El problema ya no es que el avión que sirve de cortina de humo sobre los desaguisados del gobierno, haya estado gastando un año millones: a razón de 100 mil pesos la lavada, 30 millones el estacionamiento, 13 la preservación y 15 el mantenimiento.
Lo peor tampoco es que el Estado mexicano no recuperará ni un dólar del gasto inicial de la compra… Lo peor es todo lo que no se podrá hacer por el bien del pueblo, con los 150 millones de dólares en los que se vendería el aparato, lo cual no deja de ser una lástima
Porque el Ejecutivo prometió usar la lana de la venta en pagar:
–El traslado de agua a zonas desérticas de Hidalgo.
–La creación de puestos de trabajo para los migrantes centroamericanos no sólo aquí, sino también en sus países de origen.
–Sufragar programas sociales y productivos de la 4T.
Sin embargo, al final no ha pagado nada y sólo ha servido para chuparse dinero del erario, pues el actual gobierno destinó más de 400 millones de pesos en el Presupuesto 2019, por concepto de “su arrendamiento financiero”.
Vamos, aunque hay que estar claros de que este avión ha sido una eficaz materia de propaganda oficial. El propio secretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno, Javier Jiménez Espriú, lo aclaró, al comparecer en el Senado el pasado 9 de abril:
“No habrá recuperación de dinero por la venta de avión presidencial. Con lo que se obtenga sólo se dejará de pagar el costo del arrendamiento financiero por su adquisición. No vamos a recuperar dinero, vamos a dejar de pagar lo que falta”.
Mientras, el mandatario hace sus viajes de trabajo como hijo de vecino en aviones comerciales, aunque su equipo de seguridad había decidido que llegara directo, en auto, a la escalerilla para evitar retrasos.
Y el avión presidencial sigue en campaña: será rifado entre el pueblo en cachitos de 500 pesos de la Lotería Nacional, en una campaña dirigida especialmente al sector menos informado del país.
Porque el ganador pagaría 24 millones de ISR, ya que el impuesto por los premios de las rifas se calcula multiplicando el valor del premio por el uno por ciento y sin meter deducción alguna, según
el artículo 137 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta.
Lo explica el abogado fiscalista Pablo Castañeda Romero:
“El avalúo del avión es de 130 millones de dólares, tomaremos esto como valor del premio y el tipo de cambio lo dejaremos en 18.50, nos da un valor de dos mil 400 millones de pesos, si a esto le aplicamos el uno por ciento obtendremos los 24 millones”.
¿Así? ¿o un poco más de atole?