pública, terminar de dar control total a la Sedena sobre la Guardia Nacional, declarar de “seguridad nacional” los “megaproyectos”, extinguir Notimex, entre otros.
Milei acusa a los congresistas de oposición de ser “coimeros”, es decir, extorsionadores, corruptos, etcétera. AMLO también.
Milei envía paquetes de leyes –cuando no decreta- sin querer dialogar ni consensuar con la oposición en un Congreso democrático y plural. AMLO también. Ahí está la “Ley Ómnibus” de Milei. Ahí están los famosos planes electorales y de reforma judicial de AMLO.
Milei ataca al Congreso y a la oposición para presionarlos hacia la aprobación de esos paquetes de leyes. AMLO también.
Milei los ataca de nuevo si no obedecen de inmediato. AMLO también.
Milei cree que el Congreso no sirve para nada si no lo obedece a él. AMLO también.
Milei quiere que el Congreso obedezca y esté sometido a él, al presidente. AMLO también.
Si AMLO y Milei no quieren que el Congreso desaparezca, sí quieren que desaparezca la división de poderes. Quieren que sus presidencias tengan mucho más poder que el establecido por la Constitución. Que ellos tengan el poder de legislar, y los congresistas formalicen lo que el presidente decida. No les gusta la Constitución vigente, ni que se aplique.
En otras palabras, Milei y AMLO quieren un Congreso como el del PRI hegemónico: controlado por sus respectivos partidos, lleno de “levantadedos”; en general, un Congreso protocolario, una escribanía u oficialía de partes. Quieren un poder legislativo que no sea Poder, para que el poder Ejecutivo –ellos- sea el poder Máximo.
Nadie puede negar con hechos el cuadro de hechos que se ha presentado arriba. No pueden demostrar que Milei y AMLO no actúan así. Porque así actúan. Milei y AMLO se parecen mucho: tienen los mismos modos autoritarios y mecanismos antiparlamentarios respecto a las normas públicas, recurren a las mismas formas y medios para conseguir legislación u otras reglas. Varían los contenidos, en eso se diferencian un tanto (Milei tiene mucho más de neoliberal que AMLO) y en la cantidad (Milei ha presentado paquetes más grandes en menos tiempo), pero casi no hay diferencia en los procedimientos ni en la intención política. La calidad autoritaria es casi idéntica.
Pero eso no es todo: AMLO ha usado también las “consultas populares”, las ha usado dentro y fuera de la Constitución, y con el único fin de legitimar lo que él ha decidido, no el pueblo. Es, en su caso, otra forma de ir contra lo parlamentario. Es otra vía para deslegitimar al Congreso, no para ampliar la democracia. Ninguna de sus “consultas” tuvo un origen verdaderamente popular, todas tuvieron una participación ínfima, sólo una tuvo una organización democrática (por el INE; pero ni el origen o la intención de la convocatoria ni los resultados fueron democráticos). AMLO quiso prescindir del Congreso en los temas específicos de las “consultas” y lo quiso además para dar a entender que un Congreso libre es prescindible. Milei ya dijo que si el Congreso no le da lo que quiere puede convocar a “consulta popular”. Él y su equipo han hablado de la posibilidad plebiscitaria desde antes de tomar la presidencia. ¿Cuál es la diferencia? Es lo mismo: autoritarismo.
Y hablando de autoritarismo… el llamado “protocolo antipiquetes” de Milei es equivalente a la “ley garrote” de AMLO y Adán Augusto López en Tabasco: impedir y castigar la protesta, los movimientos callejeros contra las decisiones presidenciales. La “ley garrote”, le recuerdo, es una ley morenista de 2019 que reformó el Código Penal de Tabasco para castigar con cárcel a quien protestando impidiera de algún modo cualquier trabajo de la construcción del atraso petrolero que es Dos Bocas. La intención era simplemente disuadir la protesta social. La Suprema Corte invalidó esa ley… Lo mismo intentaron Milei y su ministra de Seguridad Patricia Bullrich con el protocolo mencionado –pero muchos ciudadanos argentinos no se asustaron y salieron a protestar contra la austeridad y el decretazo; hoy siguen protestando, por la forma y por el fondo de lo que hace Milei.
Invito al lector a releer y pensar, de veras pensar, este texto. Y por lo menos a usar Google: busque “mega dnu milei” y “ley ómnibus Milei”. Vea por usted mismo cómo Milei se porta frente al Congreso argentino como lo hace AMLO frente al mexicano. Podrá ver también cómo la defensa de la democracia argentina va quedando en manos del protestante ciudadano en la calle, de algunos medios y del poder judicial, ese poder que ataca AMLO y que los mileístas empiezan a atacar. ¿Todo eso es por lo que Leo Zuckerman agradece a Dios? ¿Eso también les gusta a Pablo Hiriart y Sergio Sarmiento? ¿Su ideología neoliberal, no enteramente rechazada por AMLO, justifica el autoritarismo de Milei? ¿Por qué critican el autoritarismo de AMLO? ¿O sólo es que quieren aún más neoliberalismo en un México que no es posneoliberal excepto en el discurso? AMLO es como Menem, un presidencialista populista que usa lo neoliberal (insisto e insisto: vea la estructura fiscal pro-riqueza extrema que conserva AMLO), Milei es un “libertarian” que usa lo neoliberal y populista. Tienen diferencias pero también similitudes. Grandes, graves similitudes.
La evidencia y la razón, así como la democracia, nos dicen que se debe criticar tanto a AMLO como a Milei. Ambos son antiliberales, antidivisión de poderes, antidemocráticos. Repito para que no lo olvide: sus proyectos pasan por saltar al Congreso y/o someterlo.
Extra: Milei es religioso, como AMLO; cree que Dios le dio una misión, dijo que ha visto la resurrección de Cristo y habla de su hermana Karina y de él mismo como Moisés y Aarón; también cree que habla con sus perros reencarnados, pero algunos sólo critican a un Nicolás Maduro que “habló” con un pajarito…; y, cómo no, Milei es un plagiario, como muchos políticos mexicanos de todos los partidos. Lea el libro El loco. La vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política argentina, de Juan Luis González.