Fue el tema que le ayudó a ganar la elección presidencial de 2018 y que ahora le puede ayudar a mantener a flote a su muy cuestionado gobierno. A pesar de los resultados cuestionables, hoy el discurso presidencial necesita volver a referirse al tema de la corrupción, ya que sabe que la ciudadanía no está conforme con las acciones realizadas en la doble crisis que padecemos –de salud y económica–, pero con la esperanza depositada en que perdonarán la ineficiencia y las malas decisiones por una lucha en contra de la corrupción que en realidad es algo escenográfico.
Vivir de repeticiones
La Real Academia de la Lengua define el leitmotiv como “motivo central o asunto que se repite”, y aunque lo ubica en el ámbito literario o cinematográfico, es posible extenderlo al terreno de la política.
Las encuestas han mostrado que la aprobación ciudadana reprueba el gobierno de López Obrador. Consulta Mitofsky muestra un respaldo de 46% por 53% de desaprobación. El Financiero, de acuerdo a Alejandro Moreno, ha detectado que “el presidente registró en el mes de marzo un nivel de aprobación de 60 por ciento, 3 puntos menos que en febrero y 11 puntos menos que en enero”, y que “la tendencia ha sido, en mayor o menor medida, a la baja”.
El Gabinete de Comunicación Estratégica muestra en su reporte mensual de marzo que la opinión respecto al presidente en lo que se refiere a regular y mala/muy mala ha crecido hasta ubicarse en 36.5% en el primer caso y 25.2% en el segundo, en tanto que la opinión positiva es de 37.4% y a la baja respecto al mes de febrero.
Pero el presidente sigue en lo suyo.
A cada crítica por las decisiones tomadas por la falta de equipamiento médico para atender el Covid-19, las agresiones que han sufrido médicos y personal de salud, la falta de medidas para preservar empleos y apoyar a micro, pequeñas y medianas empresas, él vuelve a retomar el tema que lo ayudó a ganar la presidencia de la república en 2018: la corrupción.
No necesita de pretextos o de que alguien le pregunte específicamente sobre el tema.
En su conferencia mañanera del pasado 9 de abril, el presidente López Obrador señaló que “la mayoría de los medios de comunicación no están ayudando, se dedican a desinformar”, para citar a continuación una columna de El Universal, sin citar al autor, que hacía referencia a irregularidades en la compra de equipo médico.
Poco más adelante, se lanzó de nuevo en contra de sus adversarios.
“…tenemos que estar informando constantemente a la gente para que no se deje manipular. ¿Saben qué hay en el fondo de estas personas? Pues es su interés obsesivo, enfermizo, irracional de mantener el régimen corrupto que prevalecía. Les molesta mucho el que se esté llevando a cabo una transformación en el país, quieren que se regrese al régimen de corrupción, de privilegios, de injusticias y por eso no señalamientos, no crítica constructiva: ataques”.
En esa semana diversos medios informaban de compras de equipo médico que ponían en duda la limpieza de corrupción que el presidente presumía, como también lo han desmentido las denuncias acerca de lo sucedido en la Conade o las acusaciones en contra de la comisaria general de la Guardia Nacional, quien tuvo que pedir licencia para que se investigara el tema.
El 14 de abril el presidente volvió sobre el tema, uno de sus favoritos.
“Vamos muy bien. También en el terreno político hay un poco de oposición, es normal, pero no es tan significativa, tiene la explicación que hemos dado en otras ocasiones. Ellos no están de acuerdo con la transformación del país, quisieran mantener el régimen de corrupción, de injusticias, de privilegios y eso ya es historia, eso ya se fue a la historia, pero al basurero de la historia, eso ya no va a regresar”.
En la mañanera del día 15 de abril, regresó al tema: “vamos a salir adelante, ¿o creen ustedes que hay una calamidad mayor que la corrupción, una pandemia mayor que la corrupción? Nada se compara con eso”.
Como telón de fondo se podían apreciar encuestas que confirmaban el desplome en la aprobación ciudadana hacia el presidente y como el número de ciudadanos que reprobaban las acciones del titular del ejecutivo ya eran más que las que lo aprobaban.
No por otro motivo, en abril el presidente arremetió en contra de El Universal –medio que le contestó por medio de su editorial–, y que por cierto informó el 15 de abril, en su columna Bajo Reserva, que se había dado la orden de investigar las cuentas y movimientos financieros del expresidente Enrique Peña Nieto.
“…el presidente Andrés Manuel López Obrador determinó que es el momento de tomar cartas en el asunto de Peña Nieto, quien desde hace meses se ha alejado de las fiestas y de las apariciones públicas con su nueva pareja sentimental”, publicó El Universal.
Así, en un escenario en el que no hay posibilidades de corrección ante la necedad presidencial de llevar sí o sí su proyecto adelante, lo único que se puede esperar es que se siga repitiendo el tema de la corrupción.
La pregunta es si también el tema acabará desgastado y perderá su encanto para amplias capas de ciudadanos y de una sociedad que empieza a mostrar su hartazgo en estos tiempos de pandemia, por la continua repetición y la falta de resultados.