Toponimia
Chapalac o Chapallan, de donde viene Chapala, en náhuatl significa “lugar de búcaros u ollas pequeñas”; en coca, “lugar muy mojado o empapado”, y también en náhuatl “lugar de chapulines sobre el agua”.
Historia
Época prehispánica
En el siglo XII, en las orillas del lago, se asienta en el lugar una migración de origen náhuatl (cocas) que emigran de la región noroeste de lo que ahora es México. Al llegar se encuentran que la ribera norte del lago está muy poblada y deciden ubicarse en la ribera contraria, según el cronista franciscano fray Antonio Tello.
Época colonial
Durante los siglos XVI al XVIII Chapalac fue una encomienda “a medias” con la Corona española, poblada en su mayoría por indígenas. La colonización europea ocurre hasta finales del siglo XVII.
Convento
Es una fundación de la Provincia de San Pedro y San Pablo de la Orden de los Frailes Menores (OFM). En 1547 ó 1548, fray Miguel de Bolonia y fray Juan de Almolón, quien será el primer guardián, dan nueva forma al poblado y construyen una iglesia y un convento de adobe y zacate. En 1586, Ponce encuentra un pequeño convento inconcluso. Poco tiempo después el sitio fue reducido a visita de Ajijic. En la época del cronista franciscano Antonio Tello (1652) la iglesia era amplia y con magníficos altares (Kubler).
Otra versión sostiene que en 1524 el franciscano fray Juan de Padilla y el soldado español Alonso de Ávalos entran en contacto con indios cocas y cancanes en Chapalac. En 1531, como resultado del trabajo misional de Miguel de Bolonia, fray Martín de Jesús o de la Coruña y fray Juan de Amolón, se construye el convento de Chapalac con zacate y adobe. En el siglo XVIII se seculariza esta iglesia como parte de las reformas borbónicas.
Según Tello, “el religioso que primero llegó se llamaba Fr. Juan de Padilla, que por los años del Señor de quinientos y veinte y ocho, vino a encontrar a otros que hacían el mismo fruto de doctrina por las congregaciones de indios que en la misma orilla adelante de este pueblo estaban recogidos”.
Y añade que ”estuvieron en este pueblo en la conversión, los benditos padres Fr. Martín de Jesús, Fr. Juan de Padilla, Fr. Miguel de Bolonia y otros religiosos que cuidaron de todos los pueblos que están fundados a orillas de la Laguna”.
De acuerdo con Tello, fray Martín de Jesús o de la Coruña, español, es uno de los primeros franciscanos que llegan a estas tierras; se les conoce con el nombre de “Los Doce”, y arriban a Veracruz el 13 de mayo de 1524.
Fray Miguel de Bolonia, flamenco: “Ambos (Fr. Martín y Fr. Miguel) de grande santidad, ilustrado por Dios con el don de profecía y milagros, y este Fr. Miguel con el don de lenguas; en siete se hacía entender, aparte de la materna, las más indígenas. Murió en Chapala”.
Fray Juan de Padilla, fundador de muchos conventos de la Provincia, muere mártir, regando con su sangre la tierra que había conquistado para Cristo.
Los franciscanos, en su estrategia misional en la región, no tenían residencia fija en un pueblo. Se hacían responsables de atender una región o comarca. Mota Padilla dice: “El P. Fr. Martín de Jesús, Superior de los que andaban en esta conquista nombró por doctrinero de Xalisco y su comarca a Fr. Juan de Padilla; en Etzatlán quedó el P. Badillo, y el P. Fr. Francisco Lorenzo pasó a Ahuacatlán y Tala. Y el P. Bolonia en Tonalá: y dicho P. Fr. Martín de Jesús en todas partes”.
En 1540 los sacerdotes indígenas (tapati), ante un crecimiento desmedido de las aguas en la laguna, predican que es un castigo de sus dioses por seguir las enseñanzas de los frailes y haber adoptado otro Dios. Un grupo de indígenas los sigue. La iglesia es incendiada en 1557 por el indígena Juan Tzincáyotl, y en 1581 por el indígena Pablo, hijo de Martín García.
En 1562 fray Sebastián de Párraga planta los primeros naranjos en el pueblo; en su trabajo es auxiliado por un fraile indígena, el hermano Francisco Tenorio, quien después planta naranjos en Tlajomulco y Ahuacatlán. A mediados del siglo XVII Tello escribe en su Crónica Miscelánea que Chapala “tenía 368 naranjos en calles que cercaban la iglesia”.
Fray Alonso Ponce, comisario de la Orden, en su crónica de 1586 dice: “Hay también en Chapala muchos y muy grandes platanares, danse cañas dulces de azúcar, danse uvas, membrillos, granadas, guayabas y todo género de naranjas, y hay tanto de todo esto que todo el pueblo parece una huerta: sacan los indios mucha agua de azahar, y de ella mucho dinero. Es tierra tan fértil de naranjas, que en la huerta del convento, donde hay muchos de estos árboles, se cogió de un naranjo dulce un ramo que tenía once naranjas buenas, gruesas, maduras y amarillas, apiñadas una encima de otras, y por ser cosa muy vistosa se le dio al padre Comisario. Dánse allí unas raíces que se llaman xícamas, a manera y casi del color de los nabos redondos, sin barbas ningunas, tan gruesas que por lo menos tiene cada una más de tres libras, cuando las comunes xícamas son como cebollas medianas”.
En el siglo XVI, en el cerro de San Miguel hubo una ermita. Ahí vivió en solitario el hermano lego fray Miguel. En la isla de Mezcala vivió como ermitaño otro hermano lego, al cual, en canoas, cada quince días le enviaban grupos de niños para que les enseñara y catequizara.
En el siglo XVI-XVII en Chapala hubo hospital como parte del trabajo de los franciscanos. En todos los sitios estaban dedicados a la Purísima Concepción. De estos Tello dice: “En estos hospitales, se reciben a los caminantes y entran los indios que enferman, así vecinos como forasteros, y acuden los religiosos con mucho cuidado, siendo sus hospitaleros y médicos; entonces entraban los enfermos por su orden, comían por sus manos, y siempre los acompañaban con el amor de Padres a hijos”.
Descripción
Exterior
La fachada es también la portada; sobre ella se asientan las torres. En la calle central hay tres niveles. En el primero un arco de medio punto y en el segundo una ventana ovalada. Los dos niveles se enmarcan en pilastras con capiteles corintios. Arriba un remate con un reloj. Las calles laterales con cuatro pilastras y capiteles corintios. Las torres tienen dos cuerpos con cúpulas triangulares; en estos, arcos de medio punto. En las cuatro esquinas, dos columnas con capiteles corintios. Estilo ecléctico.
Interior
Es de una nave. El altar mayor y los laterales son neoclásicos. Está bien conservada.
Comentario
No queda nada de la iglesia y el convento del siglo XVI. Se destruyeron. Lo que ahora se encuentra es la parroquia de San Francisco de Asís, obra del siglo XVII. Una posible explicación de que no quede nada de la estructura original es la secularización temprana en el siglo XVIII, o también que ésta fuera muy modesta. En todo caso las necesidades y manera de pensar de los sacerdotes diocesanos eran otras. En el siglo XVI la misión de Chapala fue muy importante. En el Lago de Cajititlán, vecino al de Chapala, hay conjuntos conventuales franciscanos del siglo XVII que se conservan bien. El estilo es un barroco muy propio de esta región.
Visitas
La primera vez que estuve aquí fue en 1968, y después he estado en muchas ocasiones. Es sólo a partir de mi vista de julio de 2021 que investigué sobre la fundación original.
Fuentes consultadas
Notas de mi visita.
Kubler, George, Arquitectura mexicana del siglo XVI, Fondo de Cultura Económica, México, 1983.
Twitter: @RubenAguilar