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Toponimia

 

De las voces Ocotl: “ocote o pino”, y Tlan: “lugar”. Significa: junto o entre los ocotes. El Morelos es en honor del padre José María Morelos y Pavón. En la lengua zapoteca se conocía al poblado como Lachiroo, que significa valle grande, y los zapotecas de Tlacolula le llamaban Guelache, que quiere decir plaza del valle.

 

 

Historia

 

Hacia 1535 un grupo de familias se asienta en las faldas del cerro Tortolita, ubicada a dos kilómetros del actual Ocotlán. En 1538 los pobladores hacen una petición de terrenos a Juan de Chanceo, el entonces corregidor. En 1555, el obispo de Antquera solicita a la Orden de Santo Domingo que se haga cargo de la parroquia. De esa fecha es la fundación conventual. Esta perteneció a la Provincia de San Hipólito Mártir.

 

En 1556 fray Fernando de Albuquerque traslada a terrenos planos a esas familias en el actual Ocotlán. Antes que la iglesia, se construye el convento. La edificación se paró en distintas épocas ante la falta de mano de obra indígena, que se ocupaba en la minería.

 

La iglesia en un inicio tuvo techo de paja, luego de madera y a partir de 1669 se hacen el ábside de la bóveda, el coro y la sacristía. Al inicio del siglo XIX el conjunto estaba muy dañado. En 1804 fray Mariano Espino inicia la restauración. En 1823 fray Francisco de Monsalva termina de edificar la capilla del Señor de la Sacristía.

 

Los dominicos estuvieron aquí hasta 1885. El último fue fray Feliciano Paz. En la guerra de Independencia se utilizó como cuartel. Después de que lo dejan los dominicos se ocupó como oficinas del ayuntamiento y en los últimos años también como cárcel.

 

En 1995 se inicia el trabajo de restauración. Son tres mil metros cuadrados. No había muchas fuentes bibliográficas disponibles, para saber el trazo original del convento. Los archivos y memorias de Ocotlán se perdieron. La restauración inició con la portada del templo que, una vez terminada, se pintó de azul y se resaltaron sus molduras.

 

 

Descripción

 

Atrio

 

En la restauración se delimitaron las áreas de acceso al atrio reubicando la cruz atrial. El espacio de jardinó.

 

 

 

Capillas pozas

En la restauración se rehicieron las capillas posas de piedras y tabiques con bóvedas de pañuelo y se delimitaron las áreas de acceso al atrio.

 

 

Iglesia

 

Exterior

 

La fachada se compone de la portada y dos torres con campanarios de un solo cuerpo con vanos de arco de medio punto, columnas estriadas, cornisamentos denticulados, jarrones y cupulín coronado con un copón.

 

El estilo de la portada es entre un barroco popular y ya cerca de formas propias del neoclásico. Es de argamasa pintada en azul y tiene forma de hornacina. Consta de dos cuerpos y un remate. El primero da accceso a la iglesia a través de un arco de medio punto, flanqueado por columnas jónicas y nichos con esculturas.

 

El segundo tiene una ventana coral al centro y repite las columnas y los nichos. El remate, que da forma a la hornacina, es un espacio semicircular, cubierto con una concha. Al centro un nicho, la escultura de Santo Domingo de Guzmán, enmarcado por pilastrillas jónicas sostenidas por querubíes a manera de atlantes. A los lados del nicho dos columnas dóricas y dos esculturas de leones.

 

Interior

 

 

Es de una planta. En el presbiterio el altar mayor es un retablo dorado y en el nicho central hay una imagen de Santo Domingo de Guzmán. Tiene altares laterales y una cúpula, sobre tambor y pechinas, de diferentes proporciones, decoradas con pinturas al fresco.

 

Claustro

 

Solo tiene claustro bajo con tres arcos de mampostería en cada lado. El patio es un cuadrado. En el refectorio se rescató una pintura mural y vigas de madera que datan del siglo XVI. En lo que fue el convento se aloja el Museo Rodolfo Morales.

 

 

Comentario

 

Hay muy pocos elementos del siglo XVI. La actual iglesia es de inicios del siglo XIX. El atrio ajardinado luce mucho. Da sensación de frescura. La portada es muy alegre y colorida, y lo mismo se da en el interior de la iglesia. Había misa y la iglesia estaba llena cuando la visitamos.

 

El padre José María Morelos y Pavón en su viaje hacia Acapulco aquí acampó por tres días en el jardín de la población.

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