1. El gobierno y su partido declaran a los cuatro vientos que han terminado con el dedazo para elegir al candidato a la presidencia. Mienten.
2. López Obrador definió el inicio de la sucesión. No se habían cumplido tres años de gobierno y él dio la señal de arranque a las corcholatas.
3. Desde ese momento demostró tener un candidato predilecto y de diferentes maneras cargó los dados contra unos y en favor de su ficha: Es Claudia y tiene una ventaja de más de dos años sobre los otros candidatos. No es casualidad que, entre ellos, sea quien más ha violado la ley electoral.
4. Luego de colocar como puntera a Claudia Sheinbaum, se encargó de la unidad del partido y en Palacio Nacional disciplinó a los demás candidatos. Cada uno, al fina del proceso, tendrá su cartera.
5. La propaganda de las llamadas corcholatas fueron patrocinadas con recursos públicos y otros tantos cuya procedencia desconocemos.
6. El presidente decidió quien sería el candidato y enseguida definió el proceso. Todos se desciplinaron y, el domingo pasado, lo aceptaron por aclamación.
7. No debemos extrañarnos por la existencia de una lista de medios indeseables. Desde el inicio de su encargo, López Obrador ha atacado sistemáticamente a los medios que, haciendo periodismo, le han resultado incómodos. Ese talante censor el de López Obrador.
8. El presidente no sólo disciplinó al partido, tiene sometida a la oposición y, ahora también, al INE. Hoy tendrá una reunión sobre la base de un comunicado de los Consejeros que dicen que fijarán pautas de colaboración con el gobierno cuando, en realidad, el gobierno no debería colaborar en los procesos electorales.
9. Ya hay candidato y un proceso para validarlo. Lo definió AMLO y lleva kilómetros de ventaja a la oposición que, hasta el 26 de junio, definirá su método de selección.
10. Hay una veta censora que prolifera en Twitter. La expresan usuarios que exigen que no toquemos algún tema para no darle publicidad o hacerle el juego a cierto interés político. Ahora se expresa demandando que callemos frente a ese proceso para no darle publicidad al gobierno ¡Que tiene el aparato de comunicación más poderoso de la historia! Pero más allá de eso, hay quienes vamos a informar lo que consideremos conveniente. Le guste o le disguste a quien sea.