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jueves 19 septiembre 2024

Cuando Epigmenio, Jenaro, Álvaro, Ackerman y Citllali criticaron el plagio de Peña Nieto

por Orquídea Fong

Es innegable e indiscutible: la ministra Yasmín Esquivel Mossa cometió, en su tesis de licenciatura, un plagio mucho más grave y descarado que el ya de por sí plagio grave y descarado que hizo el ex presidente Enrique Peña Nieto en la suya. Así lo demostró Guillermo Sheridan en su espléndido reportaje publicado este 21 de diciembre.

A pesar la mayor gravedad, los simpatizantes de AMLO que en su momento criticaron con todo a Peña Nieto ahora están muy callados, muy cautelosos ante el caso de la ministra, bien conocida por su cercanía al presidente López Obrador.

Así es: mientras Peña Nieto plagió alrededor del 20% de su tesis, dedicada al presidencialismo mexicano, la ahora aspirante a presidenta de la Suprema Corte de Justicia plagió alrededor del 99.99% pues lo único que no copió de una tesis escrita un año antes fue su nombre, la fecha y la dedicatoria. Ni el índice cambió.

Fue el 21 de agosto de 2016 cuando el portal Aristegui Noticias publicó el reportaje de la “Unidad de Investigaciones Especiales de Aristegui Noticias” titulado  Peña Nieto: de plagiador a presidente.

En éste, se informó que el entonces presidente “plagió al menos a diez autores en su tesis para obtener el título de Licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana. Uno de ellos fue el exmandatario Miguel de la Madrid Hurtado”. La tesis fue presentada en 1991.

“Este medio corroboró directamente en los libros y fuentes originales de cada uno de los párrafos analizados en el estudio y concluyó que el hoy presidente de México plagió al menos 197 párrafos de los 682 que integran el texto”, dice el reportaje, que se puede leer AQUÍ.

El escándalo y la indignación fueron inmensos, como quizá recuerde el lector. Miles de internautas replicaron la información, deploraron que la presidencia estuviera ocupada por un plagiario y exigieron la renuncia de Peña a la presidencia. Muchos también exigieron a la Universidad Panamericana que le retirara el título.

Sobra decir que no pasó una cosa ni la otra, puesto que el priísta acudió al cinismo para excusarse y la Universidad Panamericana se limitó a decir que Peña había tenido problemas al usar “ideas ajenas” sin darles la debida atribución. Y que no perdería el título.

Estulto y rupestre, Peña Nieto ordenó de inmediato al vocero de Presidencia, Eduardo Sánchez, que se pronunciara al respecto.

“El licenciado Peña Nieto presentó esa tesis hace 25 años. Cumplió con los requisitos  para titularse como abogado.. Por lo visto, errores de estilo como citas sin entrecomillar o falta de referencia a autores que incluyó en la bibliografía son, dos décadas y media después, materia de interés periodístico”, dijo el vocero.

Tras la “explicación”, que vino casi al tiempo que la ofrecida por la Universidad Panamericana, el escándalo creció. Dentro del estruendo en redes se escucharon fuerte las voces de Epigmenio Ibarra, Jenaro Villamil, Álvaro Delgado, John Ackerman y Abraham Mendieta. También se pronunciaron Citlalli Hernández y Antonio Attolini, entre otros.

Llamativamente, Andrés Manuel López Obrador se mostró muy tibio, pues dijo que ese escándalo era una cortina de humo para no hablar del robo de la presidencia por parte de Felipe Calderón. Sí fue un plagio, dijo, pero también lo fue el que Felipe Calderón se haya robado la presidencia. Y eso fue todo.

Quizá la tibieza de AMLO en el tema se explique porque en materia de plagio, la cola de AMLO es muy larga. Así lo refiere el periodista Fernando García Ramírez en una columna publicada en junio de 2018 en El Financiero: “Por lo menos en uno de sus libros (Del esplendor a la sombra: la República restaurada, UJAT, 1988), Andrés Manuel López Obrador plagia con descaro la obra de los historiadores Daniel Cosío Villegas y Luis González y González. El autopostulado adalid de la honestidad es en realidad un plagiario”.

También callaron los bien conocidos plagiarios Fabrizio Mejía y Sabrina Berman. Tanto entonces, como ahora. Ese terreno es resbaladizo para ellos y  no les conviene tocarlo.

Lo que dijeron los farsantes

Recordemos algunas de las críticas hechas por los afanosos defensores de la Cuarta Transformación en contra del plagiario Peña Nieto. Críticas que ahora están ausentes en el caso de la ministra pasante, como la llamó Guillermo Sheridan.

El vocero, documentalista y productor Epigmenio Ibarra, en agosto de 2016 compartió en su cuenta de Twitter nada menos que un texto ¡de Reforma!, del analista Jesús Silva Herzog, llamado Trivializar el escándalo.

En septiembre de 2016 compartió un video de ¡Aristegui Noticias! Llamado Sí se puede decir que EPN plagió: Meyer.  Un mes después, compartió otro, también de Aristegui Noticias, titulado Del plagio al porrismo: Fui amenazado y mi teléfono fue intervenido: historiador que fue plagiado en la tesis de EPN.

Por su parte, el entonces colaborador de Proceso y ahora director del Sistema Público de Radiofusión, Jenaro Villamil, en la madrugada del 22 de agosto compartió el reportaje de Aristegui Noticias diciendo “Ha surgido #LordTesis”.

Horas después, ya por la mañana saludó a sus seguidores en Twitter: “Feliz lunes. Sería un error de estilo decirles que al mal plagio darle prisa”.

El analista Abraham Mendieta publicó el 22 de agosto de 2016 un tuit diciendo: “Cualquier universidad medianamente seria revocaría el título ante un plagio. Y Peña debe dimitir, por incompetente y por mentiroso”.

A su vez, Álvaro Delgado, también entonces colaborador de Proceso al igual que Villamil, publicó en dicho medio una columna de opinión, el 22 de agosto, titulada Peña plagiario, Peña Corrupto. En el texto dijo: “La respuesta oficial de Peña ya no ha sido siquiera negar los hechos, sino, como en el escándalo del departamento de Angélica Rivera en Miami, ningunear y apostar a la disolución y al olvido, auxiliado por su ejército de periodistas y medios”.

“Ejército de periodistas y medios”, dijo Álvaro. Vaya, vaya.

El ardiente defensor de AMLO, Antonio Attolini, publicó también su crítica: “No tienen vergüenza! El plagio es robo, es tomar algo que no es tuyo y hacerlo pasar como tal. Es lo más deshonroso. #PresidenteCopyPaste”.

La ahora senadora Citlalli Hernández puso su granito de arena en el debate al señalar, el 24 de agosto, que “si normalizamos el plagio en cualquier nivel, no seremos capaces de combatirle en ninguna de sus expresiones” y también, el 29 de agosto, “sí plagió, pero ya pasó. Pesó el poder autoritario sobre el rigor universitario”.

En claro contraste, luego del escándalo de la ministra, a Citlalli la cuestionó el tuitero Luis González por su silencio ante el caso. A ello, la legisladora respondió que tampoco se trata de “opinar de todo” y que “si hay plagio” en este caso, “se condena”, con lo que cubrió con el beneficio de la duda a la ministra.

El académico, dos veces doctor, John Ackerman, se permitió, el 25 de agosto de 2016, compartir una caricatura en donde se ve a Peña Nieto redactando afanosamente su informe de gobierno. Preparando el #CuartoInforme. #PlagioComoPeña”, escribió, utilizando uno de muchos hashtags que se hicieron virales en aquel tiempo. 

Y para cerrar este ilustrativo recuento, una joya: Mario Delgado compartiendo y difundiendo la postura de Enrique Krauze, en una nota de (otra vez) Aristegui Noticias. Eran los tiempos en que Carmen Aristegui aun no caía de la gracia de AMLO.

En un tuit, Mario Delgado compartió la nota Inadmisible e irresponsable, plagio en tesis de EPN: Krauze, que citaba las palabras del historiador.

Al compartir, el ahora dirigente de Morena validó la postura de Krauze: “Se trata, en efecto, de un trabajo hecho con irresponsabilidad académica, en el que se entreveran líneas y páginas extraídas de autores diversos, debidamente citados, con otras páginas y líneas que carecen de la necesaria adjudicación, ya sea mediante un entrecomillado con una cita a pie de página, o una mención explícita en el cuerpo mismo del texto. La proporción de estas últimas es considerable e inadmisible”.

Una proporción “considerable e inadmisible”, del 20%, como dijimos al iniciar este texto, hizo saltar y rasgarse las vestiduras (y con toda razón) a los preocupados morenistas.

Ahora que se sabe su correligionaria Yasmín Esquivel, esposa de uno de los contratistas favoritos de AMLO, José María Rioboó, no tiene límite en materia de porcentajes de plagios, Mario Delgado, Epigmenio Ibarra y todos los demás están más callados que la conciencia de AMLO.

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