lunes 08 julio 2024

El poder de la sociedad civil

por Manuel Cifuentes Vargas

La ingeniería político constitucional de los gobiernos de coalición está construida sobre la base del acompañamiento de varios partidos políticos en el gobierno. En ésta no se ve a la sociedad civil ni a sus organizaciones. También en éstos prevalece su invisibilidad. Sin embargo, en la nueva democracia que se está tejiendo, ahora la visible es la pujante sociedad civil, y los partidos políticos son los que están pasando a ser cada vez más invisibles, como consecuencia del desprestigio y falta de credibilidad a la que han llegado por los malos gobiernos que han tenido y los conflictos internos por el poder que exhiben. 

Mucha de la gente se resiste a creer y tener confianza en ellos, pero sabe y está consciente que son un mal necesario, y que constitucional y legalmente no se puede prescindir de estos institutos políticos. Existen las candidaturas independientes, pero los partidos políticos siguen siendo el instrumento toral de la democracia electoral.

La participación activa más frecuente que ha protagonizado la sociedad civil, tomando la calle, las plazas y haciéndose visible en los medios de comunicación tradicionales, pero sobre todo en los digitales, ha permeado exponencialmente en todas las capas sociales y está dejando sentir su vitalidad y su nuevo rostro; lo que no veíamos antes, edificando de esta manera una nueva democracia; más de avanzada, con la plena visibilidad de los ciudadanos, y menos de los partidos políticos. Es el amanecer de una democracia con sentido ciudadano la que se está alzando. Los partidos políticos en este sentido, han sido rebasados por la izquierda, por el centro y por la derecha. 

La fuerza de la democracia está en el voto ciudadano y en su prolongación participativa activa en la conformación de los gobiernos, en cuyo perfil se vea con claridad el rostro ciudadano, para que estos gobiernos sean más humanos. Sin voto libre no hay democracia; sin voto no hay partidos políticos; sin voto libre, consciente y responsable no hay gobiernos legítimos. Los partidos políticos solo son el instrumento legal e institucional; el vehículo al través del cual viaja el voto para elegir gobiernos, pero sus efectos van más allá de una elección, pues busca traducirse en acciones de buenos gobiernos. Por eso la sociedad civil reclama y exige su legitima inserción y participación para coadyuvar a lograr este fin. 

Recurro a una perogrullada, pero a veces es necesario para no olvidar que quien les da vida, alimenta, les inyecta vigor, les da valor y les da razón a los partidos políticos, es la sociedad civil. Luego entonces, si la sociedad es el motor de la democracia, los partidos inteligentes deben entender que necesariamente deben ir tomados de la mano con la sociedad civil, sellando aceradamente el compromiso de ir juntos tomándose totalmente en cuenta unos y otros, para entre todos hacer los buenos gobiernos que hoy exige con urgencia el fracturado y lastimado. 

Ningún partido político hoy puede garantizar el triunfo de sus candidatos solo con su militancia y simpatizantes; esto es, con su voto duro. Necesitan de la energía, imaginación, sensibilidad y trabajo de la sociedad civil y de sus organizaciones. No querer verlo ni entenderlo así en estos tiempos que vivimos, es suicidarse. La emergente sociedad civil, hoy deja sentir su poder y su poder de convocatoria. Los dos auténticos y masivos movimientos por la defensa de la democracia y de sus instituciones, así lo demostraron fehacientemente para no dejar lugar a dudas. Fueron ciudadanos de a pie y de sus organizaciones en defensa de las instituciones democráticas. La fuerza de la sociedad civil se vió y se dejó sentir.

Ya no quiere gobiernos solo de partidos políticos; ahora también quiere gobiernos de ciudadanos. Por eso en los gobiernos de coalición no quiere que solo sean de compromisos y repartición con partidos políticos. Ahora quiere que las coaliciones sean de amplio horizonte; de una sólida alianza y apropiado acompañamiento entre partidos políticos y sociedad civil en las campañas y en los gobiernos. La sociedad civil no quiere quedar excluida ni marginada de los gobiernos de coalición. Quiere desde ahora el firme, abierto, sincero y auténtico compromiso de los candidatos dispuestos a formar gobiernos de coalición integral; no solo de perfiles partidistas.  

Ahora los ciudadanos quieren participar en esos gobiernos de coalición. Quieren contar, y no solo ser contados y utilizados. Quieren tener presencia, voz y coadyuvar en el desarrollo de las políticas públicas en los distintos ordenes de gobierno, de tal suerte que por su conducto en los renglones sensibles, a estos gobiernos les permita estar más cerca de la gente en el cumplimiento de sus obligaciones y deberes político normativos por el país, por los estados y por los municipios. 

La gente ya no quiere gobiernos de un solo partido ni de partido dominante; pero tampoco quiere gobiernos de coalición pluripartidistas; es decir, solo de dos o más partidos políticos. Ya no quiere monopolios de gobiernos partidizados.  La sociedad, la gente, los ciudadanos quieren ciudadanizar a la política y ciudadanizar a los gobiernos. Quieren gobiernos diferentes. Quieren coaliciones de gobiernos sí con partidos políticos, pero también en la realidad acompañados de ciudadanos. 

Sabe y demostró la sociedad civil que ya no es invisibles o solo de papel, sino que ahora es totalmente visible; que tiene fuerte presencia y voz; que está jugando un papel crucial en la recuperación y reconstrucción de la democracia, y que puede hacer más cercanos a los gobiernos a la gente; esto es, más responsables, más sensibles, más humanos a los gobiernos. 

 Ya no quiere gobiernos seductores, redentores ni mayestáticos. Quiere gobiernos benignos de la sociedad para la sociedad. Por eso los candidatos deben comprometerse de a deveras ante ésta para formar gobiernos de coalición con partidos políticos y con la sociedad civil. No la pueden defraudar si deveras quieren el compromiso y entrega de ella para realizar buenos gobiernos. Un buen mensaje de los candidatos sería de frente a la sociedad civil, hacer suyo el compromiso de convenir el establecimiento de gobiernos de coalición también con la sociedad civil.

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